Un recurso de apelación presentado en la Suprema Corte de Justicia bonaerense podría dejar en libertad a Carlos Ariel Goncharuk, condenado a ocho años de prisión por golpear a su mujer hasta dejarla completamente ciega.
La defensa del agresor logró que la Suprema Corte de Justicia bonaerense declarara admisible el recurso de queja del condenado para que se revise la condena y evalúe si corresponde reducirla. En caso de cumplirse, el agresor podría quedar en libertad y volver a poner en riesgo la vida de su víctima, Susana Gómez, de 31 años, y sus cuatro hijos.
Durante el juicio oral que concluyó en una condena ejemplar de ocho años de cárcel, la Justicia bonaerense tuvo en cuenta los antecedentes penales de Goncharuk, ya que la mujer lo había denunciado 14 veces en la comisaría. Pero la defensa apeló la condena porque consideró que "no podrían imputarse como agravantes causas que no tienen condena firme".
"La Corte le hizo lugar al pedido para que revise el monto de la pena porque entiende que se violó el derecho de Goncharuk de defensa en juicio, al no estar firmes las múltiples causas por violaciones a las restricciones perimetrales que cometió el marido violento", aclaró Darío Witt, abogado de la víctima, al diario Clarín.
Y agregó: "Todas esas violaciones y ataques se tuvieron en cuenta al momento de graduar la pena, pero ahora le pide al tribunal que revise el fallo y tenga en cuenta esta cuestión técnica. De esta manera, le podrían reducir la pena a Goncharuk y quedaría libre". No obstante, la Corte aún no resolvió el pedido.
Witt consideró que es "una decisión bochornosa porque Gómez resultaría víctima de la impericia del propio sistema que nunca la protegió", ya que cuando el agresor y la víctima convivían en 2011 en la localidad de Lisandro Olmos, solía golpearla y, pese a las denuncias, la Policía no actuaba.
Fue ese mismo año cuando el agresor golpeó la cara de la mujer contra la pared de la cocina y le provocó un "doble desprendimiento de retina por múltiple traumatismo craneal". Gómez perdió entonces la vista y decidió pedir refugio en la Casa María Pueblo para separarse de su pareja.
"Susana no está ciega por un accidente ni por una enfermedad, sino por los golpes que le aplicó su marido. Realizó 14 denuncias penales y cinco civiles por agresiones físicas y amenazas de muerte. Todo durante nueve años, pero las denuncias se archivaban y se guardaban. Insistimos mucho hasta lograr llevar a juicio al agresor y que fuera condenado por violencia de género", contó el abogado, que también encabeza un juicio contra el Estado por la falta de protección a su cliente.