“Es la historia de un amor como no hay otro igual...”. Así comienza uno de los boleros más clásicos que cantó Luis Miguel a lo largo de su carrera. Y es que el mexicano tuvo muchas mujeres y muchos amores, pero hubo uno que lo marcó para siempre. Su nombre: Mariah Carey, la mujer que ya tenía una carrera internacional antes de conocerlo y con la que tuvo una relación con muchos altibajos, pasión y un conflicto de egos inconmensurable.
En la temporada final de Luis Miguel, la serie, la relación con la cantante estadounidense es reflejada con lujo de detalles, muchos de ellos conocidos y otros que son toda una revelación.
El vínculo entre ambos surgió de manera casual en una cena en Aspen donde Mariah iba a comprar una propiedad. Muchas de las anécdotas que se revelan en la serie fueron tomadas de la autobiografía de la cantante, The Meaning of Mariah, que tiene dedicado todo un capítulo a Luis Miguel: “The Latin Elvis”. Allí relata cómo le llamó la atención la cantidad de alcohol que consumía el músico; incluso, llegó a pedirle ayuda a un sobrino para poder retirarse educadamente de la mesa.
Pero la pasión fue más grande y el Rey Sol lograría seducirla. Un collar de diamantes de Bvlgari y aquel piano rojo con el que ella soñaba desde chiquita (ambas acciones aparecen en la serie) sirvieron de puntapié para que la relación se pusiera en plan de noviazgo, y el compromiso se tornara un hecho. Luego llegaría el lujoso regalo de un brazalete de diamantes de Van Cleef & Arpel, que luego Julia Roberts luciría en una entrega de los Oscar.
Pero los roces entre Luis Miguel y Mariah no tardarían en aparecer: la serie narra cada uno de estos enfrentamientos. Una lucha por ver quién era el más famoso de los dos los condujo a un callejón sin salida en medio de un enfrentamiento sin destino final.
El evento del disco que iban a grabar juntos quedaría trunco porque el cantante no disfrutó de los arreglos propuestos por su entonces novia, y su masculinidad se vería afectada por una serie de prejuicios con los que Luis Miguel había crecido.
Tal vez el momento más evidente es cuando Carey lo conecta con un productor de Hollywood para que protagonice la película El Zorro junto a Anthony Hopkins y Catherine Zeta-Jones. Luis Miguel declinaría esta propuesta por problemas de agenda, debido a las giras previstas, dejando el papel en manos del español Antonio Banderas. Esta decisión se convertiría en otro de los álgidos problemas entre ellos.
Los celos fueron protagonistas de esta relación, más que nada de él hacia ella. En un episodio de la tercera temporada se menciona a un ex de Mariah, Eric Benét, con quien la cantante estaba filmando una película. Aunque Carey insistía en que nada los unía, Luis Miguel explotaba de celos al saber que compartían el estudio de filmación y las salidas clásicas luego de horas trabajando en el set. En ese entonces Benét estaba casado con la actriz Halle Berry. A pesar de todo, Carey le dedicaría una canción a su amante latino: “After Tonight”.
Lo que se sabe es que luego de los tres años que duró la relación, Mariah quedó devastada y se internó en una clínica para recuperarse de la depresión y los sentimientos que le generó la ruptura. Una relación que había empezado en pleno auge de sus carreras y que no prosperó justamente por ese mismo motivo.
Actualmente, y luego de varias parejas, la cantante de Nueva York está en pareja con Bryan Tanaka, a quien le lleva 13 años.
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