"Dios está aquí": en la primaria, uno de cada cinco chicos recibe educación religiosa

Así surge de los datos oficiales de la Dirección de Educación. En la Ciudad, la cifra sube a uno de cada tres alumnos. En Tucumán y Salta este tipo de enseñanza es obligatoria en las escuelas estatales

Un significativa parte de la población estudiantil recibe educación religiosa.

"Está pasando lo que está pasando porque hemos sacado a Dios de nuestras vidas, hemos sacado los crucifijos de los juzgados, todos los signos de Dios los vamos sacando y hay que recuperarlo", dijo el cura Juan Carlos Mendoza, mientras bendecía unas aulas. La escena ocurrió en una escuela estatal de Corrientes en el marco de un acto oficial realizado en abril pasado, junto al ministro de Educación, Esteban Bullrich. Pero la aseveración apocalíptica puede resultar algo exagerada, al menos en el ámbito educativo. Hoy en día, hay más de un millón y medio de alumnos que reciben una educación religiosa, una proporción que ronda entre el 21 y 26% en todo el país si se toma únicamente el nivel primario.

Como diría la canción de misa, "Dios está aquí".

Según los últimos datos actualizados de 2015, unos 731.300 chicos de nivel primario formaron parte de colegios privados con enseñanza "confesional". A este grupo hay que sumarle los 158.020 salteños y 139.711 tucumanos de escuelas del Estado que, por ley, tienen obligatoriamente clases de religión. El número de educandos asciende a 1.029.031 de un total de 4.816.692 chicos esparcidos entre escuelas estatales y pagas: la relación es de uno cada cinco, aproximadamente.

Esta proporción se agranda si se analiza lo que ocurre en la Ciudad de Buenos Aires, donde uno de cada tres alumnos de primaria y secundaria asisten a escuelas confesionales. Son 88.310 y 63.824 estudiantes, respectivamente. Este desplazamiento se explica por el aumento estructural de la matrícula privada (que es predominantemente religiosa) sobre la enseñanza estatal: en el distrito más rico del país, prácticamente la mitad de los estudiantes cursa en establecimientos pagos.

A su vez, en el nivel secundario, se contabilizaron en 501.079 los estudiantes que asistieron a establecimientos confesionales de un universo de 3.680.507 adolescentes.

En ambos casos, la matrícula confesional podría ser aún mayor, si se consideran los 399.566 chicos que van a escuelas privadas de nivel primario y secundario y de las que no se tiene información si se trata de establecimientos religiosos o laicos, según los datos de la Dirección Nacional de Información y Estadística Educativa, área dependiente del Ministerio de Educación de la Nación.

La legislación argentina y los tratados internacionales otorgan el derecho a los padres a definir el tipo de educación que desean para sus hijos según sus convicciones religiosas. El debate tiene actualidad. La Corte Suprema de Justicia convocó para el próximo 19 de agosto una audiencia pública para tratar la constitucionalidad de la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en Salta, luego de que un grupo de padres y de la ONG Asociación por los Derechos Civiles impulsara una demanda contra la ley.

A su vez, el ministro Bullrich se mostró de acuerdo con la enseñanza de "todas las religiones" en las escuelas públicas. Y si bien hay un imaginario social cree que el laicismo es lo dominante en el sistema educativo, los datos duros revelan la penetración de las iglesias y de los credos en los colegios desde la temprana edad.

Según la socióloga Sol Prieto, la matrícula confesional viene en pleno aumento desde hace décadas como parte del crecimiento de la matrícula privada. "Esto no se debe tanto a la educación religiosa sino a las percepciones sobre la educación estatal y la educación de gestión privada por parte de las familias a la hora de elegir escuela y la propia configuración de la oferta estatal, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, donde alrededor del 50 por ciento de la matrícula total es de gestión privada", sostuvo la investigadora del CEIL-Conicet.

"Las familias de sectores populares y medios optan por escuelas de gestión privada por una cuestión de cercanía, de percepción de contención, de idiomas, de disponibilidad de doble jornada y otros factores similares, es decir que la enseñanza religiosa no es un factor determinante a la hora de elegir escuela", destacó.

El ministro Esteban Bullrich se expresó a favor de la enseñanza de religión en Esquina, durante una inauguración en la provincia de Corrientes.  (Prensa Ministerio de Educación de la Nación)

Pragmatismo vs interés religioso

¿Pero qué tipo de religión se dicta en las escuelas? ¿Qué contenidos? ¿Se trata de un aprendizaje académico o, más bien, un catecismo "proselitista"?

"Las experiencias de enseñanza religiosa en los colegios públicos muestran que en realidad se trata de enseñanza católica. Por su estructura, por sus agentes, por su presencia capilar, es la única institución religiosa en condiciones de ello", aseguró Juan Cruz Esquivel, doctor en Sociología (UBA, Universidad de San Pablo-Brasil) e investigador especializado en religión y educación del Conicet.

"El arraigo cultural del catolicismo y su condición de mayoría, entre otros factores, hace que la cultura política dominante, sin distinción de encuadres partidarios, reconozca al catolicismo en un lugar diferenciado del resto de las religiones y lo interpele como interlocutor válido para la definición e implementación de políticas públicas, incluidas desde ya, las educativas", añadió Esquivel.

Como Tucumán, Salta tiene la particularidad de que la enseñanza religiosa no solo la dan los establecimientos privados. También se imparte en las escuelas públicas, a raíz de la ley sancionada en 2008 que fijó la obligatoriedad de los cursos de religión en los planes de estudio y dentro del horario de clase. Desde entonces, se disparó un profundo debate si dicha normativa es discriminatoria, si lesiona o no el derecho a la intimidad y a la libertad de conciencia de las familias y los menores.

"En Salta se brinda educación religiosa en la primaria, si no me equivoco, dos horas por semana, en la cual el docente debe adaptarse generalmente al grupo, partiendo de la base de que estos grupos en general son homogéneos. Esta homogeneidad significa que o bien son católicos o, en muchas comunidades de personas pertenecientes a pueblos originarios, son evangélicos. Entonces los propios grupos, los padres, hablan con el docente de religión para que se adapte a un marco o al otro", explicó Prieto a Infobae.

"Hay pocos casos de alumnos que son de otra pertenencia religiosa o no tienen pertenencia y lo comunican al docente. Una funcionaria me dijo que habían habido algo así como cuatro judíos en los últimos 10 años, y se les enseñaba el Antiguo Testamento, pero también eran los que ella recordaba, porque tampoco hay una estadística centralizada respecto a este tema en particular", agregó.

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El historiador José Zanca (Investigador del Conicet, Universidad de San Andrés), en cambio, se pregunta cuán religiosa es la educación que se brinda en los establecimientos confesionales. Es decir, sospecha de que existe una "secularización interna" en este tipo de instituciones.

"¿Hasta qué punto estos establecimientos convocan a sus alumnos prometiéndoles horas de actividades piadosas? ¿O les prometen un mejor futuro profesional? Basta ver las publicidades de colegios y universidades confesionales para encontrar una primera respuesta", afirmó Zanca. "Dentro de las instituciones teóricamente religiosas, los miembros religiosos (sacerdotes, monjas) tienen cada vez menos poder para fijar la línea pedagógica, de la que se encargan laicos, formados en especialidades como la ciencia de la educación", advirtió.

Bajo esta luz, Dios podría incluso "no estar" en muchas escuelas confesionales, a pesar de los presagios del párroco Mendoza. Pero tal vez esté en la casa. Una encuesta reveló que el 78% de los argentinos rezó alguna vez en su domicilio durante el período de un año, según un sondeo de opinión sobre creencias religiosas realizado en 2008 por los investigadores Esquivel y Fortunato Mallimaci.