Hace 9 años en Palpalá, provincia de Jujuy, José Manuel Zerda mató a su esposa, Adriana Marisel Zambrano, a golpes en la cabeza con un nivel de albañilería. Junto al cadáver dejó abandonada a la hija de ambos, entonces de 9 meses. A casi una década de ese episodio, Zerda disfruta este domingo el Día del Padre junto a su hija y hasta solicitó llevársela de vacaciones.
"Hacía tres meses que mi hermana estaba separada. Ese domingo, a él le tocaba la visita así que vino a buscar a la bebé, que tenía 9 meses, y se la llevó. Después empezó a llamar, llamó mil veces. Decía que no le habían mandado la mamadera y quería que mi hermana se la llevara o fuera a darle el pecho. Mi hermana fue", le contó a Infobae Mercedes Zambrano, sobre cómo el femicida convenció a su hermana para que lo vaya a ver.
"Cuando llegó a su casa, él la molió a palos. Le pegó patadas, piñas y le partió el cráneo con un nivel de albañilería con punta de rombo. Después llamó a la policía, dijo que los habían asaltado y se fue. Cuando mis padres llegaron, mi hermana ya estaba muerta. A ellos les comentaron que a la beba la habían encontrado a upa de la mamá, tomando el pecho", relató la mujer describiendo la escena. Para la Justicia fue un "homicidio preterintencional", es decir, cuando una persona intenta causar un daño -que no es el de matar- a alguien y le termina ocasionando la muerte.
Esta calificación penal conlleva una pena de tres a seis años de prisión, una figura que se encuentra -en cuanto a la magnitud de la pena- entre el homicidio simple (de 8 a 25 años de prisión) y el homicidio culposo (seis meses a 5 años).
Por asesinar a su ex mujer Zerda fue condenado a 5 años de prisión. La Justicia consideró que "la mató sin querer; es decir, la empujó, cayó mal y murió", detalló Mercedes. Pero gracias a una serie de beneficios, dos años y medio después quedó libre. Desde que salió, pasó a tener un régimen de visitas como el de cualquier padre separado: busca a la nena 4 veces por semana, fin de semana de por medio y comparten las fiestas de fin de año.
Aunque Zerda pidió la tenencia de su hija, la Justicia se la negó y por eso la nena hoy vive junto a su abuela materna. Sin embargo, el régimen de visitas hace que este "Día del Padre" él lo pase junto a la criatura, la misma a la que dejó abandonada a los nueve meses junto al cadáver de Adriana y ante el miedo de su familia materna de que pueda hacerle algún daño. Además, en las últimas semanas, envió una carta documento para poder lleváresela de vacaciones.
"Durante estos 9 años, mi mamá tuvo una tenencia provisoria que había que renovar cada seis meses. Así que aunque la nena no quisiera ir con el padre la tenía que mandar igual. Nueve años con el corazón en la boca, con miedo de que al tipo le vuelva a agarrar la locura y mate a la criatura. Nueve años encerrada, con rejas en todos lados, mientras él anda por ahí lo más tranquilo, como si nada. Nueve años obedeciendo aunque la nena llorara, tuviera vómitos o diarrea porque no quería ir. Todo por miedo a que la Justicia la mandara a vivir con él porque es el padre". Recién ahora esa abuela consiguió la tenencia definitiva: pero el miedo -dejó saber la tía de la nena- sigue intacto.
LEA MÁS
Historias de dos bebés que sobrevivieron junto a sus mamás asesinadas