Belleza y cosmética, pero también sustentabilidad y huella de carbono. Todos conceptos que, para muchos, no podrían encontrarse en una misma oración. O que, incluso, poco podrían relacionarse por fuera de ella. Sin embargo, son el eje central del Congreso Internacional de la Federación de Sociedades de Químicos Cosméticos (IFSCC) 2024, que se realiza hasta el 17 de octubre en Foz de Iguazú, Brasil.
Varias frases resonaron en el aire durante el primer día del evento, que comienza oficialmente este martes, y de las cuales Infobae fue testigo privilegiado. Afirmaciones que bien podrían esperarse en otra clase de congresos más relacionados con el cambio climático.
Sin embargo, bajo el lema: “Biodiversidad y Cosméticos: Alcanzando Tecnologías Sostenibles”, la idea de la sustentabilidad reunió a empresas y científicos en un objetivo común, que quedó en evidencia debido a la presencia de casi mil participantes.
Ya de por sí, para algunos, pensar en que existe ciencia detrás de la cosmética puede ser algo extraño. Sin embargo, se trata de un punto esencial para alcanzar estos productos que, en muchos casos, tienen una década de desarrollo. Sin embargo, según dijeron repetidas veces, en la actualidad, la sustentabilidad se suma al desafío no solo por el futuro del planeta, sino también de la misma industria.
Es que, en esta oportunidad, la ciencia no solo se centró en nuevos productos o moléculas revolucionarias, sino en mejoras en la producción o en los ingredientes que conforman cada una de las fórmulas. Incluso, se analizó la forma en que se obtiene o cultivan estos componentes, cómo llegan a las fábricas y cómo, a fin de cuentas, es el uso de los consumidores.
Cuando la belleza no se centra solo en el aspecto
“Más allá del carbono”. Esta fue una de las frases que se repitió durante los dos talleres centrados en la sostenibilidad y el uso de la biotecnología para alcanzarla, los cuales fueron organizados por L’Oréal y Grupo Boticário.
Y para acentuar aún más la importancia de este aspecto, Emily Dionizio, una experta en Gases de Efecto Invernadero del Instituto de Recursos Mundiales (WRI), una organización no gubernamental (ONG) sin fines de lucro de carácter técnico y global, enfocada en la sostenibilidad, fue quien dio inicio al evento. El tema: los límites planetarios (Planetary boundaries).
¿Qué son? Los límites planetarios abarcan 9 procesos clave que aseguran el equilibrio del sistema terrestre. Tres de ellos se relacionan con lo que extraemos del planeta: la pérdida de biodiversidad, la utilización del agua dulce y el cambio en el uso de la tierra. Los restantes provienen de los residuos que generamos: los gases de efecto invernadero, las sustancias químicas que agotan la capa de ozono, las entidades novedosas (como plásticos, hormigón, productos químicos sintéticos y organismos genéticamente modificados), los aerosoles en la atmósfera, la sobrecarga de nutrientes y la acidificación de los océanos (causada por el aumento de CO₂). Actualmente, la humanidad superó los niveles seguros en seis de estos procesos, lo que nos sitúa en una zona de peligro.
Pero, ¿qué tiene que ver esto con la cosmética que, a fin de cuentas, se centra en la belleza? Pues, todo. “No hay negocios en un planeta no resiliente”, dijo Dionizio. Una frase que Isabelle Rollat, directora de Innovación Sostenible y EcoDiseño en L’Oréal R&I, resaltó y sumó: “La sostenibilidad ya no es una cuestión de convicción, es una obligación”.
Esta argumentación demostró que años (o incluso décadas) de trabajo se habían convertido en una realidad que trasciende marcas y empresas, ya que, como dijo Rollat, “la sostenibilidad ya no implica solo reducir las emisiones de carbono, sino también proteger la biodiversidad” por lo que “el desafío no es solo desarrollar mejores ingredientes, sino también medir el impacto de cada producto” para que cada uno sea “mejor que los anteriores en términos de sostenibilidad”.
Cada año, más de 7 millones de hectáreas de bosques se pierden por la industria de la belleza, afirmó Mathias Fleury, Jefe de la Categoría de Ingredientes Activos en Givaudan y encargado de explicar las prácticas de abastecimiento sostenible y la transformación verde de ingredientes, ya que la extracción de materias primas provoca, aproximadamente, el 30% de la huella de carbono. Incluso, advirtió que “se desechan más de 120 mil millones de envases plásticos de productos de belleza anualmente”.
Es por eso que destacó los avances en biotecnología, que han permitido “desarrollar soluciones que minimizan el impacto ambiental y protegen la biodiversidad”, como son las tecnologías de fermentación (un proceso que tiene décadas en la humanidad) y la bio-catalización, que permiten producir ingredientes más limpios y sostenibles. En tanto, el uso de algas logra obtener moléculas potentes sin explotar los recursos naturales. “Logramos una reducción del 90% en el impacto ambiental a través de la biotecnología”, destacó.
Al referirse al Consorcio EcoBeautyScore, que agrupa a casi una veintena de empresas que compiten en las góndolas, pero que se unieron bajo el objetivo de la sostenibilidad, Rollat subrayó la necesidad de “diseñar colectivamente un sistema claro, transparente y efectivo para comunicar el impacto ambiental”, cuya “puntuación sea igual para todos los miembros”, con la intención de colaborar mediante una metodología científica.
Es por eso que aseguró que es esencial “tener una base de datos común”, ya que todas las empresas “trabajan con los mismos ingredientes”. “Un esfuerzo colectivo que busca facilitar que los consumidores tomen decisiones informadas sobre los productos que eligen”, destacó. Se trata, en resumidas cuentas, de un sistema de puntuación que sirve para evaluar la sostenibilidad de los productos cosméticos.
Iguatemi Costa, gerente científico de Ingredientes Naturales y Sostenibles en NATURA, profundizó sobre este concepto del consorcio y explicó que buscan analizar “el ciclo de vida” de los productos, que va desde la extracción de los ingredientes hasta sus residuos finales, porque se trata de “uno de los métodos más completos para evaluar su impacto”, siendo que “el consumidor juega un papel clave”, ya que, gracias a un valor numérico, “la puntuación es técnicamente significativa y comprensible para el público”.
Upcycling: agregar valor
Por su parte, el Grupo Boticário se centró en la “Biotecnología y Sostenibilidad”, un taller donde se explicaron los avances en la innovación sostenible a través del upcycling y la biotecnología. En ese sentido, Jaciane Lutz Ienczak, profesora adjunta en la Universidade Federal de Santa Catarina, se centró en la “Innovación Sostenible en la Industria Cosmética” mediante este método.
Entonces, ¿qué es upcycling? Esta estrategia se presenta como una solución dentro de la sostenibilidad, que permite transformar materiales “desechados” en productos de mayor valor sin descomponerlos en sus componentes básicos, a diferencia del reciclaje, reduciendo la necesidad de energía para este proceso. Con lo cual se mejora la estética y funcionalidad de los materiales reutilizados, pero también se alarga su vida útil.
En la industria cosmética, el upcycling es clave para reducir residuos mediante el uso de subproductos como cáscaras de frutas o granos de café, que se convierten en ingredientes para fórmulas revolucionarias, las cuales no solo minimizan su impacto ambiental, sino que también se impulsa la innovación en productos más naturales y sostenibles.
En tanto, Renata Pascon, investigadora de la Universidade Federal de São Paulo, habló sobre la “Biotecnología y Belleza: Micosporinas de Levadura” y cómo estos compuestos, conocidos por su capacidad de absorber radiación ultravioleta, son claves para la protección solar natural. Estas moléculas, obtenidas de microorganismos, aportan una alternativa más biocompatible y respetuosa con el medio ambiente.
Además, Flavia Guaragna, Directora de Investigación y Tecnología para Latinoamérica, Croda, realizó su presentación: “Biotecnología Aplicada a la Producción Sostenible de Ingredientes Activos Cosméticos”, en la cual expuso cómo este enfoque logra crear ingredientes a través de procesos que minimizan el impacto ambiental, utilizando microorganismos para producir componentes cosméticos sin recurrir a fuentes no renovables.
Larissa Zonta, especialista en Investigación e Inteligencia de Productos, Grupo Boticário, habló sobre colaboraciones en investigación biotecnológica y cómo estas alianzas están impulsando la innovación y Juliana Cibi Amorim Telles, también del mismo grupo, abordó la caracterización, seguridad y eficacia en el desarrollo de ingredientes biotecnológicos, con el foco en procesos rigurosos de pruebas que aseguran no solo efectividad, sino que también son seguros para su uso en productos cosméticos.
En los días que restan por venir, no solo habrá más charlas, sino también la presentación de pósters científicos e innovaciones sobre cosmética, aunque siempre con la mirada en la sostenibilidad, con protectores solares más seguros, ingredientes fermentados para el cuidado capilar, tratamiento del acné, anti aging, hidratación, control de hiperpigmentación, longevidad, cuidado oral y rosácea, entre otros.