Un belga fue detenido en La Quiaca con casi 40 mil pastillas de éxtasis

Eric Gorgemans fue capturado en un micro que venía desde Bolivia: llevaba la droga en dos valijas. Ya tenía antecedentes por el mismo delito en su país. Las pastillas ya habían aparecido en manos de un dealer que irá a juicio por Time Warp. Superávit de químicos en el mercado negro

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Gorgemans, al ser detenido por Gendarmería.
Gorgemans, al ser detenido por Gendarmería.

El 24 de octubre de 2005, Eric Gorgemans recibió una visita de la Policía nacional de Bélgica en su casa de la pequeña localidad de Genappe, a unos 40 kilómetros de la ciudad capital de Bruselas. La visita fue con un ariete: Gorgemans era buscado junto a otros cuatro cómplices por montar un laboratorio clandestino para producir GHB en su propio garaje. El GHB, o ácido gamma-hidroxibutírico, es un clásico de las fiestas electrónicas, un poderoso euforizante líquido que altera rápidamente la percepción. Le encontraron, además, 250 pastillas de éxtasis. Su organización, pequeña pero eficiente, incluía a dos chicas llamadas Krystel y Cindy, que se encargaban de ubicar la droga en fiestas.

La pena para Gorgemans, según publicó en aquel entonces el periódico belga Le Soir, no fue particularmente dura: 150 horas de trabajo comunitario. El viernes pasado a la madrugada, once años después, Gorgemans reapareció, no en Bélgica, no en un punto de la Unión Europea, sino en el paso Villazón-La Quiaca en Jujuy, a bordo de un micro de línea que salió desde Bolivia. Esta vez, lo encontraron con casi 40 mil pastillas de éxtasis con la forma de un pequeño fantasma azul. Las llevaba entre colchonetas de goma, ocultas en dos valijas.

Un perro de Gendarmería Nacional detectó el cargamento gracias a su olfato. El belga, de 37 años, quedó detenido por gendarmes en el Escuadrón 21, sección Tres Cruces de La Quiaca, a disposición del Juzgado Federal Nº1 de la provincia. Fue, digamos, capturado a tiempo: Buenos Aires, según confiaron fuentes de la investigación, era su destino final. Así, Gorgemans se convirtió en parte elemental de uno de los mayores fenómenos narco de la actualidad: un superávit de drogas sintéticas en el mercado negro, quizás el mayor en la historia argentina reciente.

El lote de éxtasis al ser revisado en La Quiaca.
El lote de éxtasis al ser revisado en La Quiaca.

Este mediodía, en una conferencia de prensa para presentar el hallazgo, Patricia Bullrich anunció que en 2015 se secuestraron poco más de 22 mil pastillas en todo el país: este año, la cifra ascendió a, según aseguró la ministra de Seguridad, más de 139 mil. 67 mil unidades de esa cifra provinieron de dos operativos a cargo de la PFA, que incautaron un lote enviado por correo desde Alemania. Números difundidos meses atrás por la Policía uruguaya también suben la alarma: otras 70 mil fueron incautadas en lo que va del año en el aeropuerto internacional de Carrasco. 36 mil de ellas, más de la mitad, estaban en las valijas con doble fondo de un belga y un holandés; ambos se dirigían a la Argentina.

La lógica del mercado de drogas indicaría que, ante incautaciones récord, los precios se dispararían. Sin embargo, usuarios de drogas sintéticas y conocedores del circuito electrónico coinciden: "Las pastillas vienen más fuertes y están más baratas. Cada vez hay más en el mercado. Se consigue cada vez más fácil". El tarifario se mantiene en la franja de 200 a 300 pesos. La tragedia de Time Warp en Costa Salguero en marzo último, con la muerte de cinco jóvenes y tres presuntos dealers que fueron elevados a juicio por el fiscal Federico Delgado, no aminoró la marcha del tren narco. En julio último, Infobae relevó el foro de consumidores Argenpills, donde usuarios locales postean experiencias tras probar nuevas pastillas en el mercado. Luego de la tragedia de Costa Salguero, fueron testeadas al menos 70 nuevas pastillas, en su alta mayoría éxtasis de carga media a alta, revelando nuevos ingresos en el mercado. A fin del mes pasado en Las Cañitas, efectivos de la Comisaría Nº31 encontraron a un joven con 500 pastillas amarillas con el logo de la cinematográfica Warner Bros en su cuño. Tenían un poder tóxico particularmente alto: cerca de 200 miligramos de MDMA. La causa quedó en manos del fiscal federal Juan Pedro Zoni.

Las casi 40 mil pastillas que Eric Gorgemans traía en sus valijas tenían la forma de un pequeño fantasma azul. Ya eran conocidas en el mercado porteño: le fueron encontradas en su casa a Lautaro Crespo, uno de los tres presuntos dealers que irán a juicio en la tragedia de Time Warp. Los usuarios de Argenpills ya las conocían: "Tardan aproximadamente 40 minutos en pegar. Mucho amor, mucha empatía, mucho baile", comentó uno de ellos en mayo último. Un sitio austríaco dedicada al control de daños en consumidores de químicos llamado Check Your Drugs realizó un análisis a las pastillas en marzo. Detectaron 112 miligramos de MDMA en una muestra, una carga de nivel medio.

En cuanto a Eric Gorgemans, de dónde partió y a quién debía abastecer, quién era el receptor final de esas 40 mil pastillas, es un interrogante que queda en manos de la Justicia.

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