En este siglo, la medicina inauguró una nueva era con las cirugías robóticas, un avance tecnológico que cambió los procedimientos quirúrgicos y redefinió los conceptos de precisión y seguridad.
En un mundo donde la tecnología se fusiona con la ciencia médica, los robots quirúrgicos se convierten en aliados en el quirófano, al permitir a los cirujanos ejecutar maniobras con una exactitud milimétrica, inaccesible hasta hace pocos años. Este salto hacia el futuro no solo mejora los resultados, ofrece a los pacientes procedimientos menos invasivos y con mejores tiempos de recuperación.
A estas opciones se sumó recientemente en Argentina la tecnología del sistema quirúrgico Versius, un robot de nueva generación que amplía las posibilidades de las plataformas robóticas y se destaca por su capacidad para optimizar aún más la precisión del cirujano, reducir complicaciones postoperatorias y facilitar intervenciones complejas en áreas de difícil acceso.
Es importante destacar que, como todos los robots quirúrgicos, no reemplaza al cirujano, sino que actúa como una herramienta de apoyo que maximiza la capacidad de maniobra del experto, al aumentar la precisión, flexibilidad y control en cada intervención.
En qué procedimientos se utilizan los robots quirúrgicos
En diálogo con Infobae, el doctor Fernando Santomil, jefe del Servicio de Urología del Hospital Privado de Comunidad de Mar del Plata, donde ya se utiliza la tecnología del robot de nueva generación para intervenciones de especialidades como urología, coloproctología, ginecología, cirugía de vías biliares, tórax y bariátrica, explicó qué beneficios aporta en el quirófano y en la recuperación post operatoria.
El robot quirúrgico de nueva generación es una plataforma que se aplica a distintas ramas de la medicina, sin embargo, según detalla Santomil la urología es la que concentra más del 50% de los casos, especialmente para procedimientos como la prostatectomía radical, utilizada en el tratamiento del cáncer de próstata.
Recién llegado del Congreso 2024 de la Confederación Americana de Urología, donde Santomil dirige el grupo de trabajo de Transplante renal, destacó que las incisiones más pequeñas implican menos trauma para el cuerpo, una reducción en el riesgo de infecciones y cicatrices de menor superficie, lo que no solo mejora los resultados estéticos, sino también la calidad de vida postoperatoria.
La cumbre de expertos, que se desarrolló entre el 2 y 5 de octubre, dio un lugar destacado para los avances en cirugía robótica. Santomil, quien fue uno de los disertantes del congreso, apuntó a una serie de objetivos que se persiguen gracias al avance tecnológico: mejorar los resultados en pacientes oncológicos, optimizar los resultados funcionales, reducir el dolor y acelerar la recuperación postquirúrgica
“Los robots quirúrgicos lo están logrando con creces, se están superando las expectativas, especialmente en la cirugía oncológica de próstata, donde estas plataformas han mostrado mejores resultados en cuanto a la continencia urinaria y la función sexual de los pacientes. Además, los estudios indican que, poco a poco, también se están mejorando los resultados oncológicos”, agregó.
“El robot no opera por sí solo; lo fundamental es el entrenamiento del cirujano. Si realiza una cirugía abierta con bisturí, pero está bien capacitado, los resultados serán excelentes. Lo mismo ocurre con la cirugía laparoscópica: si tiene la formación adecuada y se confía en él, será exitosa. En el caso de la cirugía robótica, si el profesional está debidamente entrenado, los resultados también serán sobresalientes. Hoy en día, las tres formas de operar —cirugía abierta, laparoscópica y robótica— conviven, y la elección depende de ofrecer al paciente la mejor alternativa”, enfatizó Santomil.
La cirugía robótica en la región
“En la región, se utilizan distintas plataformas de robots quirúrgicos en este momento: el modelo Versius desarrollado por una compañía británica, el Da Vinci de Estados Unidos y el modelo Hugo de una empresa americana irlandesa”, detalló Santomil.
El especialista describió que hasta hace dos décadas, predominaba la cirugía laparoscópica asistida, que, aunque mínimamente invasiva, tenía limitaciones, como el uso de cámaras en 2D y movimientos restringidos de las herramientas quirúrgicas. Con la llegada del robot Da Vinci, se produjo un gran avance en la tecnología robótica, con mayor precisión y flexibilidad en los procedimientos. Da Vinci, fue la primera plataforma que sentó las bases de los robot quirúrgicos, y ahora la nueva generación amplía los beneficios para el paciente de este tipo de procedimientos.
La precisión extrema de los movimientos del robot de nueva generación nace de sus brazos robóticos, controlados en su totalidad por el cirujano a través de una consola, que replican los movimientos del brazo humano pero con una alta capacidad de rotación, algo que excede lo que una muñeca humana puede lograr. Esta flexibilidad es clave para llevar a cabo intervenciones en zonas anatómicas de difícil acceso.
Al ser un sistema que permite realizar procedimientos mínimamente invasivos, se disminuye considerablemente la pérdida de sangre durante la operación, lo que reduce las posibilidades de complicaciones y acelera el proceso de cicatrización.
El doctor Santomil destaca que “los brazos robóticos replican los movimientos del cirujano con gran precisión, permitiendo una rotación de hasta 270 grados. Aunque otras plataformas también ofrecen precisión avanzada, tiene una ventaja importante: su consola abierta, que permite al cirujano controlar el sistema con mayor comodidad, ajustando la cámara, su angulación y profundidad, además de manejar la electrocirugía”.
Un aspecto clave de los robots quirúrgicos de nueva generación es el diseño ergonómico, que busca reducir la fatiga quirúrgica. Las cirugías largas pueden ser físicamente agotadoras para los profesionales de la salud, y la fatiga puede afectar negativamente su rendimiento. Con este sistema, el cirujano puede operar sentado y en una postura más cómoda durante todo el procedimiento, lo que mejora tanto su concentración como su precisión.
Otra ventaja es la visualización en 3D y alta definición, lo que mejora la guía quirúrgica durante los procedimientos, facilitando cirugías mínimamente invasivas con mejores resultados funcionales y oncológicos para los pacientes. Según Santomil, la incorporación de las nuevas plataformas robóticas desde 2019 ha sido clave para optimizar la precisión y mejorar los resultados quirúrgicos.
“La cirugía laparoscópica asistida por robot, o robótica, mejoró notablemente la precisión quirúrgica, con muy buenos resultados para los pacientes. La llegada de nuevas tecnologías amplía las opciones quirúrgicas disponibles. Hasta el año 2019, solo el 2% de las instituciones a nivel mundial tenían acceso a cirugía robótica, pero esto claramente se está expandiendo. En la región de Latinoamérica, ya hay 14 plataformas Versius. Brasil es el país con mayor número de centros, con un total de ocho. También existen centros en Montevideo, Paraguay y en Argentina el Hospital Privado de Comunidad fue el primero en incorporar la cirugía robótica Versius en el país”, completó el especialista en urología.