En el marco de una audiencia solicitada por la jueza Elena Liberatori, titular del juzgado N°4 en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, dos expertos explicaron un informe técnico sobre la situación de la orangutana Sandra, que está desde 1994 en el ex zoológico porteño, pero a la que un histórico fallo le reconoció la calidad de "persona no humana".
El primero en tomar la palabra fue el biólogo y profesor adjunto de la Cátedra de Bienestar Animal de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires, Héctor Ferrari. "Sandra tiene una estrecha relación con las personas que la rodean, maneja un sistema de trueques para conseguir cosas, y trata de sustraerse de las presencias tapándose. Del tiempo de observación registramos que el 57,48 por ciento del tiempo diurno está inactiva, esto es un problema. Hay mucho tiempo de Sandra donde no está ni desplazándose ni interactuando, comparada con cualquier animal silvestre, ella está mucho tiempo descansando. El lugar donde más tiempo está es en el roquedal junto al vidrio. En las rocas se cubre y se clausura", explicó. Y evaluó que "la clausura sensorial es un problema" que podría llegar a la automutilación.
El experto aclaró que habría que debatir si el objetivo es trasladarla o mejorarle la vida en el lugar en el que está. ¿A favor? Todavía puede cambiar su vida. ¿En contra? Si sale del país, perderá los derechos que ganó. Pero hay una certeza: algo hay que hacer. "Sandra está en un estado de leve depresión, no ve un ambiente que la castigue pero ve un ambiente sin recompensa. Tiene posibilidades de cambiar su vida, otros animales ya no la tienen. El exceso de descanso más la conducta de esconderse permiten concluir que el ambiente la está dañando lentamente. Sandra está en condiciones de ser trasladada a un espacio más grande, tridimensional, pero no debe retirarse del contacto humano hasta que se esté seguro que no será más dañino", abundó Ferrari.
Por su parte, el doctor en Ciencias Biológicas y primatólogo Aldo Giúdice resaltó que "los orangutanes son los homínidos no humanos más inteligentes", y que Sandra -originalmente llamada Marisa cuando llegó al ex zoológico porteño- "debería ser tratada como cualquier niño humano, respetando su autonomía, porque es un cuasi humano, un 'orangu-humano', un 'orangu-urbano'".
Giúdice hizo hincapié en la edad de Sandra, 31 años, puesto que los orangutanes viven hasta 70 años, pero que en cautiverio esta expectativa se reduce "por el gran sufrimiento que les produce".
Para graficar ese sufrimiento, el especialista puso un ejemplo. "Cuando va a las rocas, va porque fracasa con el sistema, es un gesto de resignación. Frente a esa resignación a esta situación –ella sabe que está en exhibición–, juega una última carta de resistencia y se tapa como diciendo 'no me van a ver'. Sandra es un pez fuera del agua, es un animal arborícola en un recinto con piedras", sostuvo.
Además, repasó una larga lista a deficiencias, desde la falta de controles médicos o la falta de reposición del pasto de su celda. Y propuso que sea enviada a Borneo. "Yo la veo a Sandra con gente, como tía de crías huérfanas. En una nota de La Nación de 2016, la principal experta en el comportamiento de los orangutanes, Birutė Galdikas, dijo que Sandra es bienvenida en Borneo. La Salida para Sandra es Borneo, tratándosela como a los niños", estimó.
La audiencia fue solicitada por la jueza Liberatori en el marco de la ejecución del fallo que había sido dictado en junio de 2016 por la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario. De esa sentencia surge que "Sandra" es un "ser sintiente" (concepto receptado del Código Civil de Francia), y que, en consecuencia, debe buscarse una solución que evite sea tratada en forma inadecuada para su bienestar.
El nuevo informe de los expertos fue elaborado tras el acuerdo alcanzado en diciembre de 2016 por autoridades del Gobierno porteño y la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales. Dicha ONG fue la que impulsó la acción de amparo para que profesionales de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA estudien a la primate, establezcan indicadores del bienestar objetivo de "Sandra", y definan si la beneficiará o no el traslado a un santuario de Brasil.
En diciembre de 2014, en un fallo inédito, la Sala II de la Cámara de Casación Penal había declarado "sujeto no humano" a "Sandra" y le concedió, por primera vez a un animal en cautiverio, un hábeas corpus, para que pueda ser traslada a un santuario en Brasil y allí tener un régimen de "libertad controlada".