Cuando hacía ya más de 20 años que se habían separado, las 16 películas que hicieron Dean Martin y Jerry Lewis como dúo se pasaban todo el tiempo en la televisión. Ambos seguían siendo estrellas, pero por separado. Su obra juntos es tan fuerte que muchos creen que pasaron décadas trabajando a la par, pero fueron solo diez años los que pasaron entre su primera presentación en Atlantic City y el estreno de su último filme. En 10 años fueron los reyes del mundo del espectáculo. ¿Pero por qué se separaron siendo tan exitosos y teniendo tan buena química?
Debutaron en los escenarios de forma casi azarosa y en las primeras actuaciones no podían encontrarle la vuelta. Pero pronto descubrieron que el extraordinario cantante que era Dean Martin combinaba muy bien con el cómico Jerry Lewis, que interrumpía sus intentos por cantar de manera seria. 29 años tenía Martin y 20 Lewis cuando comenzaron como dúo. Llenaban teatros y en 1948 ya le habían sumado apariciones en televisión. Entre 1950 y 1955 formaron parte del programa The Colgate Comedy Hour. Pero la fama mundial se las daría el cine.
Mi amiga Irma (1949) y Mi amiga Irma va a Oeste (1950) fueron las primeras dos películas en las que el dúo hizo un rol secundario. Pero seguían creciendo, y entre 1949 y 1956 filmaron 16 filmes. Un número gigantesco, más aun pensando en que todas fueron éxitos de taquilla. Las películas eran comedias con canciones, donde incluso Jerry Lewis cantaba, simulando no hacerlo del todo bien. No era lo único que ocultaba Jerry: era más alto que Dean Martin, pero se encorvaba para parecer más débil y pequeño.
Los guiones eran simples. Jerry hacía de muchacho inocente y bueno que buscaba la amistad de Dean, que hacía personajes astutos y egoístas. A lo largo de la trama Martin terminaba siendo convencido por Lewis y la amistad se convertía en sincera e incondicional, a pesar de que al comienzo el cantante solía tener intereses personales para estar con su amigo de ocasión. Ambos sabían cantar y ambos eran grandes comediantes. El dúo era dinamita.
Pero sus maneras de ver el cine eran diferentes entre sí. Jerry Lewis descubrió una pasión total por hacer películas. Comenzó a buscar la manera de mejorar los gags, de poblar de ideas complejas las comedias y exigir cada vez más. Dean Martin tenía una idea menos sofisticada. Solo quería filmar cada jornada y seguir adelante de la manera más práctica y rápida posible. Ese fue el comienzo de los roces entre ambos. Cuando sus películas fueron dirigidas por un cineasta personal como Frank Tashlin, Lewis se convirtió en su discípulo y comenzó a tomar nota para sus futuras películas. Y empezó a creer que el éxito de las películas se debía a él, cosa que en parte era cierto.
Lewis y Martin se pelearon y no volvieron a trabajar juntos. Los niños amaban a Jerry y el actor se convertiría pronto en productor de sus propios filmes, que siguieron siendo igualmente populares. No se conformó con eso y se convirtió en guionista y director también. Hizo varias obras maestras, como El botones (1960), El terror de las chicas (1961) y El profesor chiflado (1963), la más famosa. Dean Martin protagonizó varios clásicos inolvidables como Dios sabe cuanto amé (1958), Río Bravo (1959) y Bésame tonto (1964); también interpretó al agente secreto Matt Helm en cuatro películas y tuvo otros grandes éxitos, además de una espectacular carrera como cantante. Los dos también tuvieron su programa de televisión por separado.
Aunque en 1960 compartieron brevemente escenario una noche y se portaron de forma amable, nunca volvieron a estar juntos. La separación parecía afectar más a Jerry Lewis, aunque él había sido quien había generado los conflictos, aunque más no fuera porque quería mejorar su cine. Recién en 1976 hubo una reconciliación oficial. Todos los años Lewis producía un teletón para concientizar sobre la distrofia muscular. En esa edición, un amigo de ambos, nada menos que Frank Sinatra, sorprendió a Jerry Lewis al llevar sin aviso previo a Dean Martin. La emoción del momento quedó registrada frente a las cámaras.
En el libro Dean & Me (2005), escrito por Jerry Lewis, el propio actor contaba el shock que fue ese momento y todo lo que significó para él. Al otro día le escribió una carta emotiva a Dean, pero este nunca la contestó; era un italoamericano duro, lo suyo no eran las cartas llenas de afecto. Aunque no hubo una reconciliación ni volvieron a actuar juntos, sí se retomó lentamente el contacto que continuó hasta la muerte de Dean Martin, en 1995.
En 1989 Lewis subió a un escenario donde actuaba su viejo amigo para festejar su cumpleaños. Allí dijo una frase inolvidable: “¿Por qué nos peleamos? Nunca lo sabré”. En el corazón de los espectadores del mundo esa pelea nunca existió y ambos, unidos, son uno de los mejores recuerdos en la infancia de muchos espectadores.
SEGUIR LEYENDO: