“Las personas rotas salvan a las personas rotas”, es una de las frases que se escuchan a lo largo de Culpable, el film de Antoine Fuqua (El Protector), que le da a Jake Gyllenhall (Secreto de la montaña) un protagónico intenso que implica un gran duelo actoral.
The Guilty, (su nombre en inglés) es una remake de la película danesa, Den skyldige, (El Culpable) del año 2018 que fue coescrita y dirigida por Gustav Möller y obtuvo excelentes críticas y premios en Europa.Allí el protagonista es Holm, un policía de Copenaghue que se encuentra bajo revisión disciplinaria. Este mismo plantea retoma Culpable y Holm se convierte en el oficial de la policía de Los Ángeles, Joe Baylor (Gyllenhall). Con guión del escritor Nic Pizzolato (True Detective), Culpable nos lleva a un viaje de ansiedad, stress y presiones en el medio de una ciudad desolada por incendios y una llamada clave que terminará de detonar todo en la vida de Joe.
De qué se trata Culpable
Una llamada al 911 que cambiará para siempre (y definitivamente) la vida del operador Joe Baylor (Jake Gyllenhall). La acción se centra en Los Ángeles en medio de una sucesión de incendios forestales que provoca que los caminos estén colapsados y que la policía acuda a lugares donde los ciudadanos quedaron atrapados. Una noche difícil llena de llamadas de emergencias hasta que Joe recibe la llamada de una mujer llamada Emily (RIley Keough, que nunca sale en pantalla y sólo se escucha su voz). Inmediatamente Joe se da cuenta que la mujer está teniendo problemas porque simula estar hablando con su pequeña hija. La habilidad del operador permite que descubra que Emily está arriba de un auto con su ex esposo, Henry (Peter Sarsgaard). Todo lleva a pensar que se trata de un secuestro o que la mujer es sometida a alguna especie de abuso o maltrato doméstico. Mientras tanto los dos hijos de Emily (Abby y Oliver) quedaron solos en la casa de la madre y Joe va a comenzar una lucha con la Patrulla de Carreteras de California y con un ex compañero para detener al hombre y llevar en custodia a los niños.
Pero esa no es toda la historia ya que Joe está cumpliendo una especie de “castigo” al atender estas líneas de ayuda por algo que cometió que entendemos fue muy grave.
El argumento explora el tormento que vive este hombre que está bajo continuo stress y siente que su mundo se está derrumbando mientras él camina por arenas movedizas. Son 84 minutos en los que Gyllenhall nos debe transmitir intriga, temor, agotamiento mental y una dosis necesaria de heroísmo. Su vida personal y profesional se encuentran ahora en el fondo del mar y el único salvavidas que encuentra cercano a él es la llamada de esta misteriosa mujer que guarda más secretos que verdades.
El espectador funciona acá como un oyente más de la conversación entre Joe y Emily y debe decidir qué versión tomar como cierta a la especie de Elige tu propia aventura. ¿Dice la verdad esta mujer o Joe es parte de un engaño?
La tensión es parte de la complejidad de la trama que ofrece un solo escenario como si se tratara de una obra de teatro en un solo acto. Por supuesto llega el clímax de la historia y el cambio de las miradas y la respiración del actor son la clave para entender que el registro está cambiando.
Gyllenhall se luce y se pone la película al hombro en cada minuto de este thriller que te quita la respiración y te muestra que nada es lo que parece.
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