Los peregrinos ricoteros abandonan Olavarría, aunque todavía quedan decenas de personas perdidas

A más de 24 horas del desastre, gran parte de los asistentes al show del “Indio” Solari se alejaron de la zona en el único tren semanal que va hacia Buenos Aires. Sin embargo, aún hay una extensa lista de hombres y mujeres perdidos

Con la partida del único tren semanal que pasa por Olavarría -a la 1.20 de la madrugada- hacia Buenos Aires, se alejó una gran parte de la peregrinación ricotera que todavía merodeaba por esta ciudad del sur bonaerense. Cuando la formación frenó en el pequeño andén, los 354 pasajeros que tenían boletos desde hacía varios días se amucharon frente al único vagón habilitado para subir. Eran caras que podrían haber sido pintadas por Berni o quizá mejor por Rocambole; rostros agotados, con ojeras y resaca. Simbólicamente, eran los estertores de una jornada de luto, violencia e incertidumbre.

Ayer, 24 horas después del desastre, finalmente reapareció la Policía. Un fuerte control de la Federal garantizó que no se colara nadie en el tren, procedente de Bahía Blanca. Algunos pasajeros se quejaron sobre la "obsesión" de los agentes por revisar bolsos y bolsillos. Y comentaban con cierto sarcasmo sobre la fuerte presencia ahora, cuando lo peor ya había pasado. La relación entre el pueblo ricotero y la Policía nunca fue buena, ni antes del caso Bulacio y mucho menos, después.

Más allá de la llegada y partida del tren, todavía quedan ricoteros refugiados en el hospital Cura, donde anoche una veintena de hombres y mujeres dormía en el hall. Algunos tienen pasajes para hoy o mañana. Como Julián y Eliana, una parejita de Zárate que fue a ver al Indio con Priscila, su nena de 1 año. Están arrepentidos de semejante riesgo, me dice Julián, mientras le da de comer un pedacito de milanesa a la beba, un bocado del sándwich que el Municipio repartió ayer con una taza de café entre los refugiados del hospital.

En el hospital también están las personas que buscan a otras personas. Hasta anoche la lista de hombres y mujeres perdidos era larguísima. Dos mujeres policías apostadas en el hospital administraban probablemente más de 200 reclamos. Muchas de las fotos de estos chicos y chicas circularon por las redes sociales y al rato se fue sabiendo que habían aparecido. La falta de señal en los teléfonos celulares había complicado las cosas el sábado. Pero de otros aún no se sabe nada.

Olavarría amaneció ayer con muchas personas durmiendo en las calles y las plazas y adentro de los autos. Por momentos parecían protagonizar escenas de la serie The Walking Dead. Fisurados ricoteros que buscaban como zombis reencontrarse por fin con algo familiar, en una ciudad desacomodada emocionalmente y con las persianas bajas por el domingo y por el duelo. Algunos de los desorientados hallaron a sus amigos o a sus familiares durante la mañana y partieron. Otros, que habían perdido sus combis o micros finalmente se subieron a los 25 colectivos que el Estado provincial agregó de urgencia y gratis para repartir gente en Buenos Aires, Bahía Blanca y Mar del Plata. La demora en dar respuesta a los varados generó violencia en la terminal de micros, que anoche estaba detonada, llena de basura y olor a pis y donde todavía unas cien personas esperaban por el último bondi a casa.

La terminal de ómnibus, ayer cerca de las 22

Los resultados de las autopsias preliminares determinaron que las víctimas fatales no murieron por aplastamiento. A Javier León (41), de Los Polvorines, le detectaron una trombosis cardiopulmonar. El otro cuerpo aún no había sido reconocido, al menos hasta esta madrugada. Se trata de un hombre de entre 30 y 40 años, de pelo corto, un poco calvo, con una altura de 1,60. Tiene tatuada en colores la cara de un dragón sobre un tribal en la pierna derecha y, según la autopsia preliminar habría muerto por un paro cardiorespiratorio "traumático". Según las fuentes consultadas por Infobae, podría haber sido sobredosis, pero no está confirmado.

En el hospital Cura lucha por su vida Antonella F. Su estado es crítico. La chica entró el sábado a la noche muy mal y los médicos hicieron un intenso trabajo para reanimarla. Está con asistencia respiratoria mecánica producto de una intoxicación que, según fuentes municipales, podría haber sido con algún tipo de droga.

Pasado el estupor, los comentarios en las calles de los vecinos de Olavarría y también de los espectadores del show apuntaron a criticar la organización del show, compartida entre la productora y el Municipio.

El intendente de Olavarría, Ezequiel Galli (36), habló para los medios cerca del mediodía. El jefe comunal dio información y ensayó una explicación que no convenció. Según él la salida del show fue caótica porque los accesos estaban preparados para 160 mil personas. Todos los que estuvimos ahí sabemos que aun con 50 mil personas esas salidas hubieran quedado chicas.

Así trasladaron a decenas de varados en Olavarría (@CN24NOTICIAS)

Aunque después Galli reconoció que la ciudad se desbordó y que el concierto se les fue de las manos por la gran cantidad de gente que llegó, fuera de los números ingenuamente previstos. En su rostro también se veía el peso de una noche dantesca que puede durar mucho tiempo.

Mientras Galli hablaba con los medios, el Indio Solari declaraba como testigo ante la fiscal Susana Alonso. Según fuentes judiciales, lo hizo dentro de un hotel céntrico que cerró para él y los músicos y parte de la producción. A tres cuadras de allí, 20 años atrás, Solari dio una conferencia de prensa histórica tras la prohibición de los shows de Los Redondos. Ayer algunos fans que esperaban verlo reflexionaban que tras tanto dolor, sería bueno volver a escuchar qué tiene para decir al respecto.