Este martes por la mañana, la plana mayor del Ministerio de Seguridad encabezado por Patricia Bullrich y Eugenio Burzaco y las mayores jerarquías de la Policía Federal, la fuerza que conducen los comisarios Néstor Roncaglia y Mabel Franco, se dieron cita en la dependencia de la PFA sobre la calle Cavia para dar inicio a una nueva etapa.
El trasfondo era evidente: el año pasado, la PFA fue partida en dos. Sus 54 comisarias y varias divisiones pasaron a la esfera de la Policía de la Ciudad. La Federal así reconfiguraba su tarea: con nuevas delegaciones en varios puntos del país se volvía, precisamente, en una fuerza de alcance federal, dedicada a combatir delitos organizados y complejos, como narcotráfico, trata de personas, trata laboral, defraudaciones y estafas entre otras tareas de rigor como custodiar funcionarios y edificios públicos. "Es un cambio de paradigma en todo el país", anunció Burzaco desde la tarima. Bullrich apuntó a "bandas más complejas y un crimen organizado, a organizaciones que intentan desarticular y corromper al Estado, en la política y en las propias fuerzas de seguridad". "Se pasa de las comisarías a la investigación, a unidades inteligentes y tácticas", continuó la ministra.
Hubo anuncios: un aumento del 12% para los efectivos más allá de paritarias, un pase a tareas operativas de gran parte de los miembros administrativos de la PFA. También, en el predio de la calle Cavia, hubo una demostración de capacidad operativa y táctica. Divisiones como el GEOF, GE-1, Explosivos y la Unidad Criminalística Móvil demostraron su equipamiento.
Las armas del grupo GEOF fueron un punto fuerte. Por ejemplo, la ametralladora Minimi Saw M249, de fabricación belga, capaz de cargar 250 balas calibre 5,56 en un cargador casette. Los efectivos también llevaban cámaras GoPro en sus cascos, con protectores auditivos Peltor. El poder de fuego del GEOF no termina ahí: la mayoría de los hombres mostraron fusiles de asalto SIG calibre .223, con clips de 30 municiones. El grupo GE-1, por su parte, cuenta con rifles Remington de calibre 308 y rifles CG de fabricación británica.
El drone DJI modelo S1000 fue una de las piezas fuertes del área de Video y Comunicaciones Aeronáuticas, empleado para filmaciones y seguimientos en investigaciones judiciales. Sin límite de altitud, puede tener una autonomía de vuelo de 20 minutos con una cámara Lumix y control remoto Fasstest más 32 gigas de memoria. La división Explosivos mostró a sus canes detectores como Mirko, un ovejero sable entrenado para oler bombas con tres años en la fuerza.
La brigada de Riesgos Especiales cuenta con trajes plomados para resistir radiación y contadores para medirla. El helicóptero Eco Charlie S135 fabricado por Airbus -la PFA cuenta con dos- cuenta con cámaras giroestabilizadas y faros de búsqueda. La Unidad Criminalística además de sus valijas de rastros para recolectar evidencia cuenta con una pizarra digital Wacom, la misma que emplean estudios como Pixar para sus films, para realizar identikits.