Akin Akinözü revela detalles extras –sin spoilers– de su papel como Cemal en la serie El juego de mi destino. También reflexiona sobre los motivos principales por los que vio en la actuación algo que lo llevaría a no ejercer su carrera en las finanzas. Además, confiesa qué le impactó de Gambito de Dama y lo que hizo, por primera vez, gracias a su nuevo reto actoral. Todo eso desde Italia, en un mano a mano con Infobae.
Su carrera artística lo ha obligado a hallar constantemente un punto de equilibrio en esa delgada línea que separa la fama de su vida íntima, de la que poco se sabe. El hijo de la actriz Özlem Akinözü reconoce que todavía está aprendiendo a lidiar con la exposición después de su exitoso protagónico a nivel mundial con Hercai. Akin busca alcanzar un balance en el que su trabajo no se cruce con su espacio personal.
El turco se considera un gran fanático del trabajo de la mujer en el cine y la música. Y admite que le encantaría poder cenar con Meryl Streep o haber conocido a Marilyn Monroe.
La serie El juego de mi destino se estrenará pronto en varios países del mundo. Desde que se anunció hace unas semanas, los adelantos han llamado la atención por contar algo diferente, fuera de algunos prototipos. La historia gira en torno a una mujer de 30 años llamada Asiye (Öykü Karayel), quien es criada por su madrastra. Al cumplir 17 años huye de su casa, dejando atrás una infancia difícil.
En el trayecto, conoce a Cemal (Akin Akinözü), se casa con él y tiene dos hijos, Nergis y Umut. Sin embargo, el matrimonio se torna inestable, empezando por los problemas económicos, por lo que Cemal abandona a su mujer y a sus hijos para tener una vida mejor con una mujer rica llamada Helin. Asiye debe seguir adelante junto con sus dos hijos. En el proceso conoce a Mahir, y todo cambia.
En la primera parte de esta entrevista, Akin habló del reto de personificar a un hombre con oscuras intenciones. “Al final todos somos humanos: tenemos un lado oscuro y uno iluminado, como quieras llamarlo. Un lado oscuro y un lado blanco. Y luce como si él fuera el chico malo y yo quiero recorrer ese camino”, comentó. Pero este personaje también le está enseñando cosas nuevas: “Manejé un camión por primera vez. He visto muchos camiones y nunca imaginé que fuese tan difícil. Requiere de mucho. Los respeto mucho más ahora”.
El ser humano está en constante cuestionamiento acerca del significado de la felicidad, cómo hallarla y percibirla. Su complejidad le ha impedido comprender que se puede disfrutar de una vida plena en las simples y pequeñas cosas. Si es cuestión de hallar la felicidad, habría que fijarse en el día a día, dado que, ella está aliada a ciertas reglas básicas que –inconscientemente – se aplican. En este caso, no es la diferencia. Es por ello que, detrás del reconocido actor, hay una ideología de vida bastante particular. “Conocerte a ti mismo, que es la regla de oro de la filosofía. Paciencia. Jugar a entenderse y escuchar. También, mientras cuidemos de nuestra chispa podremos, triunfar y lograr lo que queramos”, afirma Akin, compartiendo su fórmula de la dicha.
Bien dicen que todo puede cambiar en un segundo. Para Akinözü fueron dos horas y 16 minutos en 1999, en California. Veía por segunda vez la película The Matrix, protagonizada por Keanu Reeves. Para él, su vida, en ese momento, tuvo un rumbo bastante particular. Fue una especie de premonición acerca de su propósito. “Matrix me inspiró a eso y abrió un mundo de nuevas posibilidades, porque detrás de todas esas escenas de acción había una gran filosofía sobre las películas que pueden lograr eso. Entonces me dije: ‘Okey, quiero ser parte de eso, vamos a ello’”, recuerda el actor.
Si quieren averiguar qué fue lo que tanto le gustó a Akin Akinozu de Gambito de dama, pueden ver la serie completa en Netflix. Mientras que The Matrix está en HBO Max.
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