Las escuchas que comprometen a un famoso abogado imputado por un asesinato barra

El penalista Marcos Cella fue imputado por la muerte de una joven ligada a su cliente “Tubi” Segovia, un violento de la hinchada de Newell’s

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Marcos Cella, al entregarse ayer y quedar detenido.
Marcos Cella, al entregarse ayer y quedar detenido.

La línea puede ser difusa para un abogado defensor. Durante años, el penalista Marcos Cella fue una suerte de figura estelar para el submundo del crimen santafesino. Defendió, por ejemplo, a "Ema Pimpi" Sandoval, el acusado de balear la casa del ex gobernador Antonio Bonfatti. Representó también a Elizabeth Cantero, hermanastra de Ariel Cantero, líder máximo del clan narco Los Monos. Este viernes por la tarde en los tribunales rosarinos, Cella tuvo que sentarse en la silla usualmente reservada a sus clientes: la del acusado.  

Luego de una larga audiencia presidida por el juez Gonzalo López Quintana, Cella fue imputado como partícipe de un brutal asesinato barra ocurrido el 16 de diciembre pasado: la muerte a tiros de Lorena Ojeda, que falleció luego de 45 días de agonía, un caso a cargo del fiscal Luis Schiappa Pietra, a cargo de la Unidad de Homicidios Dolosos, con la intervención de la Policía de Investigaciones de Santa Fe.

Lorena no era el blanco original del crimen, sino su hermana, Brisa, pareja de Jonathan Rosales, enemigo de uno de los mayores clientes de Cella, Rubén Ariel "Tubi" Segovia, de 29 años, un pistolero de la barra de Newell's con un largo historial de violencia, imputado por al menos tres homicidios y señalado como un articulador entre la hinchada y ciertos sectores de Los Monos gracias a un parentesco con el clan Cantero, según apuntó el diario La Nación.

Jonathan Rosales fue asesinado el 22 de junio pasado: "Tubi" fue imputado por el hecho, bajo la carátula de homicidio agravado por arma de fuego. Uno de sus cómplices fue arrestado en la cancha de Newell's a comienzos de diciembre. Brisa, testigo presencial del crimen de Rosales, estaba destinada a una rueda de reconocimiento: era la única que podía señalar al barrabrava como el presunto matador de su pareja.

A comienzos de diciembre pasado, llegó a oídos de Segovia que su rueda vendría, lo que sellaría su suerte. Según la acusación del fiscal Schiappa Pietra, Cella logró una demora del reconocimiento a su cliente. En esa ventana de tiempo, pistoleros bajo las ordenes de Segovia fueron a buscar a Brisa Ojeda: terminaron baleando a su hermana menor, gracias al parecido físico entre ambas.

Segovia fue imputado en la audiencia de este viernes como autor intelectual e instigador de la muerte de Lorena. Cella se había entregado ante las autoridades anoche, de cara a su audiencia. Schiappa Pietra presentó una serie de escuchas que incriminan a Cella en el caso, conversaciones entre el abogado y "Tubi" Segovia previas a la muerte. La defensa de Cella, a cargo del doctor Gabriel Navas, buscó inhabilitar esas escuchas con un pedido de nulidad basado en la confidencialidad entre abogado y cliente; el juez Quintana resolvió rechazarlo. Las escuchas, reproducidas en su totalidad por Infobae en esta nota, van más allá de las sutilezas.

La primera dice, a modo de preludio:

Ey, Marcos.

¿Quién habla?

El "Tubi".

Hola querido, ¿cómo andás?

Escuchá, recién me llamaron que vaya para…

Ah, porque te quieren hacer un reconocimiento

¿Pero de qué? ¿No sabés?

Me parece que lo de la ronda es.

¡No me digas, boludo!

Mirá, "La Patito", el abogado está hinchando las pelotas.

¿Y vos nos podés parar eso?

Es muy difícil pararlo, porque va a ser un indicio de culpabilidad.

Sí, pero escuchá, yo tengo nada, supuestamente, vos…

La mina dice "que es Tubi el que manejaba".

Días después, abogado y cliente retomarían el contacto. En el nuevo llamado, incluido también en este artículo, Cella habla explícitamente de Brisa Ojeda. Segovia le responde: "Amplialo para la semana que viene, yo veo si la hago desaparecer". "Dale amigo, chau", se despide Cella, accediendo al plan.

El último llamado entre ambos es quizás el más explícito de todos. Es Segovia el que contacta a Cella:

Hola.

Marcos.

Sí, querido.

Ahí me quieren arrancar para allá, porque corte vienen y te arrancan y es judicial, te arrancan sí o sí.

¿Me escuchás?

Corta el chip. Tiralo.

Dale. Listo.

Chau, chau.

Escuchame. Mirá que me van a llevar y voy ahí.

Yo me voy a hacer el bobo, eh.

¿Sabés por qué? Porque no te dije que pudimos…

Por eso te dije que hagas lo que tenés que hacer.

El ministro de Seguridad provincial, Maximiliano Pullaro, aseguró tras destacar la labor de la Policía de Investigaciones santafesina que "nosotros venimos sosteniendo que hay profesionales, abogados y contadores que van más allá del asesoramiento técnico, que se han convertido en parte de las bandas, y eso es inadmisible". Pullaro continuó, enfático: "Necesitamos que los colegios profesionales sean terminantes, condenando públicamente y suspendiendo la matrícula de quienes han deshonrado su profesión".

Cella, por su parte, logró la excarcelación en las últimas horas del viernes, según fuentes tribunalicias en Santa Fe. Le costó caro: la fianza fue de un millón de pesos. El abogado deberá presentarse ante la Justicia el lunes por la manaña.

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