Maltrato animal en Salta: el martirio del caballo Vicente

El animal se agotó por el esfuerzo al que lo sometían y se desplomó en la calle. El carrero quedó demorado durante varias horas hasta que fue liberado

El episodio ocurrió este miércoles en la ciudad de Salta (Gentileza El Tribuno)

La imagen de animales que trasladan carros continúa siendo una postal común en muchos distritos del país. Este martes, en la ciudad de Salta, un caballo que cargaba bolsas de tierra se desplomó en plena calle. Estaba evidentemente cansado y lastimado: presentaba una marca en el cogote y su cabeza estaba hinchada.

Tras la caída, el animal -llamado Vicente- fue atendido por médicos y trasladado a Caballería. El carrero, en tanto, quedó demorado por la Policía local durante varias horas, hasta que fue liberado. El caso seguiría por vía judicial, según publicó el diario El Tribuno.

El hecho desató la bronca de los proteccionistas, que desde hace varios años exigen a las autoridades municipales que se ponga fin a la tracción a sangre. En 2011 el Concejo aprobó una ordenanza que establece la prohibición de esta práctica, pero, según denuncian, la realidad no parece haber cambiado.

Elva Moreira, proteccionista de la Fundación San Roque, afirmó que "el 85% de los animales de los carreros son víctimas de maltrato" y aseguró que desde su organización seguirán adelante "en la lucha contra el maltrato".

El caballo Vicente protagonizó un caso que reavivó el debate por la tracción a sangre (Gentileza El Tribuno)

Por su parte, Lucas Iñigo, titular de Protectoras de Animales de Salta, aclaró que no se opone "a que la gente humilde trabaje" sino que lo que rechaza es "el sufrimiento del animalito".

"Creo que no hay una solución para esta tremenda problemática sino (que) hay que empezar a abordarlo de forma conjunta", agregó Iñigo, quien además consideró que "hasta que no haya una muerte no se va a tomar dimensión de lo que es esto".

El secretario de Ambiente municipal, Federico Casas, anticipó que en los próximos días trabajará en el tema en conjunto con los proteccionistas. "Es bastante complejo porque confluyen varios intereses; por un lado la situación social de las familias que necesitan trabajar y, por el otro, la tracción a sangre", analizó el funcionario.

"Lo que no se puede negociar es el maltrato animal. Hay que encontrar una solución", añadió Casas.