Cinco jóvenes murieron el 15 de abril pasado por el consumo de éxtasis en la fiesta electrónica "Time Warp". Las muertes se dieron en un contexto de desidia: venta de drogas a la vista de todos y falta de controles de los organismos públicos y de las fuerzas de seguridad. La historia se repitió cuatro meses después en un boliche de Villa Devoto. La víctima fue una chica de 15 años que murió de sobredosis.
En el local bailable "Loop" ingresaban menores de 14 y 15 años, se vendía droga bajo la complicidad de sus dueños y hasta uno de ellos era quien la suministraba; los empleados de seguridad privada evitaban los controles y el lugar ya tenía dos clausuras.
Allí pasó las últimas horas de su vida Rocío Ayelén Artiga, de 15 años, donde consumió alcohol, cocaína y drogas de diseño. Murió el mediodía del 6 de agosto en la casa de un ex tarjetero del boliche que con la ayuda de un amigo tiró el cuerpo en la calle para que no lo culpen de la muerte.
La investigación judicial que se abrió por la muerte de Rocío –a cargo del juez federal Marcelo Martínez de Giorgi y del juez Juan Pedro Zoni– reveló cómo era "Loop". "Un descontrol, vendían droga, había menores", resumió en su declaración uno de los 13 testigos de identidad reservada que dieron testimonio en la causa. Infobae accedió a las constancias de la causa.
"Loop" está ubicado en la avenida Beiró 3128, en el barrio de Devoto, y estaba habilitado como local bailable clase C. La Agencia de Gubernamental de Control (AGC) del gobierno de la ciudad de Buenos Aires renovó el 24 de mayo de este año su habilitación por un año. Dos meses antes, el 15 de marzo, había sido clausurado por consumo de alcohol después del horario permitido y el 7 junio ocurrió lo mismo por la presencia de menores de edad.
Los testigos dieron cuenta cómo en "Loop" se violaban las normas de ingreso de menores y se permitía la venta y el consumo de drogas.
Al lugar podían entrar chicos y chicas de 14 y 15 años. "Era muy particular, porque podías encontrarte a gente mayor de tipo 50 años y chicas de 14 años de edad", declaró un testigo.
Los menores entraban después de las 3 de la mañana cuando ya no había controles del gobierno porteño. "Las echaban como si no las conocieran", dijo otro testigo si llegaban menores cuando había algún control. "Adentro del boliche se vendía droga", declaró otro testigo. Se podía conseguir marihuana, cocaína y pastillas de drogas sintéticas, fue el testimonio unánime que se recolectó en la causa. Inclusive la droga era prenda de negociación para ingresar: "Se arreglaba en la puerta las entradas a cambio de droga".
Los "patovicas" del boliche –personal de seguridad privada– reconocían las irregularidades. "Nosotros no pedíamos el DNI pero tengo entendido que había menores", declaró uno de ellos. Y dos dijeron que se consumía marihuana y cocaína.
Pero los testigos hicieron a los patovicas cómplices de lo que ocurría. "En el boliche siempre se pudo consumir droga, ejemplo quizás algún amigo me convidaba marihuana y los patovicas por algo a cambio que le dieras a ellos te daban como cierta custodia para que puedas consumir tranquilo", declaró uno de ellos. "En ese lugar siempre se pudo consumir lo que quisieras sin problema hasta que pasó lo de Costa Salguero", agregó en referencia a la tragedia de "Time Warp": para consumir drogas había que salir del boliche y después volver a entrar.
"La situación descripta en cuanto al local en cuestión, no se circunscribió a la sola madrugada del 6 de agosto pasado, sino que era algo reiterado y habitual que se remontaba tiempo atrás", sostuvo el juez Martínez de Giorgi.
A "Loop" fue el 6 de agosto Rocío, sus dos hermanas y una amiga de ellas. Rocío tenía 15 años, un hijo de 11 meses, vivía con sus hermanas y su mamá en La Paternal, estaba terminando el primario y era adicta a las drogas. Esa adicción la llevaba a tener relaciones sexuales a cambio de droga por la falta de dinero para comprarlas. Así lo declararon en la causa sus hermanas y otros testigos de identidad reservada.
La vulnerabilidad de Rocío era aprovechada y la llevó a la muerte.
Cuando Rocío llegó al boliche, preguntó por Daniel "Chueco" Statella, uno de los dueños. Statella tiene 43 años y los testimonios coincidieron en que era una de las personas que le daba droga a Rocío. Esa noche le permitió el acceso al vip y ambos fueron vistos juntos en varias oportunidades.
Statella le dio a Rocío la droga de diseño "cristal". Rocío también consumió alcohol y cocaína. Las hermanas de Rocio declararon que ella les contaba que Statella les daba droga. Una de ellas contó que una semanas antes Statella llevó a su hermana a la casa y cuando se bajaba del auto le mostró una bolsa: "Es cocaína, me lo dio el Chueco".
A las 8:30 de la mañana –después de intercambiarse mensajes de whatsapp – Rocío fue a la casa de Walter Andanese, un ex tarjetero de "Loop" de 18 años, a quien había conocido en el boliche. Andanese vive a 17 cuadras del boliche y según los testigos, era otra de las personas que le daba droga a Rocío. "Estoy en lo de Walter, tiene falopa, tiene pepas y va a comprar escabio", le dijo a una de sus hermanas cuando la llamó por teléfono.
A cambio de la droga, Andanese y Rocío tuvieron relaciones sexuales. Para el juez Martínez de Giorgi era un "modus operandi". En la causa se constataron al menos otras tres veces en las que Andanese le ofreció droga a Rocío por sexo. Una de ellas fue tres días antes de su muerte y el diálogo quedó registrado en sus cuentas de Facebook:
WALTER ANDANESE: Y si te regalo unas pepas más me dejas hacerte unas carisitas mientras miramos la peli?…
ROCIO ARTIGA: Jajaj como quieras
WALTER ANDANESE: Ajajajaja vos me dejas? Y si te doy flores y pepas me haces carisitas vos? Muero callado igual tranqui…
WALTER ANDANESE: Mirá que te regalo un monton de falopa si es asi.
Rocío murió el mediodía de ese sábado en la habitación de Andanese. La autopsia reveló que fue producto de una sobredosis de drogas y alcohol. La joven comenzó a sufrir convulsiones. Andanese llamó a cuatro amigos (Matías Mari, Gianluca Iannelli, Kevin Vetere – había estado en la casa cuando llegó Rocío– y Guillermo Viña) para que lo ayuden porque Rocío se "estaba muriendo". No quería darle asistencia a la joven, sino que juntos saquen el cuerpo a la calle para hacer pasar que la muerte se produjo en la calle. Dos de ellos le pidieron que llame a ambulancia y se fueron de la casa. Rocío seguía en estado de convulsión. En la casa estaba la madre de Andanese.
Andanese y Mari sacaron a Rocío a la calle y se deshicieron del celular de la chica que no pudo ser encontrado. Por el lugar pasaba un matrimonio en auto y la mujer llamó al 911. "Justo yo vi que la llevaban arrastrándola", dijo la mujer en el llamado que quedó registrado.
Por la noche, los cuatro amigos se reunieron en la casa de Andanese para acordar qué iban a declarar y exculparlo de cualquier responsabilidad. La primera versión que dieron en la justicia fue que Rocío salió de la casa y se descompensó en la puerta y cuando advirtieron esa situación trataron de ayudarla.
Pero el entrecruzamiento de llamados que se hizo en la causa reveló intensas comunicaciones entre los involucrados, lo que despertó sospechas y una idea de encubrimiento. A eso se sumó el llamado al 911. Todos fueron detenidos y cuando declararon ya como acusados revelaron el plan y la ayuda que les pidió Andanese para sacar a Rocio de su casa.
"Existe una clara relación de causalidad entre el accionar de los imputados Statella y Andanese y la muerte de Rocio Artiga", sostuvo el juez. "Cada uno de los encartados suministró estupefacientes a la menor en el lugar y espacio temporal en el cual interactuaron con la misma, no con la finalidad de su fallecimiento, sino con otro objetivo, que en este estado de cosas, puede sostenerse que era mantener relaciones sexuales con la menor", explicó el magistrado.
Andanese y Statella están presos y fueron procesados por los delitos de homicidio preterintencional, suministro de estupefacientes a título gratuito, facilitación de un lugar para que se lleven a cabo conductas en infracción a la ley de drogas y todo agravado por haber sido cometidos en perjuicio de una persona menor de edad.
Por su parte, Mari, Iannelli, Vetere y Viña fueron procesados por encubrimiento agravado. Mari también está preso. "Esta conducta encubridora de los nombrados, se extendió hasta el momento mismo en que se dispuso su detención, pues en ningún momento alguno de ellos, pudiendo hacerlo, recurrió a las autoridades judiciales o policiales aún a sabiendas de lo ocurrido con Rocío Artiga", describió el juez.
Por último, también fue procesado Patricio Contini, otro de los dueños del boliche, por facilitación de un lugar para que se lleven a cabo conductas en infracción a la ley de drogas, mientras que otros dos propietarios de la sociedad comercial recibieron la falta de mérito.
El caso está a estudio de la Sala II de la Cámara Federal que en los próximos días resolverá si confirma los procesamientos y las detenciones.