Cerca del mostrador montado en el Polideportivo Colegiales del barrio porteño homónimo está Paula Pareto. Por allí también se ubican María del Pilar Pereyra y Álvaro Casillas. Más a la izquierda, Silvio Velo, al lado de Pablo Giesenow y Ezequiel Baraja. Por su parte, Peter Czanyo y Fernando Marino se hallan sentados en unos asientos de más atrás, mientras que Elisa Sampietro de Forti está al fondo del salón techado, cumpliendo con cada uno de los pedidos para fotos que recibe. El único ausente -con aviso- de la cita es Fabricio Oberto.
Estos nueve atletas se reunieron en el complejo deportivo como previa al viaje que ya iniciaron. Durante 19 días de expedición, afrontarán juntos el desafío de escalar el Aconcagua, la montaña más alta del continente americano. De la mano, enfrentarán la rispidez del suelo, las condiciones climáticas o cualquier otra barrera que se presente en el camino hasta llegar a la cima (a 6.962 metros sobre el nivel del mar). El objetivo es depositar allí la bandera de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, la esperada e inminente competencia que se desarrollará en octubre próximo.
Para cada uno de ellos, la gran excursión representa más que un reto de suma dificultad, una aventura hacia lo desconocido debido a que carecen de experiencia en la tarea. No obstante, hay una razón común por la que fueron elegidos: en algún punto de sus vidas superaron complejos inconvenientes de salud que pusieron en riesgo su trayectoria. Se impusieron a diferentes adversidades, con el deporte como herramienta de transformación, lo que en esencia comprende el mensaje detrás de la travesía.
Infobae estuvo presente en el acto de despedida. En el salón, Silvio Velo es de los que más atención acapara. El capitán y goleador de Los Murciélagos, la selección argentina de fútbol sala para ciegos, cuenta que al igual que sus compañeros pasó por un proceso especial de preparación, entrenando arduamente durante varias semanas: "Sabemos que en la montaña nos podemos encontrar con un montón de factores, como la altura, la falta de oxígeno, la deshidratación, con tormentas de nieve o mucho frío, por eso tratamos de estar preparados mentalmente".
En diálogo con este medio, comenta que aceptó el desafío porque le encanta superarse, del igual modo que lo hizo desde su infancia: "Éramos muy pobres. Vivíamos en un rancho de barro de dos habitaciones: en una dormían mis padres y en la otra mis doce hermanos y yo. Tuve una niñez muy feliz; jugaba al fútbol, andaba en bicicleta y me divertía con mis amigos, a pesar de ser ciego de nacimiento. No poder ver no me limitó para nada", recuerda.
El futbolista de 45 años sostiene que el secreto para su éxito yace en siempre focalizar y proyectar el objetivo principal a pesar de los obstáculos. De tal modo afirma: "Sé que voy a estar preparado para hacer cima".
Cercano a Velo anduvo Paula Pareto, quien debió retirarse apenas finalizada la inauguración formal. En su caso cabe señalar que solo llegará hasta la base del Aconcagua, permaneciendo allí durante cinco días. No podrá seguir adelante por compromisos laborales.
La "Peque", medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016, cursó la carrera de medicina a la par que desarrolló la brillante trayectoria deportiva. Durante un largo tiempo debía viajar tres horas para ir a entrenar al club Estudiantes de La Plata, aprovechando el trayecto para estudiar. Hoy, especialista en traumatología, ejerce en el Hospital de San Isidro.
Nacida en Como, Italia, Elisa Sampietro de Forti es una de las favoritas de la gente, ya que despierta simpatía y admiración al mismo tiempo. La mayoría no puede entender cómo esta mujer de 83 años es capaz de haber completado cuatro veces el Cruce Columbia de los Andes (carrera de 100 kilómetros), habiendo comenzado a correr a los 70.
Para los presentes es una gran referente de inspiración. Actualmente, corre seis días a la semana. Los domingos se los reserva para practicar tenis. Se hizo aficionada a la actividad pedestre tras el fallecimiento de su marido: "Correr me dio mucha seguridad y me permitió salir de mi casa. Yo siempre fui muy tímida y cuando falleció mi marido decidí recluirme en casa. Con las carreras aprendí que se puede vivir de otra forma".
Otra de las presentes es la nadadora María del Pilar Pereyra. Ella padeció lumbociatalgia desde casi la adolescencia, producto de la práctica intensiva del estilo mariposa. Estos dolores lumbares se tornaron crónicos hasta desembocar en un prematuro retiro para alguien que disputó dos Juegos Olímpicos y fue la primera argentina en obtener una medalla de oro en una Copa del Mundo. Actualmente, lleva una década como entrenadora y dirigente, enseñando y preparando a generaciones futuras.
Abogado y diplomado en gerencia empresaria, Pablo Giesenow sufrió en enero de 2015 un accidente de tránsito por el que le tuvieron que amputar las piernas por debajo de la rodilla. Lejos de desanimarlo, el incidente lo empujó para difundir un mensaje de esperanza y optimismo, bajo el lema "La fuerza de voluntad reemplaza cualquier parte del cuerpo".
Por su vocación, recibió la distinción de Personalidad Destacada de la ciudad de Córdoba y el Senado de la Nación Argentina le entregó el Diploma de Honor en reconocimiento a su dedicación y amor al deporte. Su sueño es competir en los Juegos Paraolímpicos de Tokio 2020. Pero primero lo espera el Aconcagua.
El español Álvaro Casillas, de 39 años, era hasta el 2008 uno de los jóvenes toreros de mayor protección del país ibérico. Pero una corneada durante la actividad le provocó dos lesiones graves en el muslo y la ingle izquierda, además de una rotura del ligamento rotuliano de la rodilla derecha. A consecuencia, durante un año no pudo caminar normalmente. Y tampoco podía subir escaleras o el cordón de la vereda. Tenía que ayudarse con sus manos cada vez que necesitaba levantar su pierna.
"Yo pensé en lo que me había pasado y lo que el deporte me había ayudado. Eso fue el condicionante para decir que sí cuando me propusieron este desafío", subrayó a Infobae el nacido en Talavera de La Reina, Toledo.
Avezado a las carreras de triatlón y ultra trail ("las carreras que hacemos no llegan a los 3.000 metros de altura", dijo), explicó que modificó la rutina de acondicionamiento, priorizando sumar masa muscular. Y concluyó: "Confió en que llegaré. Siempre he sido muy optimista. Pero no hay que subestimar a la montaña. Me contaron que el Aconcagua te puede sorprender cada cinco minutos. Se puede ver todo claro y de repente se viene un tormentón".
Otro de los participantes es Ezequiel Baraja. Él es padre de dos hijos y tiene dos ocupaciones: por la mañana reparte cartas en un correo del Gran Buenos Aires y por la tarde trabaja en un restaurante de Beccar. A los 30 años, goza de un presente que se fue forjando en gran parte en prisión (fue detenido y condenado a seis años y ocho meses de prisión por robo calificado), donde conoció y se unió al equipo de rugby "Los Espartanos".
Por medio de los valores del rugby (integración, acompañamiento a través del juego, resocialización) encontró su manera de ser: comenzó a trabajar como bibliotecario y empezó a estudiar para completar el secundario. En 2015 recuperó la libertad. Sin embargo, no dejó la Unidad Penitenciaria 48 de San Martín: vuelve la cárcel para continuar jugando con sus compañeros. Entre tantos candidatos, fue elegido para representarlos en la travesía y para continuar propagando los principios del deporte.
Hasta los 47 años, el porteño Peter Czanyo llevaba una vida sedentaria: lejos del ejercicio y la alimentación sana, fumaba desde los 18. Ese estilo lo cambió por completo luego de que le diagnosticaran cáncer de pulmón. Hoy, a los 61, no solo tiene un admirable historial en carreras de larga distancia alrededor del globo, sino que además es el presidente de la Fundación Pacientes de Cáncer de Pulmón y un activista en la lucha contra el tabaquismo.
En el medio de todo ello y como parte de afianzar el proceso de transformación, en 2009 ya intentó escalar el Aconcagua. En aquella oportunidad llegó hasta los 6.000 metros. Ahora va por la revancha.
El de Fernando Marino es un caso aún más distinguido, ya que es el ganador de un concurso para formar parte del evento. Oriundo de La Plata y profesor de la Facultad de Veterinaria de la UNLP, a los 55 años lo impulsa el deseo por trasmitir la importancia del deporte como método de resiliencia, un término que definió con Infobae como la "capacidad que tiene el humano para sobreponerse a una contingencia de la vida, en este caso el deporte. Y no solo sobreponerse, sino también salir de esa contingencia".
Ex combatiente en la Guerra de Malvinas -como soldado del regimiento de Infantería 7 de la ciudad de La Plata-, Marino considera muy valioso que los jóvenes que van a participar en los JJOO de la Juventud conozcan sus historias. Con el legado de haber corrido maratones en los siete continentes (el domingo pasado compitió en una maratón de ultra trail en el Aconcagua para sumar adaptación), confesó que al momento en que se presentó esta oportunidad lo asustó "todo", debido a que es una experiencia totalmente ajena. Y aseguró: "El éxito de la expedición depende de cada persona y de su forma de adaptarse a la altura".
El décimo atleta es Fabricio Oberto, quien no pudo acudir, por lo que viajará directo desde su Córdoba natal. Ganador de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y miembro de la generación dorada de básquet, también es un luchador de la vida: a días de definir el anillo de campeón de la NBA con los San Antonio Spurs le detectaron un problema cardíaco que ponía en riesgo su vida. Así, tuvo que someterse a una cardioversión eléctrica (un reseteo del corazón), procedimiento que repitió dos veces más durante su carrera hasta el retiro a los 37 años.
Tanto Oberto como los demás ya emprendieron el viaje hacia Mendoza. Se subieron al avión con las valijas llenas de puro optimismo, el mismo que marcó parte importante de su carrera y con el que intentarán la hazaña.
Además de ellos, también participará el reconocido conductor de televisión Julián Weich, embajador del proyecto. Y los acompañará una delegación de expertos compuesta por dos médicos (una deportóloga y un neumonólogo), una especialista en nutrición, una preparadora física y dos asesores de montaña. El plan estipula que el 19 de febrero comenzará el ascenso por la ruta normal, mientras que intentarán hacer cumbre entre los días 1 y 5 de marzo. "Ese margen es para esperar que el clima sea benigno y llegar a la cima", explicó Marino.
El Summit Aconcagua 2018, que está apoyado por la aseguradora Allianz y las fundaciones Baccigalupo y Leo Messi (aportará dinero por cada metro escalado), nació con la concepción de promover la vida saludable. Los fondos recaudados serán donados para el desarrollo de proyectos inclusivos para que jóvenes con discapacidad intelectual encuentren en el deporte la herramienta de superación e integración, según apuntaron los organizadores.
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