Alan Marcial Villalba, de 23 años, heredó los rasgos de su padre, Miguel Ángel, alias "Mameluco", el narco más célebre que alguna vez pisó territorio bonaerense. Tiene sus pómulos, sus ojos y nariz: su cara es casi idéntica. También, según la Justicia, heredó otras cosas, un poco más complicadas.
Alan fue detenido en su casa de dos plantas sobre la calle Larrea en la zona de Carlos Spegazzini a fines de junio último por orden del Juzgado Federal N°1 de Lomas de Zamora a cargo del doctor Patricio Santa Marina, con el secretario Leonardo D'Amore. Estaba acusado, puntualmente, de heredar el mando del negocio narco de su padre. Era su primer arresto: su ficha estaba limpia de antecedentes. Cayó junto a otros 13 presuntos miembros de su organización en una redada de 29 allanamientos, ejecutada por la delegación Ezeiza de la división Drogas Ilícitas de la Policía Bonaerense. La villa 18 de Septiembre en San Martín, el histórico bastión de "Mameluco", fue uno de los principales objetivos.
En total, se encontraron 42 kilos de marihuana y 11 kilos de cocaína boliviana, fraccionada en 12 mil dosis listas para la venta, con 11 mil papeles y mil paquetes, junto a otros 7 kilos de sustancias de corte para continuar el estirado. Se incautaron también armas de alto calibre, 133 mil pesos en efectivo, 74 celulares, máquinas termoselladoras y seis autos de alta gama. Todo este esquema, según el juez Santa Marina, estaba comandado por Alan desde su teléfono.
El hijo de "Mameluco" jamás se encargó de tocar droga, de acuerdo a la acusación del Juzgado Federal N°1: Matías Rodríguez Juárez, alias "El Pony", su supuesto lugarteniente, lo hacía por él, en una estructura totalmente verticalista. "Pony" funcionaba como intermediario entre los dealers y los proveedores; cualquier cuestión de dinero, apuntan fuentes de la causa a Infobae, debía ser resuelta por Alan, que estaba inscripto en la AFIP, irónicamente, como un kioskero.
Villalba hijo vivía entre algunos lujos en su casa de Spegazzini, a donde ingresaron miembros de la Unidad de Información Financiera de cara a sospechas de lavado de activos. Se encontró, por ejemplo, un Volkswagen New Beetle en el garaje, el auto personal de Alan. En su cuarto, en donde tenía un pequeño frigobar, había una gran cantidad de zapatillas deportivas, llantas, una de sus debilidades. También, varios perros pug, con un valor mínimo de 10 mil pesos por cachorro.
La concubina de Alan, madre de su hija de casi dos años, estaba en la casa cuando irrumpió la Bonaerense: le lloraba a los efectivos, decía no saber nada. Fue imputada al comienzo de la causa, para luego recibir una falta de mérito. No hubo razón para mantenerla acusada: simplemente atendía el teléfono y pasaba los llamados.
Sin embargo, el hallazgo más inquietante en la casa de Alan no fue un perro, un auto, o un par de zapatillas. Una denuncia anónima de un arrepentido hecha el 16 de junio último fue lo que llevó al Juzgado Federal N°1 de Lomas tras el rastro del hijo de "Mameluco". El dato resultó ser bueno. El arrepentido no solo señaló a Alan, sino a otros dos supuestos traficantes: cada acusación llevó a resultados positivos. En la casa, de acuerdo a fuentes cercanas al expediente, la Policía Bonaerense encontró una copia de la denuncia. Villalba hijo tenía la copia, que se cree llegó a sus manos a través de abogados defensores de las otras causas, pero no tenía el nombre de quien lo delató, lo que sería una vendetta asegurada.
Hoy, Alan está junto a su familia en el penal de Ezeiza, luego de pasar por la cárcel de Devoto: comparten el mismo pabellón, el F, ubicado en el Módulo II. No solo está con su padre, condenado a 23 años; también se encuentra su hermano Iván Gabriel, dos años mayor que él y condenado a ocho años por la Justicia de Entre Ríos luego de que le encontraran 80 kilos de marihuana.
La conducta de los Villalba no es problemática, de acuerdo a fuentes en el Servicio Penitenciario Federal. Se molestaron por una reciente requisa, pero no mucho más que eso. Que Alan sea trasladado a Ezeiza no fue solo un pedido de su defensa, a cargo del doctor Diego Storto: fue también un pedido de "Mameluco" mismo.
El temor era obvio; que Alan estuviese junto a su padre le aseguraba cierta seguridad tumbera de cara a posibles enemigos y sus facas en otras cárceles. Pero del otro lado de la reja, en los tribunales de La Plata, la situación de Alan se complica: la sala III de la Cámara Federal de La Plata, integrada por los jueces Carlos Nogueira y Antonio Pacilio, confirmó su procesamiento con prisión preventiva a comienzos de este mes, tras rechazar los pedidos de nulidades de su defensa. Para el heredero del mayor capo de San Martín, el juicio oral es casi un hecho.
Infobae accedió al fallo completo. En el texto, se señala a Alan como cabeza de una organización "que tenía como objetivo adquirir cocaína y marihuana en grandes cantidades" para fraccionar y comercializar y que "la ganancia del negocio" provenía del menudeo "en los pasillos de la Villa 18 de Septiembre". Sobre Alan: "Las pruebas colectadas dan cuenta que Villalba era quien dirigía esta organización. Las explicaciones brindadas… no son suficientes como para rebatir aquella hipótesis". El fallo de la Sala III asevera: "Desde su posición preferencial delegaba las funciones operativas en sus personas de confianza". La principal era "Pony" Rodríguez.
El supuesto lugarteniente de Alan -encargado según el tribunal de "recibir la droga que ingresaba a la organización, trasladarla al sitio donde era fraccionada y luego, una vez acondicionada para su vente, contactarse con las personas que llevaban los envoltorios"- no apeló su procesamiento. "Pony", básicamente, se cargó el bulto de la acusación encima.
Según el fallo de la Sala III, "se hizo cargo de todas las operaciones que surgen de las escuchas telefónicas llevadas a cabo sobre sus abonados e indicó que fueron por cuenta y orden suya, que Alan Marcial Villalba nunca participó en las mismas y que él no obedecía órdenes". También cayó Carlos Martínez, "El Rengo", que estaría a cargo del fraccionamiento de la droga de la banda, con "Pony" como jefe directo: los 11 mil papeles de cocaína aparecieron en su casa en Almirante Brown.
Alan trataba de no dejar rastros. "Te necesito, gatito, contéstame que no tengo nada encima, no tengo un mango encima", le decía via SMS un presunto integrante de la banda. Villalba hijo le respondió tajante: "Amigo, deja de poner giladas por acá que yo no le tengo que llevar nada a nadie".
Sin embargo, los seguimientos policiales lo dejaron en evidencia. Uno, por ejemplo, del 17 de septiembre de 2015, en donde se observó que "Pony" llevó un bulto desde la casa de Alan en Carlos Spegazzini hasta la villa 18 de Septiembre. Hubo también una proximidad establecida a través de antenas de celulares activadas, por ejemplo, el 13 de abril último, de cara a un procedimiento policial que despertó al núcleo duro de la banda.
Aldo y Fernando De Bortoli, padre e hijo, también recibieron las confirmaciones de sus procesamientos. Son quizás los dos nombres más llamativos en la trama. Según el juez Santa Marina y según convalidó la Cámara Federal platense, eran los encargados de proveer de cocaína y marihuana a la banda, con viajes relámpago al norte del país, puntualmente a la frontera paraguaya. No serían la histórica línea de droga de los Villalba, sino un proveedor reciente. Padre e hijo cayeron en un lugar muy distinto a puntos como la Villa 18 de San Martín: fueron capturados en su casa de estilo moderno en el corazón de un country en la zona de Villa Rosa, Pilar. Les encontraron 30 kilos de marihuana y un poco de cocaína.
Las escuchas no los benefician. Aldo De Bortoli, por ejemplo, le pide en una conversación a "Pony" Rodríguez "450 lucas" para hacer "un viaje allá arriba" en camioneta. "El martes tiene la plata", dijo De Bortoli del otro lado de la línea. En noviembre del año pasado, la Bonaerense siguió el rastro de una supuesta entrega de dinero en una estación de servicio sobre la autopista Ricchieri donde, de acuerdo al fallo, participaron los De Bortoli, "Pony" y Villalba hijo.
Los viajes de De Bortoli padre salieron a la luz gracias a registros de Migraciones, incluído una salida de cinco días a Colombia en marzo de 2015. "Esta todo más que bien, estuve con los número uno", le anunció a "Pony" Rodríguez tras su regreso.
El procesamiento confirmado, por otra parte, marca el fin de una era narco en el conurbano. Fuentes policiales y judiciales coinciden: "Después de esto, a 'Mameluco' no le queda mucho. Perdió gente y perdió territorio. Está casi acabado".