Cristian Schaerer tenía 21 años cuando fue secuestrado en las últimas horas de la noche del 21 de septiembre de 2003, en la entrada de su domicilio del barrio Las Tejas, de la capital correntina. Lo apuntaron con armas largas y de puño, y se lo llevaron en un Fiat Duna. Pese a que se pagaron 277 mil dólares de rescate, nunca más se tuvieron noticias de él.
Según la investigación, Schaerer fue trasladado a una zona en las inmediaciones de Paso de los Libres y luego a Uruguayana, en Brasil, donde fue ocultado y permaneció cautivo a partir del 22 de octubre y por un lapso de aproximadamente 15 días.
La última prueba de vida en el caso Schaerer se remonta a noviembre de 2003, cuando antes de ser pagado el rescate, los familiares recibieron un escrito de Cristian en el que respondió a una serie de preguntas que, según los parientes, "sólo él podía responder". A su vez, Néstor Barzuck, presunto encargado de cuidarlo en el cautiverio, dijo que lo abandonó con vida el 9 de noviembre, en manos de dos de los condenados por el secuestro, los hermanos Sergio Gustavo y Oscar Antonio Salgán.
Las pericias comprobaron que los Salgán lo tuvieron recluido en una quinta de Paso de los Libres hasta los primeros meses de 2004. Luego, se estableció que Cristian estuvo cautivo entre marzo y mayo del 2004 en un aserradero de Garupá, Misiones, propiedad de Carlino Rojas Morel. Un testigo dijo haber conversado con el joven secuestrado en ese lugar.
Otro testimonio que lo muestra con vida es el de Pastor Rojas Martínez, quien aseguró haberlo trasladado desde Misiones a Paraguay a bordo de una Traffic color blanca. Por último, los pesquisas cuentan con la declaración de otra testigo, Mariela Rojas, esposa de Ariel Del Valle –miembro de la banda que lo habría tenido en Paraguay–, quien ubicó a Schaerer en diversas viviendas de la zona rural de Edelira, en el departamento paraguayo de Itapuá.
Según la madre de Cristian, Pompeya Gómez, todos los testigos coinciden en que el último que se lo llevó a él es Lohrmann, quien sabría dónde está.
Por el secuestro hubo dos juicios. En el primero se juzgó a los supuestos cuidadores, mientras que en el segundo fueron condenados algunos de los principales integrantes de la banda y un policía que fue cómplice. Sin embargo, faltaban los jefes, Rodolfo José Lohrman y José Horacio Maidana, quienes finalmente están detenidos y es posible que sean extraditados a la Argentina, donde, al margen del juicio por el secuestro y otros casos, la familia Schaerer espera que cuenten qué hicieron con Cristian.
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