Murió ahogado en el Riachuelo y lo identificaron recién 10 años después

Fernando Ocampo era un joven de Avellaneda que había sido visto por última vez en diciembre de 2006. Una reciente denuncia de su hermana Nélida permitió confirmar que su hermano era un individuo catalogado como NN que había aparecido sin vida en el Riachuelo en 2007

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El cuerpo de Fernando Ocampo fue encontrado sin vida en 2007 en el Riachuelo (NA)
El cuerpo de Fernando Ocampo fue encontrado sin vida en 2007 en el Riachuelo (NA)

Fernando Ocampo tuvo una juventud muy complicada. Afectado profundamente por una adicción a las drogas, se pasó muchos años con una vida nómade, sn lugar fijo de residencia. Desde hace una década permanecía desaparecido. Hasta que en las últimas horas, por medio de programas sociales del Gobierno Nacional, se reveló a su familia que el joven murió en el 2007 ahogado en el Riachuelo.

El Ministerio de Seguridad de la Nación confirmó que un cuerpo identificado en diciembre de 2007 como un NN pertenecía al joven que a los 16 años abandonó su casa y practicamente perdió contacto con el resto de su familia.

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La gran responsable de haber dado con el paradero del joven fallecido fue su hermana, Nélida, quien se acercó en su momento a una de las oficinas de las Agencias Territoriales de Acceso a la Justicia (ATAJO), donde se atienden denuncias y se derivan casos judiciales procedentes de los barrios más necesitados.

Allí, la mujer reactivo que se reanude la denuncia por desaparición realizada en 2006 ante el Polo Judicial de Avellaneda y de la que no se había conseguido respuesta alguna. Esta vez, representantes de ATAJO, junto a la Unidad Fiscal de Instrucción pertinente y al Sistema Federal de Personas Extraviadas lograron dar con el cuerpo del joven, catalogado durante diez años como un NN y le dieron una resolución a una incógnita que torturó a la familia durante tanto tiempo.

La denuncia de Nélida Ocampo en una de las sedes de ATAJO fue la que permitió dar con el paradero de su hermano
La denuncia de Nélida Ocampo en una de las sedes de ATAJO fue la que permitió dar con el paradero de su hermano

Una infancia traumática

Al momento de su último contacto con la familia, Fernando vivía junto a su madre y sus hermanos. Desde muy pequeño, el joven había mantenido problemas con las adicciones a las drogas. El fallecimiento de una hermano menor de seis años debido a un accidente doméstico no hizo más que profundizar su crisis: cayó en una depresión severa y aumentó su consumo de drogas.

Fernando abandonó su casa así a los 16 años. "El día de su desaparición, lo vi en horas de la mañana sin notar nada extraño. A la tarde noche, él se fue de casa sin dejar dicho adónde iba. Desde ese día no volví a verlo", indicó la hermana del fallecido en declaraciones publicadas por el diario "La Capital".

En un principio parecía algo normal, porque Fernando solía desaparecer durante varios días. Sin embargo, la sorpresa se dio cuando pasaban meses y la situación seguía igual. La primera denuncia por su desaparición fue hecha dos años después de haberlo visto por última vez. Aún así, no hubo respuesta.

A Fernando se lo vio deambulando por la ciudad de Mar del Plata
A Fernando se lo vio deambulando por la ciudad de Mar del Plata

Recién siete años después, Nélida acudió al Centro de Contención de Dolores, donde Fernando había permanecido un tiempo a los 14 años. Allí, le dijeron que el joven había estado detenido en Santa Teresita y que mientras estuvo en Dolores había tenido una hija, de quien hoy no hay noticia alguna.

También se hizo referencia a que el joven aparecía deambulando a lo largo de dos años en la ciudad de Mar del Plata. Esos paseos incluyó un par de visitas al Centro de Atención Integral para la Niñez y Adolescencia (CAINA), ubicado en la avenida porteña Paseo Colón. Precisamente, ese centro fue el último lugar donde se lo vio a Fernando antes de su desaparición.

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Así, pasaron años de misterio, de incógnita y de desconocimiento sobre el futuro de Fernando. Hasta las últimas semanas. La secretaría de Cooperación con los Poderes Judiciales, Ministerios Públicos y Legislaturas, dependientes de la Cartera de Seguridad nacional, informó que las huellas dactilares de Fernando coincidían con las de un individuo NN, cuyo cuerpo había sido encontrado sin vida en el Riachuelo en el 2007.

Hoy, la familia Ocampo vive sentimientos encontrados: el dolor de haber corroborado el fallecimiento de uno de sus hijos y el consuelo de haber podido alcanzar el cierre a una larga historia de misterio e incertidumbre.

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