"Si Mirtha Legrand le hiciera hoy las mismas preguntas a Cris Miró en su programa sería rechazada"

El periodista y escritor Carlos Sanzol habló sobre la dura vida de la actriz, su búsqueda constante de identidad y el incómodo reportaje que le hizo la conductora de televisión

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El periodista Carlos Sanzol es autor de la biografía Hembra. Cris Miró. Vivir y morir en un país de machos. En una entrevista con Infobae, aseguró que con su libro buscó "mostrar como evolucionó la sociedad con respecto a la homosexualidad y los trans" y que quiso contar "una historia universal: la de una persona que debió luchar contra prejuicios sociales para construir su identidad".

–Hablemos un poco del contexto histórico porque en ese momento las personas trans eran tratadas de enfermas, de psicópatas, de prostitutas. Hay una evolución muy importante que pasa con el personaje de Cris…

–Sí. En realidad en esa época que a Cris le tocó vivir –ella nació en el 65 y murió en el 99–, regía de los años 50 un edicto policial, como una especie de normativa para regular la moral, que decía algo así como que 'se va a detener a todas aquellas personas que transitan por la vía pública vistiendo ropa del sexo opuesto'. Eso persiguió a las travestis hasta 1999 que se da de baja. De hecho, una persona trans de ese momento podía llegar a pasar 5 días presa en condiciones infrahumanas.

–En el libro decís que es una persona tímida, pero sin embargo aquellas que la conocieron o la vieron por la televisión aseguran que era una persona despampanante, alta. ¿Crees que siempre le costó afrontar esto que le pasaba?

–Yo creo que ella era muy reservada. No contaba demasiado lo que le estaba pasando ni siquiera al círculo más íntimo. De hecho, lo que pasó con el libro es que en un momento yo no podía avanzar porque no sabía bien lo que le iba a pasar al personaje. Y después me di cuenta que eso era el personaje: alguien que silenciaba un montón de cosas, que se reservaba, misterioso; creo que ella no pudo hablar de determinadas cosas. No pudo hablar de su enfermedad, por ejemplo. No pudo hablar públicamente porque ella vivía con HIV; de hecho, se muere como consecuencia de una enfermedad vinculada al SIDA. No podía hablarlo porque en ese momento había una cierta estigmatización. Las personas que tenían HIV eran relegadas.

–Ahora que traes a la conversación la palabra medios, me viene a la imagen la entrevista que Mirtha Legrand le hace a ella y de alguna manera la incomoda. ¿Vos crees que hoy estando enfrente de Cris Miró le haría las mismas preguntas?

–Creo que no. Tenía que ver con un momento de una época determinada en que las personas travestis eran vistas como fenómenos de circo. En realidad se les preguntaba cuáles eran los genitales que tenían, si siempre estaban vestidas así, si en un momento podían cambiar la cabeza y transformarse en un hombre, todo el tiempo hostigando cuál es el nombre masculino. Estamos hablando de 17 años atrás, creo que por el avance que hubo en la sociedad cambió bastante la manera de pensar con toda la temática trans. Creo que si alguien hiciera esas preguntas, desde las redes sociales sería rechazada. Hay mucha presión social para que este tipo de hostigamiento no se produzca.

–Algo que rescato mucho es que su representante le decía que actuase como una dama. ¿Ese era el perfil que ella más o menos quería?

–Juanito Belmonte, un representante que falleció hace un par de años (tenía como representado a Palito Ortega y a Joan Manuel Serrat, entre un montón de figuras), la descubre a Cris en un cocktail de una peluquería en el año 94 y ve en esa persona que había una potencialidad de artista. Pero Juanito tenía que hacer que la gente aceptara a Cris como una persona trans. Entonces decide hacer un formato para todo público, una de las cosas que le pide es que no entre en escándalos, que no haga polémicas, no grite, sino que se comportase como un ser educado.

Entrevista completa:

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