Cómo están ahora las "casas del horror" de la historia criminal argentina

Infobae recorrió las viviendas que alguna vez fueron escenarios de los peores asesinatos, secuestros y delitos

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Sus fachadas cambiaron, pero la energía que irradian es la misma. El paso del tiempo no borró las huellas del horror, ni de la historia. Las paredes de las casas que alguna vez fueron escenario de los peores asesinatos y delitos de la historia criminal argentina guardan un suspenso particular o una especie de maldición que persigue la psiquis de los vecinos. Infobae recorrió las viviendas que fueron testigos de los más horrendos hechos policíacos del país y te muestra cómo están en la actualidad.

La muerte de Ángeles Rawson

El edificio donde Mangeri mató a Ángeles. Ahora hay cámaras y un reflector de exterior (Adrián Escandar)
El edificio donde Mangeri mató a Ángeles. Ahora hay cámaras y un reflector de exterior (Adrián Escandar)
Angeles Rawson: tenía 16 años cuando el portero del edificio quiso abusar de ella y la asesinó
Angeles Rawson: tenía 16 años cuando el portero del edificio quiso abusar de ella y la asesinó

El frente del edificio palermitano de Ravignani 2360, en Capital Federal, no es el mismo. Las persianas del departamento en planta baja en el que vivía Ángeles Rawson permanecen cerradas y sobre la calle se observan un reflector (que apunta al acceso principal del edificio) y dos cámaras de seguridad que registran todo lo que sucede en la cuadra. Desde que Jorge Mangeri fue condenado por el asesinato de la joven, nadie ha ocupado su puesto en la portería.

Ángeles vivía junto a su familia en la planta baja, ahora con las persianas generalmente bajas (Adrián Escandar)
Ángeles vivía junto a su familia en la planta baja, ahora con las persianas generalmente bajas (Adrián Escandar)

Armando, el encargado del edificio de enfrente, le confirmó a Infobae que "nadie reemplazó a Mangeri" en su cargo, y que en la casa de la adolescente de 16 años, que el 10 de junio de 2013 fue asesinada por el portero, actualmente vive una señora mayor que alquiló la propiedad ni bien la mamá y el padrastro de la víctima se fueron. En el barrio nadie ha olvidado al portero "amable y simpático" que todas las mañanas limpiaba el hall del edificio. El mismo que terminó siendo condenado a prisión por intento de abuso sexual seguido de muerte por estrangulación y sofocación.

El caso de la familia Bagnato

La casa de la familia Bagnato fue comprada y restaurada (Adrián Escandar)
La casa de la familia Bagnato fue comprada y restaurada (Adrián Escandar)
Matías Bagnato, el único de su familia que sobrevivió al voraz incendio
Matías Bagnato, el único de su familia que sobrevivió al voraz incendio

En el dúplex de Baldomero 1906, en Flores, ya no hay rastros del incendio. La fachada fue completamente renovada. Revestimiento de piedra con persianas de madera y rejas en diagonal esconden uno de los casos policiales que más trascendió en su momento.

Hace muchos años que Matías Bagnato abandonó esa casa que desde su infancia lo marcó para siempre. Tras el asesinato de sus padres, sus dos hermanos y un amigo, Matías dejó la vivienda que fue comprada por una mujer que decidió olvidar la historia y renovarla por completo. "Hace muchísimos años que Matías ya no vive acá", dice una empleada que abrió la puerta.

En la madrugada del 17 de febrero de 1994, Fructuoso Álvarez González –un español casado con una prima de la familia Bagnato- incendió el chalé de dos plantas porque el padre de Matías no le había devuelto un dinero que le había prestado. Matías fue el único sobreviviente de lo que el periodismo caratuló como la "Masacre de Flores".

Fabián Tablado, las 113 puñaladas que horrorizaron al país

La casa de la familia Tablado permanece intacta desde el crimen que dejó perplejo al país (Adrián Escandar)
La casa de la familia Tablado permanece intacta desde el crimen que dejó perplejo al país (Adrián Escandar)
Fabián Tablado y su novia Carolina Aló: el trágico final ya se anunciaba en violencia y maltrato. Nadie lo supo ver
Fabián Tablado y su novia Carolina Aló: el trágico final ya se anunciaba en violencia y maltrato. Nadie lo supo ver

Ciento trece puñaladas hablan por sí solas. Así mató Fabián Tablado a Carolina Alo, su novia en 1996. La joven tenía apenas 17 años y ya no quería seguir la relación. Los celos y arranques violentos de Fabián ya la estaban asustando. Los golpes se habían vuelto algo común y corriente. Seguidamente, llegaban las cartas con mensajes de amor y mil perdones.

El 27 de mayo de ese año, Carolina recibió una de las cartas románticas que regularmente le mandaba Fabián para intentar resarcir sus impulsos violentos. Una hora después, cuando ella lo acompañó a su casa de Albarellos 348 (en Tigre), tuvieron relaciones sexuales y luego él la atacó con varios cuchillos de cocina. La asesinó de 113 puñaladas. Los peritos advirtieron la crueldad del asesinato que -se estima- duró unos diez minutos y tuvo de escenario varios ambientes de la casa.

La numeración del horror. Tablado fue también acusado por su actual novia (Adrián Escandar)
La numeración del horror. Tablado fue también acusado por su actual novia (Adrián Escandar)

"No hay nadie. Están trabajando", dijo un cuida coche de la calle Albarellos 348. Una tranquera de madera divide la vereda del hermoso e intacto jardín frontal que conduce a la casa donde Tablado vivió y asesinó. A lo lejos se ve un portón marrón y en la planta alta dos cuartos con las persianas bajas. Pareciera que no la habita nadie, pero vecinos aseguraron que los padres del acusado por homicidio siguen viviendo en la propiedad del horror.

Robledo Puch, el Ángel de la Muerte

El frente de la casa de Puch. Arriba (ventana) dormía el Angel de la Muerte (Adrián Escandar)
El frente de la casa de Puch. Arriba (ventana) dormía el Angel de la Muerte (Adrián Escandar)
Robledo Puch. Con solo 20 años fue condenado por 10 homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, una violación, un intento de violación, 2 raptos, 2 hurtos y 17 robos
Robledo Puch. Con solo 20 años fue condenado por 10 homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativa de homicidio, una violación, un intento de violación, 2 raptos, 2 hurtos y 17 robos

En Vicente López dicen que la casa que habitaba Carlos Eduardo Robledo Puch a los comienzos de los 70′ tiene algo raro. Algunos vecinos de la calle Borges al 1800 cuentan la historia como si fuese un paseo turístico. "Es esa", señala Juan Carlos, el zapatero de la cuadra  respecto a la vivienda que ocupó uno de los mayores criminales de la Argentina. El aspecto moderno y renovado de la fachada no irradia sensaciones negativas. No obstante, el marroquinero asegura que "todos los inquilinos que pasaron por ahí después de Puch fueron raros".

El chalé tiene dos puertas de entrada, la de numeración 1856 y 1858. Al lado hay un portón de hierro por el que se asoma un herrero, que usa el terreno trasero de la propiedad como taller. "Arriba (señala Juan Carlos) dormía él", cuenta. Las ventanas están cerradas, pero una solía ser por donde Puch se asomaba. Tras la detención y condena a perpetua del apodado Ángel Negro o Ángel de la Muerte por diez homicidios calificados, uno simple, 17 robos, tentativa de violación, entre otros delitos, la casa (que era alquilada) pasó a manos de su original dueño, el odontólogo Calzada.

En la parte trasera de la casa funcina una herrería. (Adrián Escandar)
En la parte trasera de la casa funcina una herrería. (Adrián Escandar)

"Luego él murió y fue vendida a una joven muy extraña, hija del dueño de una bodega y con muy buena posición económica. Pero nunca saludó a los vecinos y maltrataba mucho a su abuela a quien llegó a tirar de la escalera", afirma. "Después fue ocupada por dos inspectores falsos a los que les balearon las puertas porque estaban en los negocios sucios", continúa."Es la cuadra de la mafia", añade una vecina que pasa caminando.

"Ahora vive una psicóloga joven. No sé el nombre, no le pregunté. Es una chica muy introvertida. Viviendo en esta cuadra desarrollé más el instinto de saber cómo es cada uno…", bromea.

Ese joven con aspecto aniñado y cara inocente cometió 36 delitos: mató a 11 personas. Fue considerado el criminal serial más sanguinario de la historia policial argentina. Es el único preso que cumple una condena efectiva a cadena perpetua desde 1973.

El clan Puccio

Así está el famoso portón de la casa de los Puccio, en San Isidro. (Adrián Escandar)
Así está el famoso portón de la casa de los Puccio, en San Isidro. (Adrián Escandar)
La familia Puccio: Alejandro, Silvia, Daniel ( “Maguila”), Guillermo, Epifania, Arquímedes y Adriana
La familia Puccio: Alejandro, Silvia, Daniel ( “Maguila”), Guillermo, Epifania, Arquímedes y Adriana

El famoso portón gris de hierro ya no mantiene su textura original, así como tampoco pasa desapercibido. Los colores psicodélicos que lo revisten están muy lejos de poder tapar  la turbia historia que se desarrolló  puertas adentro hace más de 30 años. En pleno centro de San Isidro, precisamente sobre Martín y Omar 544, está la vivienda que habitaba la familia de Arquímedes Puccio, y que inspiró a Pablo Trapero en la película "El Clan".

Los Puccio  se dedicaron al secuestro y asesinato de gente pudiente durante la década del ´80. Mientras la madre iba a misa, las hijas estudiaban y los hijos jugaban al rugby en el CASI, las víctimas eran escondidas dentro de la casa (con complicidad de casi toda la familia), en el baño de la planta superior o en el sótano, hasta el pago efectivo del rescate. Luego, los llevaban a lugares descampados y los asesinaban. Hace unos años, la vivienda del horror fue puesta en alquiler por Epifania Calvo, la viuda de Puccio, líder de la banda y padre de familia. Desde el año pasado la casa colonial está alquilada por un grupo de diseñadores industriales que tienen una empresa llamada Werkplatz.

Así luce lel patio interno de los Puccio, donde guardaban los autos y bajaban a las víctimas. (Adrián Escandar)
Así luce lel patio interno de los Puccio, donde guardaban los autos y bajaban a las víctimas. (Adrián Escandar)

"Mientras los medios de comunicación vendían amarillismo sobre nuestra actividad laboral, en el estudio nosotros seguimos trabajando a lo que nos dedicamos realmente! #diseñoindustrial", publicaron en su página de Facebook los jovenes inquilinos. El patio de la familia Puccio dejó de ser tétrico y oscuro y cuenta con objetos de diseño y lamparitas de colores. La estructura de la casa sí mantiene su diseño original, con puertas y ventanas altas del estilo PH antiguo. También permanece el pequeño balcón de hierro forjado donde la familia entera se ha sacado fotos y el tétrico sótano donde mantenían cautivas a las víctimas.

Alrededor de la casa, funcionan dos bancos y las oficinas de alarma por monitoreo. "Yo vivo acá a la vuelta desde que nací. Una vez vi al viejo en la puerta (Arquímedes) y le grité: 'Se ve que acá sí hay guita, eh'. El viejo había levantado la casa completa en menos de un mes", dijo un vecino que estacionaba el auto en la cuadra.

El odontólogo Barreda

La fachada de la casa de Barreda. (Télam)
La fachada de la casa de Barreda. (Télam)
Ricardo Barreda durante la sentencia. (Archivo)
Ricardo Barreda durante la sentencia. (Archivo)

Uno de los crímenes más populares fue el que el 15 de noviembre de 1992 cometió Ricardo Barreda cuando mató a escopetazos  a su esposa, Gladys McDonald, a su suegra, Elena Arreche, y a sus dos hijas, Cecilia y Adriana Barreda.

Por el crimen, que ocurrió dentro de los distintos ambientes de su casa de las calles 48 (entre 10 y 11) en La Plata, fue condenado a prisión perpetua. En 2008 le concedieron el beneficio del arresto domiciliario por su buena conducta y por ser mayor de 70 años. No obstante, en marzo de 2011 violó el arresto domiciliario y volvió a prisión. Finalmente se le devolvió la libertad condicional.

En sus declaraciones, Barreda argumentó que era víctima de violencia intrafamiliar: continuos maltratos e insultos por parte de las víctimas. Tras el crimen, la vivienda del horror quedó abandonada con la historia a cuestas. Tapeada y venida abajo, nunca más abrió sus puertas.

La casa le fue expropiada y la Municipalidad de La Plata busca fondos para refaccionarla y crear allí un Centro municipal de Prevención contra la Violencia de Género.

María Marta García Belsunce, el crimen del poder

El country El Carmel.
El country El Carmel.
La socióloga fue hallada en la bañadera de su casa.
La socióloga fue hallada en la bañadera de su casa.

Desde el 27 de octubre de 2002, nadie habita la casa del crimen dentro del barrio cerrado Carmel Country Club. Los vecinos aseguran que se sigue construyendo, pero que por temas judiciales la vivienda de uno de los más enigmáticos crímenes del país permanece vacía.

Los muebles están intactos y cada diez días entra una mucama que se encarga de conservar el interior, así como también un jardinero mantiene el parque y la piscina. En el country nadie habla del caso, que –dicen- ya quedó en el recuerdo.

Ese 27 de octubre, la socióloga fue hallada muerta en la bañera de su casa. Al efectuarse el informe médico sobre el deceso, no se veían los disparos de bala que presentaba en la cabeza, y se atribuyó su muerte a un resbalón y posterior golpe en la sien con el grifo de la misma, lo que la desmayó y le produjo asfixia por inmersión.

Un mes más tarde, se ordenó la autopsia del cadáver y allí los médicos forenses descubrieron que la fractura de cráneo que tenía la víctima había sido producida por cinco disparos de un arma calibre 32.

En un principio, los forenses observaron una sola herida con hundimiento y fractura de cráneo, compatible con el golpe contra el grifo, pero al abrir el cráneo descubrieron dentro del mismo cinco proyectiles. Por el crimen fue condenado el esposo de la víctima, Carlos Carrascosa.

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