Crece la preocupación por Franco Adrián Toro, el joven argentino de 30 años que ingresó a nadar el miércoles 1 de enero por la mañana en playa Brava, en la ciudad balnearia de Punta del Este, Uruguay, y todavía no hay rastros de su paradero.
Las corrientes de retorno, que son más rápidas de la velocidad que alcanza un nadador olímpico, podrían ser el factor que influyó en su desaparición.
Hoy temprano personal de la Prefectura Naval Nacional (PRENA) y la Brigada de Guardavidas de Maldonado reiniciaron el operativo de búsqueda de Toro.
Con respecto a la posible causa del problema que afectó al joven, el capitán de navío Sebastián Sorribas, prefecto de Punta del Este, dijo que el lugar “es una punta muy traicionera. Tiene dos corrientes de retorno y una oceánica más atrás. El peor lugar para meterse era ahí”.
Fernando Morales, presidente de la Liga Naval Argentina, explicó a Infobae: “La zona en la que desapareció el joven en la playa de Punta del Este es uno de los puntos más conflictivos porque allí se produce el encuentro de las aguas dulces del Río de la Plata y el agua salada del Océano Atlántico. La correntada es fuerte en ambos sentidos. Por eso, las corrientes de retorno o resaca son más fuertes que en otras playas. También la presencia de rocas y el acceso difícil son otros factores que hacen que se desaconseje el ingreso a esas aguas”.
Qué son las corrientes de retorno
Las corrientes de retorno son flujos de agua que se desplazan con fuerza desde la playa hacia el mar abierto. También se conocen como corrientes de resaca o “chupón”, y consisten en fenómenos peligrosos que ocurren en la costa debido a la combinación de la dirección del oleaje y el viento.
Estas corrientes se forman cuando las olas rompen en la playa y acumulan agua que regresa al mar a través de un canal o una especie de “río”. Pueden ser extremadamente fuertes, profundas y difíciles de resistir. Imposibilitan nadar en su contra y provocan que las personas sean arrastradas hacia mar adentro.
En junio pasado, como informó Infobae, en los Estados Unidos también una corriente de retorno afectó a bañistas y llamó la atención: tres turistas de Alabama murieron tras ser arrastrados durante una natación nocturna en Panama City Beach, Florida, según informó la Oficina del Sheriff del Condado de Bay.
Los hombres estaban nadando el viernes 21 de junio cuando las autoridades recibieron un reporte de nadadores en apuros poco después de las 20 horas.
Cómo identificar una corriente de retorno
La Municipalidad de Villa Gesell, en la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires, Argentina, publicó una guía para concientizar sobre el riesgo de las corrientes de retorno.
Puede ser complicado identificar esas corrientes para los bañistas, pero existen algunas señales visibles que ayudan a localizarlas.
En la guía se aclaró que “se aprecian mejor desde una posición elevada” y suelen aparecer en áreas donde el agua parece más tranquila, sin mucho oleaje, y la profundidad es mayor.
En ocasiones, estas corrientes pueden presentar espuma en la superficie o incluso arrastrar arena del fondo, que se mantiene en suspensión en el agua.
Qué hacer si se cae en una corriente de retorno
En caso de quedar atrapado en una corriente de retorno, el primer paso es mantener la calma para evitar el pánico. Es crucial no intentar nadar directamente contra la corriente, ya que esto solo causa agotamiento. La recomendación incluye:
- Mantener la flotabilidad: Moviendo los brazos y piernas de forma suave para conservar energía.
- Levantar un brazo: Para pedir ayuda sin agotar la flotabilidad.
- Nadar en paralelo a la playa: Si se tiene suficiente capacidad de nado o no hay ayuda cercana, se debe nadar en paralelo a la costa hasta salir de la corriente.
Normalmente, estas corrientes no superan los 10 metros de ancho, lo que permite escapar al abandonar su zona de influencia. Una vez fuera, las olas suelen ayudar a regresar a la orilla.
La presencia de guardavidas es clave
En playas vigiladas, los socorristas suelen ser los primeros en percatarse de que hay corrientes de resaca y pueden acudir al rescate si hay personas afectadas.
En playas sin vigilancia, conocer las corrientes de retorno es vital. Aprender estrategias para enfrentarlas puede marcar la diferencia entre la seguridad y el riesgo.
Aunque estas corrientes puedan empujar a las personas mar adentro, es posible escapar con calma y siguiendo las recomendaciones adecuadas.
Por qué se generan las corrientes de retorno
Las corrientes de retorno se generan por diferencias en la forma y profundidad del fondo marino, lo que se conoce como batimetría. Específicamente, estas variaciones crean zonas donde las olas se rompen de manera desigual, acumulando agua cerca de la orilla.
Esta agua, al buscar salida, forma canales que dan lugar a las corrientes de retorno. Identificarlas implica buscar áreas de agua más oscuras, con menos espuma y, a veces, objetos flotando hacia el mar. Para escapar de estas corrientes, se aconseja flotar y nadar de manera paralela a la costa hasta salir de la corriente.
Cuál es la percepción del riesgo de las corrientes
Un estudio realizado por Pelayo Díez-Fernández, Brais Ruibal-Lista, Fernando Lobato-Alejano y Sergio López-García analizó el nivel de conocimiento sobre las corrientes de retorno en una muestra de personas activas en España. Los investigadores encontraron que solo el 50.5% de los participantes supieron identificar correctamente una corriente de retorno, mientras que los socorristas demostraron un mayor conocimiento gracias a su formación específica.”
Subrayaron la importancia de educar a la población general sobre cómo identificar y responder a estos fenómenos. Según los autores, “es crucial que la población general aprenda a identificar los riesgos en ambientes acuáticos naturales”. Además, recomendaron incluir contenidos sobre seguridad en la educación básica para reducir el riesgo de ahogamientos en el futuro.
Los socorristas, gracias a su formación específica, obtuvieron mejores resultados que el público general al definir, identificar y saber cómo responder ante una corriente de este tipo.
Los autores de la investigación, que fue publicada en la revista Heliyon, fueron Pelayo Díez-Fernández, de la Facultad de Educación y el Grupo de Investigación en Actividad Física y Salud (GIADES) de la Universidad Pontificia de Salamanca, Brais Ruibal-Lista, de la Escuela Universitaria Fray Luis de León, vinculada a la Universidad Católica de Ávila, Fernando Lobato-Alejano y Sergio López-García, de la Universidad Pontificia de Salamanca.