Pasaron 35 años de la Guerra de Malvinas. Y aunque mucho se ha hablado del final del combate, un capítulo poco explorado de ese pasaje trascendental de la historia argentina fue el destino de los soldados argentinos que murieron en las Islas, cuyos restos todavía descansan en el cementerio militar argentino de Puerto Darwin.
Un documento inédito, que Infobae publica hoy por primera vez luego de varios meses de investigación, revela cómo fue ese final para los que se quedaron en las Islas. Una ceremonia jamás vista: el entierro de 221 soldados caídos y encontrados en tumbas colectivas y en los campos de batalla, celebrado el 19 de febrero de 1983.
Llama la atención el absoluto respeto de los británicos por los argentinos caídos. Con el final del combate, desapareció la noción de enemigo. Habían vuelto a ser pares. Con una cuota extra: el Reino Unido, por primera vez en su historia, sepultaba soldados adversarios en un territorio administrado por la corona británica.
La filmación que consiguió Infobae, de la que sólo se conocían algunas pocas imágenes, tiene un audio de fondo que fue incluido por soldados ingleses, así como también una serie de anotaciones en español. Esas inscripciones permitieron reconstruir en qué consistió la ceremonia, encabezada por el sacerdote católico Daniel Spraggon, que dependía del nuncio papal de Londres, designado -a la vez- alto observador del Comité Internacional de la Cruz Roja. Lo secundaron el cura católico Austin Monaghan y el capellán protestante McDowall.
Luego del ingreso de los soldados británicos al cementerio, bajo un cielo completamente nublado, se ve la llegada del general David Thorne, comandante de las fuerzas británicas en Malvinas, y el capitán Geoffrey Cardozo, encargado junto a un grupo de profesionales civiles de recuperar de los alrededores de la rocosa isla barrida por el viento los cuerpos que habían estado en las tumbas de combate durante unos 8 meses.
El Kyrie Eleison que se recitó a continuación es una importante oración de la liturgia cristiana, de origen pagano. Es el famoso "Señor, ten piedad de nosotros" que se suele cantar en las misas, una mezcla de aclamación y súplica que antecede a la palabra de Dios.
Se puede ver también al padre Spraggon bendiciendo las tumbas, mientras los guardias permanecen con la cabeza agachada, apoyados sobre su arma, en un gesto de profunda introspección y respeto. El sacerdote le pidió a Dios que "confíe estos soldados, marineros, aviadores y marinos mercantes argentinos para el cuidado de los santos ángeles".
Lo que siguió fueron las salvas de honor, máxima distinción de los caídos, efectuada por el Segundo Batallón de la Guardia Galesa, que formaba parte de la British Forces Falkland Islands (BFFI).
Luego del rezo del Padre Nuestro, se realizó un toque de silencio, que no es el que se suele escuchar en occidente, sino The Last Post, el toque de clarín o corneta que en los países del Commonwelth usualmente se entona en los entierros castrenses, entre otras ceremonias, publicado por primera vez en 1790. En el entierro en Malvinas fue ejecutado por una corneta natural. Y con la lectura del Salmo 23, se dio fin a la ceremonia.
El final del video descoloca. Es la imagen de una ofrenda floral de los kelpers. La dejaron bajo la cruz principal del cementerio. En contra de lo que se podría suponer y pese a la fuerte oposición de los ciudadanos de Malvinas a la instalación del cementerio, que se hizo lejos de la población y fuera de su vista, al final hubo una señal de respeto.