La cámara de un teléfono celular enfoca y registra el arco de llegada de la media maratón de Barcelona. El video muestra el instante en que un joven completa la prueba luego de tres horas y media de carrera. El atleta cruza la línea de meta y la emoción se adueña del momento. A su alrededor, testigos y colegas lo felicitan y abrazan, y mientras le colocan la medalla de finisher, él no puede contener las lágrimas y llora de alegría.
La escena quedó algo lejana en el tiempo. Fue hace poco más de un mes, el 10 de febrero pasado. Pero no por eso deja de despertar sentimientos cada vez que se mira. Es que Álex Roca Campillo, el protagonista del video, completó la prueba contra todo pronóstico y puso en evidencia -una vez más- su lema de vida: "El límite te lo pones tú".
Álex nació hace 27 años en la misma ciudad catalana. Para él fue siempre todo cuesta arriba. La vida le puso en el camino imprevistos, barreras, dificultades con las que aprendió (tuvo que aprender) a lidiar desde muy chico.
A seis meses de haber nacido sufrió una encefalitis vírica herpética que le provocó parálisis cerebral y derivó en un 76% de discapacidad física, movilidad reducida concentrada en la parte izquierda del cuerpo.
El momento fue crítico. Los médicos le auguraron dos posibilidades a futuro: morir o quedar en estado vegetativo. Sin embargo, a fuerza de voluntad, Álex le ganó a las desalentadoras proyecciones y salió adelante.
Hoy, el joven catalán, que se comunica a través de lengua de señas, lleva una vida normal y corriente como la de cualquier otro: recibido en administración de grado medio e integración social, trabaja en el sector contable de una empresa inversora, entrena cuatro días a la semana en el gimnasio, conduce (tiene registro) y planea mudarse el próximo mes con su pareja, Mari Carmen.
Álex tiene, además, un enorme talento para los deportes que se traduce en meritorios resultados. En sus años compitiendo en diversas disciplinas, completó cuatro triatlones, un aquatlón, la maratón de mountain bike Orbea Monegros y diferentes carreras de 5 y 10 kilómetros.
En una charla con Infobae, Álex cuenta que encontró en la actividad deportiva (además de running, practica con asiduidad ciclismo y fútbol) una ventana para superarse, más allá de que le ayuda para su bienestar corporal y mental: "Para mí correr es como la vida. Cuando ves la meta que es tu objetivo debes ir hacia ella y si te caes, debes levantarte y seguir", asegura desde el otro lado del continente.
Álex no reniega por lo que le ocurrió, sino que, al contrario, considera que lo impulsó a alcanzar este presente: "Siempre digo que soy quien soy gracias a 'mi discapacidad' porque quizá si no la tuviera no hubiera luchado y estaría tumbado en el sofá".
Lo que sí lo enfada es la falta de confianza, por la que muchas veces se topó con negativas hacia lo que desea hacer. "Me da rabia. Considero que nadie puede ponerte límites, sino que los limites se los pone uno mismo. Siendo cada uno dueño de su destino y de sus posibilidades. Nadie que no te conoce puede decirte que no hagas algo".
Con esa actitud, el joven se presentó aquel 10 de febrero a la cita que este año, en su edición número 29, batió el récord de inscripciones, con 19 mil personas, de 103 países. Del ese total, 16.391 lograron finalizar el recorrido. Uno fue Álex, que nunca había corrido una distancia tan grande.
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