Final feliz. Tras casi 24 horas de preocupación y misterio, Mailén Sánchez, una niña de 12 años que era buscada desde el jueves a la tarde por su familia, fue encontrada sana y salva en una casa de Balvanera.
Hasta ahora era un misterio qué había pasado entre las 14 del jueves y la mañana del viernes, cuando una señora llamó a la policía para informar que había ubicado a la niña.
Se tejieron muchas hipótesis y afloraron las versiones. Algunas apuntaban a un posible secuestro. Otras insistían sobre un pequeña aventura que quiso montar la niña con sus amigas. Fue el papá de Mailén, Sergio Sánchez, quien echó luz luego de hablar con su hija, con la mujer que la encontró y con los investigadores: "Fue una travesura".
Todo comenzó la tarde del jueves. Mailén junto a dos compañeras del colegio Instituto Libertad, del partido de San Martín, habían planeado pasar la noche en la calle. La peripecia incluía un paseo por el Obelisco, hamburguesas en un local de comidas rápidas y pernocte en el subte. Toda una "aventura" para ellas; todo un infierno para sus papás.
Una de las chicas se bajó antes de que comenzase el plan. La otra, Reina, se arrepintió cuando la historia había comenzado. Viajó con Mailén en tren, se bajaron en Chacarita y se fue. Decidió volver con sus padres.
Fueron sus dichos los que alarmaron a la familia y a la comunidad: "A Mailén la secuestraron y se la llevaron en una camioneta blanca". Sin embargo, con el correr de las horas, un careo entre Reina y la otra niña que se bajó del plan terminó develando que en realidad estaba sucediendo otra cosa.
Mailén avanzó sola. Caminó por la Ciudad. Se perdió. Llegó hasta la zona de la Facultad de Derecho, donde una señora la encontró junto un árbol. La chica estaba asustada. Lloraba. No sabía ni qué decir.
La señora que la encontró la llevó a su casa, la alimentó y la cuidó. Esta mañana, se levantó y llamó a la Policía para contar lo que había pasado. Dice que habitualmente no ve los canales de noticias y por ello no estaba al tanto de todo el revuelo que se había armado en torno de Mailén.
Esta mañana, Sergio fue a buscar a su hija a la casa, ubicada en Balvanera. La nena estaba en perfectas condiciones. Se quebró en llanto y confesó la jugada. "Hablamos poco y nada. Si hay un error, se corregirá", dijo el papá conmovido.