La Ciudad realizará en los próximos días la primera derivación internacional del Ecoparque, según el compromiso asumido luego de la reconversión del Zoo porteño. Se trata de un Guacamayo de Lear (o Leari) recuperado en el barrio de Flores en 2007 y criado desde entonces en el predio de Palermo que será enviado a un centro de recuperación de aves en el estado de Minas Gerais, Brasil, para su conservación.
El ave pertenece a la familia del Guacamayo de Spix, especie que se hizo mundialmente conocida por la película Rio, de Disney, y es una de las especies en peligro de extinción debido al tráfico ilegal, ya que por su belleza y rareza (sólo habita en Brasil) es muy cotizada en el mercado negro de animales, especialmente por coleccionistas. En este caso fue encontrada en una habitación de una antigua casa del barrio de Flores, junto a otros cuatro guacamayos de la especie Jacinto, y de allí fue trasladado al entonces Zoológico de Palermo, donde fue cuidado por veterinarios especializados.
El Guacamayo de Lear llega a vivir entre 30 y 50 años en algunos casos
Del rescate participaron la Dirección de Fauna Silvestre y Conservación de la Biodiversidad de la Nación y la División Medioambiente de la Policía Federal.
En unos 10 o 15 días, el ave, que cumple el período de cuarentena, será entregada por la Dirección de Fauna al Instituto de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Brasil, previa aprobación del juez de la causa, para que sea parte de un programa de reproducción y cría para repoblar el medio silvestre.
"Esta derivación es muy importante, no sólo por el ejemplo de trabajo de cooperación de dos países para la conservación de la fauna en peligro de extinción en nuestra región, sino también porque es un mensaje de concientización para luchar contra el tráfico ilegal de animales que, según la WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza), mueve más de 180 mil millones de dólares por año, y es el tercer ilícito más grande del mundo, después de las armas y las drogas", aseguraron fuentes del Gobierno de la Ciudad.
Al pronto traslado del Guacamayo de Lear se suma el de dos hembras Lobitos de río (nutria subtropical) que fueron llevadas al refugio Güirá Oga, en Misiones, y el de dos Águilas coronadas a San Luis, para su liberación.
Se trata de Pancha, que llegó al antiguo zoológico en mayo de 2013 tras una incautación de Fauna Nación, y Meg Anne, quien arribó en agosto de ese año, gracias a la donación de un particular. Su caso fue especial ya que tenía 45 días de vida, pesaba 600 gramos y fue criada a mamadera por los cuidadores. El Lobito de río llega a vivir hasta 21 años en cautiverio, se alimenta principalmente de peces, crustáceos y moluscos. En un acto de oportunismo su dieta se estira a insectos, reptiles, aves y pequeños mamíferos. En el país se encuentra en Salta, Jujuy, Tucumán, Formosa, Chaco, Misiones, Santa Fe, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos y Buenos Aires.
El viaje hacia su nuevo hábitat se hizo en avión, dentro de caniles especialmente acondicionados,y previamente se los entrenó para que puedan volar sin que sufran estrés.
El refugio de animales silvestres "Güirá Ogá", fundado 1997, es co-manejado con el Ministerio de Ecología de la Provincia de Misiones y Fundación Azara y es un ejemplo en rescate y rehabilitación de fauna silvestre.
Por su parte, las Águilas coronadas viajaron en camioneta a San Luis al Centro de Conservación de Vida Silvestre en la Florida. Allí hay una voladora de tamaños adecuados para que musculen (paso previo para que sean liberados) y así completar la rehabilitación. Uno es Ronaldinho, un macho joven de plumaje rufo y colorado que nació en La Pampa, en 2012. El Centro de estudios y Conservación de Aves Rapaces de Argentina (CECARA) le colocó un anillo y un GPS para monitorearlo. En noviembre de 2014, recibió un disparo que le causó fracturas múltiples y le quedó plomo en la sangre, de esa manera llegó al antiguo Zoológico, donde se le realizaron tres cirugías ortopédicas que le salvaron la vida.
El otro ejemplar es un adulto gris que llegó desde Mendoza en octubre de 2016. Vivió más de diez años en el Zoológico de San Rafael y luego en un campo. Su estado de salud es bueno y tiene buena relación con otras águilas.
Actualmente el Ecoparque trabaja en un plan de acción para la conservación del águila coronada, la especie más amenazada en Sudamérica, se alimenta de serpientes (coral, yarará), lagartos, tortugas y se cree que algún mamífero pequeño. Habita desde el norte de Río Negro hasta el Sur de Brasil, en bosques de quebracho o algarrobo.