El próximo domingo, entre 8 y 10 mil corredores participarán en una nueva edición de la maratón de Buenos Aires, cita que -a excepción de 2002- se lleva a cabo anualmente desde 1984. Y, al igual que ocurrió en la reciente 21K desarrollada en las calles porteñas, la carrera contará con un gran dispositivo médico, ya que será cardiosegura.
El sistema de cardioprotección contemplará tres cuatriciclos, tres motos y 12 puestos de primeros auxilios, todos equipados con un desfibrilador externo automático (DEA). "En total, serán 71 desfibriladores distribuidos en el circuito; 40 en puntos fijos", precisó Diego Pizzini, Director de Emergencias del evento, quien también fue el responsable del servicio de cardioprotección en la media maratón.
En diálogo con Infobae, Pizzini amplió: "Habrá 60 voluntarios de Cruz Roja, 12 ambulancias (unidades de terapia intensiva móvil), un centro de conexión de emergencias, tres enfermeros, el alerta de cinco hospitales públicos y 40 voluntarios con desfibriladores automáticos". El despliegue sustenta un dispositivo de rescate cardíaco que debe activarse cuando alguien tiene una pérdida de conciencia no recuperada.
Un operativo de este tipo se planifica en función a los tiempo de respuesta y no en la cantidad de participantes. "Se piensa geográfica y estratégicamente para llegar a cada corredor que pueda tener un evento cardíaco, porque por cada minuto que pasa se pierde sobrevida del paciente", apuntó el especialista.
Y señaló: "La meta que nos ponemos es de llegar y responder dentro de los cinco minutos, un objetivo que está sujeto a distintos factores que pueden afectar el desplazamiento. Ese es el ideal para cualquiera que se proponga la cardioprotección".
La ubicación de los recursos se establece a partir de estadísticas anteriores, estándares y recomendaciones internacionales, como por ejemplo el estudio RACE París. En ese sentido, se presta mayor atención al último cuartil de la carrera -tomando la porción de los 42 kilómetros-, considerado como el momento de mayor riesgo de muerte súbita.
Pizzini apuntó además que, entre otras, el circuito tendrá dos características particulares: "Para esta maratón, algunos voluntarios se irán reposicionando y reforzando otros sectores movilizándose en bicicleta, en lugar de quedarse en puntos fijos. Y en toda la parte de autopista habrá móviles (cuatriciclos, motos, ambulancias) y no voluntarios".
Los casos en la reciente 21K de Buenos Aires
En la última edición de la media maratón de Buenos Aires, celebrada a fines de agosto y que contó con la presencia de más de 20 mil runners, los encargados de salvaguardar la salud de los competidores tuvieron que actuar en dos ocasiones. Primero, por un corredor que se descompensó a pocos kilómetros de la salida (falleció luego a consecuencia de un paro cardiorrespiratorio). Después, por otro que se desplomó cerca del final del circuito y debió ser internado.
Ambas situaciones se produjeron pese a que los atletas contaban con los controles médico obligatorios, que certificaban que estaban en condiciones de competir. "No esperábamos un caso de muerte súbita a los 4 kilómetros, aunque igualmente teníamos reforzada la salida de la carrera por la masividad de participantes: pensamos que podía darse una avalancha, una estampida o la caída de una valla", comentó Pizzini.
Y analizó: "Por supuesto que nuestra evaluación es triste por el resultado, pero nos quedamos tranquilos sabiendo que pudimos hacer lo que teníamos pensado. En los dos casos -que se dieron en los kilómetros 4 y 19- se trabajó de inmediato. Teníamos ambulancias apostadas en los dos lugares".
El Director de Emergencias explicó que "cuando se produce un caso de muerte súbita sucede que la persona tiene una arritmia que hace que el corazón no pueda bombear, entonces alguien tiene que bombear por él. Cualquiera puede empezar a comprimir fuerte y rápido en el centro del pecho. Para eso también se entrena en RCP a todo el staff de la carrera, incluso a aquellos que no tienen funciones directa con operativo sanitario".
"Una vez ocurrido eso, se produce un código rojo que se llama PCR y se activa el operativo a la previa conciencia no recuperada (si después es solo un desmayo, no importa). Activamos a todos los recursos que tenemos alrededor: una moto, una ambulancia, un cuatriciclo o una bicicleta con un DEA", continuó.
"Lo que va a definir la sobrevida del paciente es la llegada temprana del desfibrilador automático, que se conecta (puede estar indicado o no la descarga dependiendo del análisis que el DEA haga). Por último, arriba la ambulancia, que es la atención médica avanzada en el lugar, se evalúa al paciente y se considera el traslado al hospital", finalizó Pizzini.
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