Cabito: “No me hice rico con el kirchnerismo”

“Dijeron que yo cobraba 90 lucas y yo cobraba 8 mil por mes”, dice el ex participante de 678 en esta charla con Infobae. Lo que extraña y lo que no del gobierno de Cristina y sus críticas al modelo de Macri

— ¿En qué momento Eduardo se convierte en Cabito?

— Desde que nací; mi padre se llamaba Eduardo igual que yo, con lo cual ya estás obligado al apodo. En el cuento de Pinocho, cuando se escapa de la casa de Geppetto, hay un personaje que lo introduce en un mundo donde los chicos juegan todo el día, no van a la escuela y se la pasan paveando, se llamaba "Cabito". No me tenían mucha fe en el estudio, entonces quedó, porque estaba todo el día jugando.

— Algo del actor tiene que ver con eso, con jugar.

— Con jugar todo el tiempo, sí. Me suena rara la palabra actor, me queda grande, pero sí, actuar es lo más divertido que te puede pasar, hacer que sos otra persona.

— ¿Por qué sentís que te queda grande? Hoy estás totalmente dedicado a tu unipersonal y a la radio.

— Sí, pero para mí actor es Oscar Martínez. Ricardo Darín. Me cuesta laburo, he estudiado toda la vida aunque en el origen de "Cabito" no pareciera. Estudié publicidad, marketing, cine. Fui publicista toda mi vida y un día me fui a hacer radio gratis, una locura.

— Sí, empezaste ad honorem en la Rock & Pop.

— En Rock & Pop los sábados a las 6 de la mañana. Si iba hacerlo lo hacía con todo. No tenía hijos; eso hace que patear el tablero sea mucho más fácil. En publicidad me había ido bastante bien, con lo cual pude vivir tres, cuatro años casi sin cobrar un mango. Ahora tengo 46 años y la vida hasta acá fue un pestañeo. Así que lo que queda hay que vivirlo lo mejor posible. Siempre fui así, medio adolescente en cuanto a la forma de manejarme de la búsqueda del placer constante.

— Y si mirás el recorrido del 2001 a hoy, en esta carrera hacia la que te volcaste, ¿qué análisis haces?

— Felicidad total. Me había ido bien en la publicidad, filmé en el exterior, hemos ganado premios y cuando largué todo por hacer algo gratis mi mamá muy contenta no estaba, pero después vio un teatro lleno de punta a punta y entendió cuál era la búsqueda. Más allá del "éxito" porque también han venido cien personas a una función, eso te puede pasar. Soy bastante inquieto, me mantiene feliz. Del 2001 para acá la felicidad fue total, siempre felicidad.

— ¿Se pudo sentir orgullosa tu mamá?

— Y, soy el hijo; viste que ves cada nene horrible por la calle y los padres dicen: "Mira qué lindo mi nene". Y para mi mamá, señora, aunque no lo crea, yo soy hermoso.

— Tengo una frase tuya al respecto: "En el campeonato de los feos tengo claro que juego de 10".

— Sí, obvio. Hay nenas que son horribles que se quieren disfrazar de princesitas para los 15 y no están para princesitas como yo tampoco estaba para príncipe encantado. Que me toque de árbol, qué sé yo. Me parece que hay que ser más sincero con los chicos.

— ¿Te dolió en algún momento?

— No, nunca me dolió. Cuando yo era chico no pasaba de tratarme de "Gordo"; no había mucho acoso. Tal vez también por mi tamaño, siempre fui alto y no me jodían. No había bullying.

— ¿Desde el punto de vista de la salud tampoco te preocupa?

— Y sí. Trato de cuidarme lo más posible pero a veces es complicado. Por ahí requiere mucha voluntad. Pero horarios raros, comer a cualquier hora, desorden, no comer todo el día y de golpe comer un lechón a caballo con fritas a las doce de la noche…

— ¿La novia ayuda con eso?

— Ayuda sí, ayuda bastante.

— Están conviviendo, ¿cómo lo llevan?

— Es difícil, la convivencia está buena y es difícil a la vez. Es una lucha constante de ceder, ceder y ceder. Nosotros somos básicos y lo único que queremos es estar tranquilos y las chicas quieren otras cosas a veces.

— ¿Tenés ganas de ser papá?

— Por momentos sí, por momentos no. No sé si estoy preparado, es una gran responsabilidad.

— Hablábamos antes de empezar de la religión ¿creés en Dios?

— Soy católico, sí, creo en Dios. Rezo todas las noches. Es un momento de introspección.

— ¿Qué opinás del Papa Francisco?

— Tengo una opinión muy particular por un montón de temas. Primero me daba la comunión porque soy de Flores, un par de veces fui a su misa y he comulgado con él. Es de San Lorenzo, soy de San Lorenzo. Y me parece que es lo más a la izquierda que puede estar un Papa. Tiene una visión jesuítica que se nota en su manera de actuar. Me parece un Papa moderno dentro de lo moderna que puede ser la Iglesia; y donde hay cosas que yo no comparto como el tema de los preservativos o del aborto. Yo prefiero que no haya aborto, estoy más en contra que a favor. Ahora, ¿necesitamos una ley de aborto? Te digo que sí porque se mueren solamente las chicas con menores ingresos. Me parece súper injusto.

— ¿La extrañás a Cristina?

— Extraño ciertas cosas del gobierno. Me van a decir "¿y los bolsos?". Y no, no extraño eso, no extraño la corrupción y tampoco me gusta la corrupción de hoy en día. Si nos ponemos a pensar y a determinar qué cosas esperamos de un país o de un gobierno queremos todos lo mismo: que no te maten por la calle, queremos educación. El tema es cuáles son los caminos para llegar a ese lugar. Y hay un montón de cosas que sí extraño de Cristina como presidente. Tener un presidente que se plante frente a las Naciones Unidas, que se le plante a Estados Unidos, más que ser amigo. A lo largo de la historia, ser amigo de Estados Unidos no nos sirvió nunca. Pero bueno, entiendo que hay un gobierno que ganó por el 2 por ciento de los votos y hay que respetar ese 2 por ciento de diferencia. Espero que le vaya lo mejor posible, porque si le va lo mejor posible a Macri nos va a ir lo mejor posible a todos. Mi manera de ver la política es que prefiero darle a los que menos tienen. El pensamiento de izquierda es darle a los que menos tienen para que sea una pirámide ascendente; el pensamiento de derecha es darle a los que más tienen y que eso se derrame sobre la sociedad. Creo más en una fórmula que en la otra, pero bueno, ojalá esté equivocado yo.

— ¿Rescatás algo positivo de Macri desde que asumió?

— Me cuesta, porque muchas cosas que fueron promesas de campaña, como "Hambre 0", no fueron promesas de campaña, fueron mentiras de campaña. Todo aquello de "eh, parecés un columnista de 6, 7, 8", que le decía a Scioli, después hizo todo exactamente igual. Rescato por ejemplo cuando fueron gobierno en la Ciudad de Buenos Aires cosas palpables, vas a cualquier lugar a hacer un trámite y funciona diez mil puntos y me han tratado siempre de la mejor manera. Tienen cosas de gestión que funcionan muy bien y que las hacen efectivamente. La Ciudad de Buenos Aires es una ciudad que está muy linda,; lo que pasa es que si vas más para el Sur de la Ciudad de Buenos Aires y… no está tan linda. Esa tendencia a privilegiar a los que más tienen no es lo que a mí más me gusta de un político o no es lo que yo más espero de un político. Pero sí, tienen un poder de gestión que es interesante.

— ¿Irías a la Televisión Pública hoy a trabajar?

— Sí, por qué no. Hay que ver si me llamarían, pero yo iría a la Televisión Pública. En el gobierno anterior, los que pensaban en contra del gobierno en general tuvieron mucho más laburo que los que pensaban a favor. Si te ponés a revisar no tuvieron sólo mejores laburos sino también mejores pagos. Y en este me parece que son muy puntuales casos que a veces los utilizan para justificar un pluralismo, no se ve tanto. A mí me han hecho daño en lo personal; cuando publicaron que yo ganaba 90 lucas por mes en 6,7,8 cuando yo ganaba ocho mil.

— ¿No te hiciste rico durante el kirchnerismo?

— No, yo alquilo mi casa. Tengo un auto 2013. No me hice rico en lo más mínimo, y no era mi intención tampoco hacerme rico. Yo cobraba 8 lucas por mes y publicaron que cobraba 90 y la gente que lee en Twitter eso te recontra putea y te vienen con el discurso de "con mi plata….". Si es así, lo paro al policía y le digo: "Yo te pago el sueldo no me hagas la boleta", es lo mismo. Pero igual entiendo el enojo cuando el sueldo es desmedido. Yo cobraba menos que un panelista, un veinte por ciento menos. Te estoy hablando de mi caso, no sé en todos los casos, cada uno dirá, pero los sueldos de la Televisión Pública no son los más altos. Aparte está muy mal hablar de guita en televisión, porque no todos ganamos lo mismo, no todos tenemos las mismas posibilidades. Me parece obsceno, sobre todo cuando hay gente que literalmente se está muriendo de hambre.

— ¿Podés de todas maneras ver las situaciones de corrupción que se están revelando?

— Por supuesto.

— ¿Y qué te genera?

— Y, me da mucha bronca, me siento desilusionado. En su momento lo voté a De la Rúa, y la verdad no soy responsable de las muertes de ese diciembre fatídico ni de lo que pasó con la situación del país. Yo no lo voté a Menem pero estoy seguro que muchos que lo votaron después también se arrepienten. A mí Menem me prometió la revolución productiva y nunca vino. Uno vota confiado en un montón de cosas, después si el otro ejecuta mal… Igual para mí no hay que borrar con el codo lo que se escribió con la mano. Si hicieron mil casas y un atorrante, un intendente, se afanó cuatro para unos primos… Bueno, pensemos en las que se hicieron y ese que se afanó para los primos que devuelva las casas y que la justicia actúe y que vayan en cana los que tengan que ir en cana.

  • ¿Hoy la volverías a votar a Cristina?
  • Yo creo que sí, depende contra quién, pero creo que sí.

— ¿Scioli hubiera hecho las cosas de un modo diferente?

— No lo sé, lo que sí sé es que tengo un montón de amigos que votaron a Macri confiados de que era la solución y algunos porque no querían más al gobierno. Mirá que conocí kirchneristas, en mi entorno no hay uno que me dijera: "Scioli es la solución". Me parece que ahí la elección del candidato no fue la mejor. Igual la diferencia fue muy poca en la elección, fue un punto. Pareciera como que Cambiemos ganó por amplia mayoría y en realidad ganó ahí nomás.

— Estás presentando "La piña", tu unipersonal, ¿te diste muchas en la vida?

— No, en la vida no, pocas. La piña es una obra de teatro que trata fundamentalmente sobre lo que queremos. Es sobre una persona que choca a los cinco minutos y está toda la obra sin saber si está vivo o está muerto. Empieza a echar culpas, como hacemos todos, menos a si mismo. Y va repasando su vida de manera graciosa, atraviesa la religión, pasa por las drogas, por la familia, por su ex, está saliendo con una chica más joven. Pasa por un montón de estadios. Se presenta los Sábados a las 12 de la noche en el Teatro Metropolitan Citi.

Agradecimiento: Paula Balmayor producción de vestuario, Sofia Diez peinado y maquillaje.

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