Aunque sea "difícil" unir a los argentinos "no es imposible", afirmó monseñor Víctor Manuel Fernández, rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), hombre muy cercano al papa Francisco, que fue quien lo promovió al puesto que ocupa hoy en esa casa de estudios.
La charla de Fernández, que versaba sobre la cultura del encuentro en la Argentina, se hizo ante un público acorde al tema y a la intención: entre las 700 personas que asistieron, había referentes del oficialismo y de la oposición. Sentados en primera fila, lo escucharon: el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, los ex gobernadores bonaerenses Daniel Scioli y Felipe Solá, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, los senadores Juan Manuel Abal Medina y Omar Perotti, el diputado nacional Carlos Kunkel, el ex intendente de Matanza Fernando Espinoza –actualmente titular del PJ provincial- y el ex presidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez, entre otros.
La exposición del Rector de la UCA se centró en la propuesta del Papa de "crear una cultura del encuentro", para una sociedad más justa y sin excluidos, y en la que "cada uno se pueda expresar pacíficamente sin ser insultado o condenado, o agredido, o descartado", como lo señaló Jorge Bergoglio en el mensaje grabado que envió a los argentinos recientemente.
Monseñor Fernández también convocó a un "pacto cultural", necesario además del pacto social y político que tanto se debate en estos días. Y, como demostración de lo que nos perdemos los argentinos por nuestros desencuentros, contó una significativa anécdota de Borges.
A continuación, los puntos más destacados de su ponencia:
1 – Todos valoramos el objetivo de unir a los argentinos, aunque sea difícil delinear estrategias para lograrlo. Sin embargo, no es imposible. Podemos pensar caminos para fomentar el respeto mutuo, la escucha, la integración de todos, la paz social. A esto el Papa Francisco lo resume diciendo: "tenemos que crear una cultura del encuentro". (…)
2 – Bergoglio siempre rechazó las dialécticas que enfrentan, y su ideal es el poliedro, que tiene muchas facetas, muchísimos lados, pero todos formando una unidad cargada de matices. El poliedro es una sociedad donde las diferencias puedan convivir complementándose, enriqueciéndose e iluminándose unas a otras. De todos se puede aprender algo, nadie es inservible, nadie es prescindible. (…)
3 – El que está en las periferias también ve cosas que yo no veo, porque tiene otro punto de vista. Pero tengo que ser capaz de hacer un silencio para darle lugar y escuchar con interés ese punto de vista. (…) Se trata de recoger de la experiencia y de la perspectiva del otro, pero eso no significa perder mi identidad. Porque también mi identidad es parte del poliedro, es mi aporte, es mi don para los otros. (…)
4 – Por eso, no es sano huir de los conflictos, o ignorarlos. Hace falta aceptarlos y sufrirlos hasta el fondo, no esconderlos. Pero siempre con el ideal de resolverlos, de lograr armonizar las diferencias. De dos cosas diferentes se puede hacer nacer una síntesis que nos supere y nos mejore a los dos, aunque los dos tengamos que renunciar a algo. (…)
El Papa permite que dentro de la Iglesia algunos lo critiquen duramente, sin condenarlos
5 – En esta línea de "unidad en la diversidad" o de "diversidad reconciliada", están los gestos de acercamiento del Papa hacia otras religiones y hacia otras iglesias. En esa misma línea, él permite que dentro de la Iglesia algunos lo critiquen duramente a él, sin condenarlos. El otro, el diferente, tiene su lugar. (…)
6 – Cuando algo se vuelve cultura significa que se ha convertido en una "pasión" compartida, en unas ganas, en un entusiasmo y finalmente en un estilo de vida. Significa que como pueblo nos apasiona el objetivo de encontrarnos, de buscar puntos de contacto, de tender puentes, de proyectar algo que nos incluya a todos. El pueblo es el sujeto de esta cultura, no una elite que busca una pacificación aparente con recursos profesionales y mediáticos. Aquí está la gran diferencia entre populista y popular. (…)
7 – Tampoco sirve una paz que se logre silenciando las reivindicaciones sociales o evitando que tengan voz pública. (…) Por eso mismo Francisco afirma que la búsqueda de consensos y acuerdos tiene que estar unida a "una sociedad justa, memoriosa y sin exclusiones". Si no, sería un proyecto pacificador "de unos pocos para unos pocos" (Evangelii Gaudium 239), pan para hoy y hambre para mañana. (…)
Para algunos la insistencia de Francisco en incluir a los pobres es propia de un populista. Nada más lejos de su pensamiento
8 – Algunos llegan a decir que esta insistencia de Francisco en incluir a los pobres y débiles es propia de un populista, y que por eso mismo justifica la vagancia y la comodidad. Cómo se nota que no lo conocen y no lo leen. Nada más lejos de su pensamiento. Para este Papa es indigno que alguien no desarrolle sus capacidades, que viva "de arriba" cuando tiene posibilidades de desarrollar los dones que ha recibido. Miremos lo que él mismo dice. (…) Sostiene que "los planes asistenciales, que atienden ciertas urgencias, deberían pensarse sólo como respuestas pasajeras" (Evangelii Gaudium 202). En otro texto dice que él no está hablando de repartir comida o dinero, sino "especialmente trabajo, porque en el trabajo libre, creativo, participativo y solidario, el ser humano expresa y acrecienta la dignidad de su vida" (Evangelii Gaudium 192). (…). Y reconoce que para eso hace falta producir riqueza, y que por esa misma razón también son necesarios los empresarios. (…) Pero le compete al Estado un papel activo para favorecer un tipo de economía que genere puestos de trabajo, por encima del objetivo del beneficio o de la mera libertad de mercado. Porque el llamado "derrame" siempre es muy inequitativo. (…)
9 – …Francisco agrega una precisión: que cada uno "se pueda expresar pacíficamente sin ser insultado o condenado, o agredido, o descartado". Es decir, que cualquiera pueda opinar distinto, ofrecer un matiz, mostrar otro aspecto de la realidad sin que le caiga encima una catarata de insultos y sospechas.
10 – En esta línea de no excluir a nadie, tiempo atrás me provocó una impresión muy desagradable ver en los medios expresiones de desprecio hacia los marginales, casi negando su condición humana. Les menciono algunas impactantes: "Pobre gente, como se alimentaron mal de chicos tienen las neuronas dañadas y son fáciles de arrear. Animalitos. No tiene sentido que esa gente vote"; "tienen microcefalia, idiotas útiles, negros de talón partido"; "son esclavos con el cerebro lavado a los cuales les da lo mismo que les roben"; "irracionales amaestrados chorreando grasa. ¿Cuándo volverán los milicos para pasar una buena zaranda?". Palabras textuales ¿Cómo será posible unir a los argentinos si no nos angustia que se sigan diciendo este tipo de cosas?
11 – Por supuesto, nadie ignora que también hay expresiones agresivas desde los sectores más populares hacia la clase media, o hacia los empresarios, por ejemplo. El asunto es que no podemos colocarlos en paridad de condiciones. En este asunto no podemos hablar de "equilibrio". Porque los sectores que se consideran más educados o más favorecidos por la vida tienen una responsabilidad mucho mayor en comprender la situación, los condicionamientos, las historias sufridas y aun los valores de los menos favorecidos. (…)
Se habla de pacto social, pacto político, pacto moral. ¿Pero qué es un pacto cultural?
12 – Lo que propone Francisco es un "pacto cultural" que nos lleve a una cultura del encuentro. Pacto cultural. Se habla de pacto social, pacto político, pacto moral. ¿Pero qué es un pacto cultural? Es una decisión y un acuerdo de respeto, tolerancia y diálogo entre los diferentes que siente las bases para un pacto político. Ni siquiera el "pacto moral" es suficiente. Un pacto cultural significa que se ha aprendido a reconocer al otro como otro: con su propia cultura, es decir con su propio modo de ver la vida, de salir adelante, de opinar, de sentir y de soñar.
13 – Hoy podríamos decir que no hay una guerra abierta entre los argentinos. Pero puede haber una guerra casi imperceptible de guante blanco, igualmente destructiva: ocurre cuando se busca de maneras sutiles que el otro pierda todo significado, que se vuelva irrelevante, que no se le reconozca algún valor en la sociedad, que se escuchen sólo "los que son como uno". (…)
Frente al cajón de Marechal, Borges dijo, visiblemente conmovido: ‘Por la política de mierda nos hemos peleado tanto’
14 – Algo de esto reconoció Borges cuando murió Marechal. Seguramente reconociendo su parte de culpa, lamentó no haber podido cultivar un mayor intercambio con él. Y porque lo apreciaba, finalmente decidió ir al velatorio. Frente al cajón de Marechal dijo, visiblemente conmovido: "Por la política de mierda nos hemos peleado tanto". La política es indispensable. El problema es cuando cierra los canales del encuentro. (…)
15 – Como dice Francisco, "el solo hecho de haber nacido en un lugar con menores recursos o menor desarrollo no justifica que algunas personas vivan con menor dignidad" (Evangelii Gaudium 190). Este es el punto crítico que no suelen considerar algunas posturas que absolutizan la libertad de mercado como principio fundamental de la vida social. Y ésta es precisamente la última base de una auténtica cultura del encuentro: el diferente también tiene derechos, pero no los tiene por el valor económico de lo que pueda hacer. (…) Los derechos de una persona no se originan en lo que ha heredado de su familia, en la portación de un apellido, ni siquiera en sus capacidades, y ni siquiera en la formación que ha recibido. Su valor está en la inquebrantable dignidad que posee como ser humano (…)
No me basta “respetar” al otro para que podamos encontrarnos en un gran proyecto nacional
16 – El que por la naturaleza o por la historia que le tocó vivir, está menos dotado o es muy débil, nunca tendrá igualdad de oportunidades. Necesita y debe ser especialmente ayudado en el recorrido de su vida para que pueda dar lo mejor de sí, aun aceptando que rinda menos, aun aceptando pacíficamente que no tenga la misma eficiencia. Porque de lo que se trata es que él desarrolle todo su potencial humano, más allá del valor económico de lo que pueda producir. Tiene ese derecho, y es una cuestión de justicia más que de misericordia.
17 – Entonces no me basta sólo "respetar" al otro para que podamos encontrarnos en un gran proyecto nacional. Tiene que nacer en mí el deseo de que el otro pueda desarrollarse y realizarse en la vida sin dejar de ser él mismo.