El 22 de diciembre de 2006, Carolina Demczuk, de 28 años, oriunda de Adrogué, recibió una invitación de parte de Eduardo Daniel Nadotti, "El Oso", uno de los dueños del boliche Ku, uno de los mayores clásicos de la noche de Pinamar, cerrado hace dos años. La invitación era muy simple: ir a tomar cocaína y tener sexo en el departamento del empresario sobre la calle Húsares, junto a una amiga, oriunda de Tigre.
Los llamados de Nadotti habían sido de cierta insistencia; "El Oso" hasta le pagó el remise a ambas chicas. Al mediodía siguiente, Carolina fue encontrada muerta en el pallier del edificio por una ambulancia del SAME, junto al sector donde se tiraba la basura, luego de un llamado desesperado de su amiga.
Carolina había muerto luego de siete horas de consumo, tras llegar a las 5 AM al lugar; Nadotti ni siquiera había intentado asistirla en su agonía. La Justicia cree que, mientras Carolina moría, el empresario se dedicó a descartar la droga en su departamento. Se sabe que Demczuk tomó un baño de inmersión antes de morir. Sin embargo, el SAME la encontró vestida; los investigadores creen que su cadáver fue acondicionado para alejar sospechas. Nadotti siempre negó todo. "Yo a su hija no le doy nada, pongo sobre la mesa y cada uno se agarra", les dijo el empresario, co-propietario de la marca Ku según datos del INPI, a la madre y a la hermana de Carolina, según ellas mismas aseguraron.
Lo que había hecho Nadotti, darle droga a una chica y dejarla morir, precisamente, era un crimen. "Facilitación de estupefacientes" y "abandono seguido de muerte" fueron los delitos en la carátula del expediente en su contra. Fue un largo camino hasta caer preso. Hoy al mediodía, once años después, según confirmaron fuentes judiciales a Infobae, el empresario fue finalmente arrestado en los tribunales de Comodoro Py.
Fue, básicamente, un logro de la fiscal general Gabriela Baigún, que representó al Ministerio Público Fiscal en el juicio contra Nadotti. Baigún había logrado una primera pena en junio de 2015: el Tribunal Oral Federal N°4 sentenció a Nadotti a cuatro años de cárcel, la mitad de lo que había pedido Baigún.
El empresario invocó a un poder celestial tras ser condenado. "El día de hoy que me pregunto por qué no fui yo el que se murió ese día", aseguró ante el Tribunal. "Tuve tiempo de depresión, de estar mal, de consumir. Hasta que un día pude pedir ayuda y salir de todo eso. Esa ayuda se la pedí a Dios y él me la dio", dijo. Tuvo el beneficio de seguir libre hasta que la condena quedara firme. Ayuda divina o no, la fiscal Baigún apeló el veredicto y fue por más.
En el día de hoy, el Tribunal Oral Federal N° 6, integrado por los jueces María del Carmen Roqueta, Julio Panelo y José Martínez Sobrino -que falló en disidencia parcial- resolvió aumentar la pena de Nadotti a seis años y hacer efectiva su detención de inmediato. El empresario fue arrestado en el TOF N° 6 mismo tras presentarse a recibir la noticia y fue trasladado a la alcaidía de la planta baja de los tribunales, a la espera de una asignación de cupo en una cárcel federal.