El escritor francés que acusó al FBI de “matar” a su esposa, una célebre actriz estadounidense

La vida de Romain Gary fue extraordinaria en muchos sentidos. Héroe de la resistencia, y autor de éxito, ideó la más genial superchería literaria de la historia para burlarse de los críticos en sus narices

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Detrás de muchas de las más apasionantes novelas asoma una existencia singular. Los libros de Romain Gary, muchos de ellos autobiográficos, revelan una vida aventurera -no en sentido frívolo-, con muchos logros pero también torturada y que anticipaba en varios sentidos la tragedia final.

El 30 de agosto de 1979, la bellísima actriz norteamericana Jean Seberg fue hallada muerta en su vehículo, estacionado en una calle del barrio de Passy en París. Tenía 40 años. En su mano, había una breve nota dirigida a su único hijo, Diego Gary, de 14: "Querido Diego: ya no puedo soportar estos nervios. Perdóname. Sé fuerte. Jean".

Los cinéfilos la recordarán sobre todo por su papel en Sin aliento (À bout de souffle), de Jean-Luc Godard, junto a Jean-Paul Belmondo, jovencísima y con el pelo "a la garçon".

Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg en “Sin aliento”, de Jean-Luc Godard
Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg en “Sin aliento”, de Jean-Luc Godard

Poco después de la trágica muerte de Seberg, su ex esposo y padre de Diego denunciaba en conferencia de prensa que el FBI la había "asesinado". Pero antes de entrar en el detalle de por qué Romain Gary responsabilizaba a la Oficina Federal de Investigaciones que dirigía Edgar Hoover por la muerte de su ex mujer, vale la pena repasar la historia de esta pareja singular.

Jean Seberg había iniciado muy temprano su carrera en el cine: a los 17 fue seleccionada por Otto Preminger para encarnar a Juana de Arco. Pero la verdadera consagración vino con su segunda película, la mencionada Sin aliento. Desde entonces, no cesó de filmar, tanto en Francia como en Estados Unidos.

Jean Seberg (1938-1979)
Jean Seberg (1938-1979)

A los 21, en Los Ángeles, conoció al cónsul de Francia, un hombre que la doblaba en edad. Ambos estaban casados, pero se enamoraron y estuvieron juntos desde 1959 hasta 1970. Francés por adopción, Romain Gary provenía de una familia judía rusa y había nacido en Vilna, Lituania, el 8 de mayo de 1914. Su verdadero nombre era Romain Kacew. A los 14 años, su madre, Nina Kacew, soltera y que nunca le reveló la identidad de su padre, emigró con él a Francia y se instalaron en la ciudad costera de Niza. "¡Serás un héroe, serás general, Gabriele D'Annunzio,  embajador de Francia – todos estos vagos no saben quién eres!", fue el tremendo mandato materno.

Romain fue piloto de guerra y huyó de Francia tras la ocupación para sumarse a las filas del general Charles De Gaulle, principal referente de la Francia Libre y de la resistencia.

Gary fue condecorado por De Gaulle por su actuación durante la guerra
Gary fue condecorado por De Gaulle por su actuación durante la guerra

Al concluir la guerra, volvió a Niza para anunciarle a su madre que había cumplido el mandato sólo para descubrir que ella había muerto un par de años antes y que las cartas que él recibía en el frente Nina Kacew las había dejado escritas antes de morir y le había encargado a un amigo que se las enviara a Romain, para que él no se enterara ni abandonara su deber de defender la Patria adoptiva….

Su libro “Las raíces del cielo” está considerada como la primera novela ecologista de la historia

Romain estudia Derecho e ingresa en la diplomacia, una carrera que desde entonces va a alternar con las letras. Su primera novela, Educación europea, es un relato de los años de guerra. Fue muy bien recibida. Pero la fama llegó con Las raíces del cielo, que le valió, en 1954, el premio Goncourt, la mayor consagración literaria en Francia. Esta historia, considerada la primera novela ecologista de la historia, fue llevada al cine por John Huston. El título es una metáfora que alude a las patas de los elefantes -en riesgo de extinción- como "raíces del cielo".

John Huston filmó Las raíces del cielo
John Huston filmó Las raíces del cielo

Romain Gary escribió unos treinta libros en total, dirigió dos películas protagonizadas por su mujer y varios films y series de televisión están basadas en libros o ideas suyas. Costa Gavras, John Huston y Peter Ustinov son algunos de los directores que llevaron sus novelas al cine. Fue muy amigo de Albert Camus, con quien compartía editor (Gallimard), y de André Malraux. En sus Diarios, Anaïs Nin escribió sobre él: "Frágil, con grandes ojos verde-azulados, piel bronceada de meridional y una boca aquejada de un rictus (debido a una herida de la guerra), que estropeaba sus rasgos. Sin esa boca, que le daba aire de rufián, habría sido guapo".

"El caso más llamativo en la historia literaria de los seudónimos" (El País, 1°/3/2008)

En 1974, saciado, aburrido y sobre todo molesto con cierta crítica que despreciaba sus novelas y que lo consideraba reaccionario -por gaullista, aunque cueste creerlo-, decidió utilizar un seudónimo, Émile Ajar, para firmar su siguiente libro. A fin de asegurar su secreto, hizo enviar el manuscrito a la editorial desde el exterior. Así, con su nuevo nombre publicó una primera novela, Gros-câlin, que resultó muy exitosa y engañó por completo a los críticos que, pese al anonimato del autor, al que nadie pudo conocer, no sospecharon nada. Pero lo mejor vino con la segunda: La vie devant soi, (La vida por delante) la historia de una madama retirada que alberga en su casa a hijos de prostitutas. Aquí, Gary-Ajar hace el ejercicio de escribir como si fuera uno de esos niños: y sale muy bien parado. La novela es sencillamente genial y tuvo un éxito resonante. Tanto… que el libro ganó el Goncourt en 1975, un premio que un autor sólo podía recibir una vez. El jurado evidentemente ignoraba que Émile Ajar y Romain Gary eran la misma persona. Claro que, con este éxito, llegaron las complicaciones. Público, crítica y el "tout Paris" querían conocer a la nueva revelación de las Letras. Emile Ajar no podía seguir en las sombras.

Gary avanzó entonces un paso más en el engaño. Apeló a un sobrino lejano, Paul Pavlovitch, a quien le pidió que asumiera la identidad de su alter ego, Émile Ajar. De todos modos, en prevención de posibles demandas futuras, "Ajar" rechazó el premio, y sólo concedió una o dos entrevistas, como para calmar la curiosidad del público.

Los dos libros con los cuales Romain Gary ganó el premio Goncourt; uno bajo el seudónimo de Émile Ajar
Los dos libros con los cuales Romain Gary ganó el premio Goncourt; uno bajo el seudónimo de Émile Ajar

Romain Gary escribió dos libros más bajo el alias de Émile Ajar y mantuvo el secreto de su doble identidad hasta el final: su suicidio, en 1980, sólo un año después del de la madre de su hijo. Fiel a su estilo sardónico, el mensaje que escribió antes de darse un tiro decía: "Nada que ver con Jean Seberg. Se ruega a los fervientes del corazón roto dirigirse a otra parte".

Era la última ironía de un hombre que la practicó hasta el final, como forma de hacer más tolerable la tontería humana. Escribía por "una necesidad de creer en algo", dijo una vez.

"Hice un pacto con ese señor de allá arriba, ¿lo conocen? Hice un pacto con él por el cual nunca envejeceré", dijo una vez, anticipando la decisión final.

Tenía un gran apego por los animales, que en varios casos protagonizan sus libros
Tenía un gran apego por los animales, que en varios casos protagonizan sus libros

Seis meses después de su muerte, su sobrino dejó atónitos a los críticos y al público al revelar que Romain Gary y Emile Ajar eran una sola y misma persona y que por lo tanto ambos habían muerto aquel 2 de diciembre de 1980. Se había burlado con gran altura de los críticos logrando ganar dos veces el premio Goncourt, algo único en la historia.

También ganó la batalla póstuma más importante, ya que sus libros no dejan de venderse y de reimprimirse. Incluso en castellano: en el año 2008, se reeditaron varios de sus títulos en España.

"Cometió el error de apoyar a las Panteras Negras e ir contra el FBI" (NYTimes, 14/9/1979)

Los hechos que desencadenaron la tragedia fueron relatados por el propio Romain Gary en un libro imperdible, autobiográfico, sobre la temporada en que él y Jean Seberg vivieron en Los Angeles, que se llama Perro blanco.

Tiempos felices: Jean Seberg y Romain Gary con su hijo, Diego
Tiempos felices: Jean Seberg y Romain Gary con su hijo, Diego

Gary y Jean Seberg vivían en Los Angeles a fines de los años 60. Ella estaba muy involucrada en la lucha contra la segregación en su país -recordemos que era la época de las marchas y protestas en todo el país por los derechos civiles, en particular bajo el liderazgo de Martin Luther King. Varias estrellas de Hollywood estaban comprometidas con esa causa. En el libro aparecen colegas de Seberg como Marlon Brando o políticos como el mismísimo como Robert Kennedy en campaña por la presidencia y a quien Gary y Jean apoyan, además de activistas y líderes del movimiento de los Panteras Negras (Black Panther Party), una corriente dentro del movimiento por los derechos civiles muy radicalizada.

Pero la peculiaridad del libro es su principal protagonista: un perro de cuya historia Gary se sirve para hacer una requisitoria contra el racismo, pero no sólo el tradicional de los blancos, sino también un racismo negro que surgía en los Estados Unidos, a medida que se radicalizaba parte del activismo de la lucha por los derechos civiles.

Una adaptación libre de “Perro blanco”
Una adaptación libre de “Perro blanco”

Gary encuentra a este perro perdido frente a su casa un día de lluvia y decide albergarlo hasta que aparezca el dueño. Es un ovejero alemán ya adulto. Sociable, tranquilo, parece adiestrado. Hasta que un día lo ve completamente fuera de sí, arrojándose contra el alambrado perimetral del jardín para atacar a un cartero que venía a entregarle un sobre.

"Empecé a experimentar ese malestar bien conocido por quienes sienten crecer a su alrededor una verdad penosa, cada vez más evidente, pero que se niegan a admitir", escribe Gary.

Esa verdad penosa es que Batka, como lo ha bautizado, es un "perro blanco", pero no por su pelaje, más bien grisáceo, sino porque fue entrenado para atacar únicamente a negros. Es un "perro blanco", de los que se usaban en las plantaciones para evitar la fuga de esclavos; sólo que estamos en pleno siglo XX. Sin embargo, todavía hay quienes los siguen entrenando con esos fines.

El director Samuel Fuller con el protagonista de Perro blanco
El director Samuel Fuller con el protagonista de Perro blanco

Gary le lleva el perro al dueño de un zoológico privado, que entrena animales, para que trate de enderezarlo… A partir de entonces, el libro intercala sus experiencias en un Los Angeles que se va agitando al compás de las manifestaciones e incidentes con la policía, las discusiones con los líderes negros más extremistas, y la otra lucha, la suya y la de un empleado del zoológico para tratar de "curar" a Batka.

En esto último hay cierto paralelo con la aventura de los protagonistas de Las raíces del cielo que, agobiados por la experiencia vivida en la guerra mundial, perdida toda esperanza en el hombre, buscan compensar esa profunda derrota, salvando a una especie animal amenazada, los elefantes. Salvando a lo que nos rodea, ya que el hombre no puede ser salvado.

Aquí, Batka es victimario pero antes que nada víctima y de la peor iniquidad humana. El hombre no sólo se destruye a sí mismo sino a lo que lo rodea.

El FBI espió a Seberg durante varios años
El FBI espió a Seberg durante varios años

Tras la muerte de Jean, Romain Gary denunció otro aspecto de sus vidas en aquellos años que en libro están sólo parcialmente reflejadas: la vigilancia y el acoso de que fue víctima su mujer por parte del FBI por su activismo en la lucha contra la segregación racial y por sus vínculos con los Panteras Negras. El FBI llegó a organizar una campaña difamatoria contra Seberg para "manchar su reputación". La Oficina Federal de Investigaciones había declarado a las Panteras Negras como "la mayor amenaza para la seguridad interna del país".

"Yo les voy a decir quién asesinó a Jean Seberg", dijo Gary en la conferencia de prensa que convocó junto a su hijos unos meses después de la muerte de su ex esposa. El FBI la había empujado al suicidio, dijo. Y, adelantándose a quienes podían acusarlo de fabulador, leyó un documento desclasificado del COINTELPRO, programa de contrainteligencia, firmado por el director del FBI sección Los Angeles en el que proponía "pasar una información a la prensa para ensuciar su imagen (to cheapen her image) ante el gran público". "Jean Seberg ha sido sostén financiero de las Panteras Negras y como tal debe ser neutralizada", fundamentaba el paper.

Romain Gary y su hijo Diego en el sepelio de Jean Seberg (París, 1979)
Romain Gary y su hijo Diego en el sepelio de Jean Seberg (París, 1979)

"Como apoyé a los Panteras Negras y los financié abiertamente, fui víctima de un complot del FBI que fue muy lejos", había contado la propia actriz en una entrevista.

El documento del FBI está fechado el 27 de abril de 1970 y solicita permiso al director Hoover para publicitar que el embarazo de Seberg era fruto de un romance con un líder de los Panteras negras, dado que ello "podría causarle vergüenza y ensuciar su imagen ante el público".

Desde la oficina central, autorizan la operación. Más aún, agregan una sugerencia: "Para asegurar el éxito del plan, el Bureau considera que sería mejor esperar aproximadamente dos meses más hasta que la preñez de Seberg sea evidente para todo el mundo".

La prensa sensacionalista filtró entonces que, mientras ella aún estaba casada con Romain Gary, el bebé que esperaba era hijo de un líder de las Panteras Negras, convirtiendo lo que para ella era una causa política en un asunto turbio.

Jean Seberg y Romain Gary
Jean Seberg y Romain Gary

La personalidad frágil y vulnerable de Jean Seberg, sumada al hecho de estar esperando su segundo hijo, le impidió tomarse estas cosas a la ligera. Traumatizada, el 20 de agosto de ese año Seberg dio a luz una niña prematura que murió a los dos días de nacer. Seberg nunca pudo recuperarse de este golpe. Desde ese momento, todo empezó a desmoronarse en su vida, e hizo depresiones y repetidos intentos de suicidio.

Para tener una idea de su estado de ánimo, basta leer lo que escribió sobre el sepelio de su hijita, a la que quiso enterrar en su pueblo natal en Iowa: "Abrimos el cajón y tomamos 180 fotografías y todo el mundo que tuvo curiosidad en el pueblo por el color de la bebé tuvo su chance de chequearlo. Muchos vinieron a ver". La niña estuvo dos días en un ataúd con tapa de vidrio. La había llamado Nina, por su abuela rusa.

Este episodio de persecución del FBI, que además por dos años había vigilado sus teléfonos y todos sus movimientos, está relatado en una novela de un célebre escritor, que no es Romain Gary, sino Carlos Fuentes: Diana, o la cazadora solitaria, que reconstruye con otros nombres la historia de esta actriz a la que conoció y con la que habría mantenido un corto romance.

Varias novelas de Romain Gary están traducidas al español, incluidas las tres mencionadas en este artículo: Las raíces del cielo, La vida por delante y Perro blanco.

La vida por delante fue llevada al cine con el título de Madame Rosa y ganó el Oscar a la mejor película extranjera en 1978. Su protagonista, Simone Signoret, obtuvo el César a la mejor actuación.

Perro blanco es una adaptación muy libre incircunscripta a la historia de Batka pero que elude la parte autobiográfica.

Diego, el hijo de Gary y Seberg, escribió un libro sobre sus padres.

Simone Signoret protagonizó la película basada en la novela de “Émile Ajar”
Simone Signoret protagonizó la película basada en la novela de “Émile Ajar”

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