Recientemente un grupo de treinta científicos especializados en primates publicaron un artículo en Science Advances alertando sobre la situación crítica de los primates a nivel mundial. Estimaron que alrededor del 60% de las especies están en peligro de extinción debido a actividades humanas extractivistas. Los autores concluyeron que el mundo pronto se enfrentará a un gran evento de extinción si no se implementan acciones efectivas inmediatamente.
En general al leer estos informes se nos suelen venir a la mente lo que se conoce como monos del Viejo Mundo: chimpancés, gorilas y oranguntanes, las especies más carismáticas que se han hecho célebres por documentales y películas. Sin embargo, en nuestro país existen cinco especies diferentes de monos, quizás no tan "famosas", pero que no quedan afuera de los riesgos detallados en el artículo: Alouatta caraya (conocido como carayá o aullador negro y dorado), Alouatta guariba clamitans (carayá rojo o aullador marrón), Aotus azarai (mirikiná), Sapajus nigritus (caí o capuchino negro) y Sapajus cay (capuchino de Azara).
En Argentina la deforestación resultante de la agricultura y ganadería a gran escala junto con las inundaciones de bosques ribereños para la construcción de represas son los factores que están poniendo en mayor riesgo la subsistencia de estas especies. Otras amenazas graves también son el tráfico de fauna para comercio de mascotas y la cacería.
Una de las primeras cosas que se necesitan para evitar la extinción de una especie es conocer detalladamente su biología y esa es la tarea que realizan los primatólogos. En Argentina, la mayor parte de primatólogos doctorados pertenecen al CONICET, y una pequeña proporción son investigadores en el exterior. En general son biólogos de formación o antropólogos biológicos con grupos de investigación consolidados en Misiones, Corrientes y Formosa y Buenos Aires. También hay grupos de investigación en Salta, La Plata y Chubut. Entre investigadores, becarios y estudiantes suman unas 25 personas. Muy pocas.
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Consultada acerca del impacto de los resultados del estudio mundial de primates en las especies de Argentina, la Dra. Luciana Oklander investigadora del CONICET y presidenta de la Asociación de Primatología Argentina (APRIMA) manifestó que "la re-categorización de los riesgos de extinción de nuestras cinco especies realizada por un grupo de expertos convocados en 2012 demostró que la mayor parte de las especies de primates de la Argentina estaban en peor estado que antes, o que para algunas especies no se disponían de datos para realizar una evaluación correcta".
La primatóloga enfatiza que "esto es alarmante, porque no tenemos una cantidad suficiente de gente investigando en los ambientes naturales por una combinación de falta de profesionales con falta de apoyo institucional para realizar estas evaluaciones". En cuanto al rol que le toca jugar a APRIMA, la especialista expresa que la asociación fue creada formalmente por la gestión de los investigadores Martín Kowalewski y Marta Mudry en 2011 para impulsar estas actividades, promoviendo la realización de un Plan de Acción para la Conservación de los Primates de la Argentina desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
Además de los problemas relativos a la destrucción del monte, que es el hábitat natural de nuestras cinco especies, el tráfico de monos en la Argentina es también un problema muy grande. Al respecto la Dra. Oklander alerta que "si bien los datos estadísticos que surgen de los decomisos por las autoridades competentes están siendo actualizados, no reflejan la magnitud del problema". Como esos datos son aún poco informativos hay que buscar algún otro indicador de la gravedad de la situación. Uno de estos datos según Oklander es "la saturación de los centros de rescate, zoológicos y otros sitios de monos decomisados o entregados voluntariamente. La gravedad del problema se visualiza en la necesidad de estos sitios en relocalizar o liberar monos porque están saturados. A su vez los nuevos decomisos o entregas voluntarias de monos tienen el problema de no encontrar siempre un sitio con normas reguladas de bienestar animal".
Dado que en este momento se está debatiendo a lo largo del país la reconversión de los zoológicos en ecoparques, es pertinente pensar cómo se deberían manejar los ejemplares de monos que han estado cautivos por años y los que son permanentemente recibidos en incautaciones o por entrega voluntaria. Para avanzar en una mirada común de este problema APRIMA y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación llevaron adelante el taller: "Pensando soluciones entra la gestión y la investigación: hacia un protocolo de acción frente a los primates decomisados". El trabajo del taller tuvo como principal producto el intercambio de experiencias entre distintos sectores vinculados a las diferentes etapas del proceso de reinserción que se plasmaron en un conjunto de recomendaciones. Durante el taller sectores académicos, ONGs, organismos de gestión de la biodiversidad y organismos de control y fiscalización plantearon los problemas y se pensaron soluciones de forma conjunta.
Al respecto de este tema la Dra. Oklander afirma que muchas veces "los medios de comunicación resaltan las liberaciones de fauna con una visión demasiado positiva". Añade que "es importante destacar que es algo positivo sólo en ciertas ocasiones. Las liberaciones realizadas sin un protocolo adecuado, como el que estamos preparando en la Argentina, pueden traer consecuencias negativas para el ecosistema, para los individuos liberados, para las poblaciones de monos silvestres y hasta para el ecosistema en donde se está realizando la liberación".
El autor es Doctor en Biología, investigador independiente del Conicet y profesor (UBA).