El rompehielos Irízar volvió a navegar luego de 10 años de inactividad

Realizó una prueba este mediodía. Infobae conversó con el Ministro de Defensa

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Y un día, volvió a navegar. Aunque todavía falta (y mucho) para ser "dado de alta", el rompehielos ARA Almirante Irízar zarpó este mediodía del Complejo Industrial Naval Argentina (CINAR), para realizar una navegación de ajuste de propulsión. El buque, que está fuera de servicio desde el incendio que sufrió en 2007, fue sometido a un proceso de reconstrucción y modernización.

El Ministerio de Defensa detalló en un comunicado que "durante la navegación se llevaron adelante verificaciones y ajustes de sistemas, equipos y motores de propulsión para evaluar su respuesta ante diferentes exigencias".

La examen realizado se enmarca en una serie de pruebas en puerto, mar y hielo que son realizadas para obtener la certificación final del DNV y poder ser entregado a la Armada Argentina.

Hasta ahora se realizaron las puertas en el puerto y hoy comenzaron las pruebas en el mar, de las que participan personal de la Armada, Tandanor y de las distintas empresas que actuaron como proveedores.

"El Irízar volverá al astillero en unos días y, si está todo bien, volverá a navegar hacia Puerto Belgrano, donde se le agregará una aleta y se harán unas pruebas que, para que se entienda, son algo así como el alineado del auto. Si es necesario, volverá al astillero. Y si está todo bien, deberá hacer la última prueba, que es la prueba de hielo", precisó a Infobae el ministro de Defensa, Julio Martínez.

Consultado sobre la fecha en la que estima que el buque volverá a la Antártida, prefierió no dar una respuesta. "Todos mis antecesores se equivocaron, así que prefiero ser cauto y esperar el resultado de las pruebas. Esto es un gran avance y estamos muy contentos, pero todavía tenemos que seguir trabajando", evaluó Martínez.

Las tareas en el Irízar comenzaron en 2010, en los talleres de Tandanor. Tras el proceso de reconstrucción y modernización, el buque se convirtió en un rompehielos único en el hemisferio sur, ya que incorporó tecnología de última generación, duplicó su capacidad de transporte de Gas Oil Antártico e incrementó en un 600% la cantidad de espacio dedicado específicamente a la investigación científica.

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