Una avalancha, también conocida como alud, se produce por el desplazamiento de una capa de nieve en una zona en pendiente que se dirige ladera abajo con una velocidad que puede variar de lenta a muy rápida. Además de la nieve, una avalancha puede incorporar parte del sustrato de la montaña y la cobertura vegetal que existe en la pendiente.
El miércoles se produjo una avalancha intensa en el Cerro López, localizado en la ciudad de San Carlos de Bariloche, provincia de Río Negro, que atrapó bajo la nieve a tres personas que practicaban ski de travesía, de la cuales dos fueron rescatadas y una murió.
“Estaban haciendo esquí travesía, que es algo que está cada vez más en auge en Bariloche, aunque la condición del manto de nieve indicaba que había un riesgo de grado 3, que es considerable. Decidieron ir a esquiar y se metieron en un tipo de terreno que no estaba aconsejado”, explicó Nahuel Campitelli, jefe de la Comisión de Auxilio del Club Andino Bariloche (CAX) que salió al rescate de las personas atrapadas.
En su declaración, Campitelli mencionó que había un riesgo de avalancha de grado 3 en ese sector del Cerro López. Esa determinación del riesgo es informada por expertos del Centro de Información de Avalanchas (CIAV) de la Asociación Argentina de Guías de Montaña (AAGM), que emite un parte diario de los riesgos de avalanchas existentes en los cerros de la zona aledaña a la tragedia.
La avalancha ocurrida a las 17.15 horas del miércoles fue presenciada por miembros de la AAGM que se acercaron al lugar a las 17.45 hs y trabajaron con los grupos de rescate del CAX a las 19.30 con un perro entrenado para esa tarea, y otros dispositivos de búsqueda de avalancha (DVA).
El CIAV que emitió el parte de riesgo de avalancha para la zona está constituido por un grupo de profesionales de la AAGM, abocados al estudio de nieve y avalanchas, con el fin de proporcionar información que ayude a la toma de decisiones para evitar accidentes en la montaña invernal en la cordillera. Infobae dialogó con Luciano Fiorenza, director del CIAV y guía de alta montaña que explicó que el tema de las avalanchas es muy complejo y difícil de pronosticar.
“La nieve tiene una cohesión a diferencia del agua líquida y la misma permanece sobre las laderas de las montañas a diferentes ángulos según la superficie de cada elevación. El ángulo de la pendiente es un factor muy importante para que ocurra una avalancha. En general, ese ángulo está entre los 30% y 45% de la ladera. Cuando la misma tiene un ángulo menor, es difícil que se produzca y cuando es mayor, la nieve simplemente cae y no llega a acumularse”, precisó el experto guía que es miembro profesional de la American Avalanch Asociation en Estados Unidos.
Según precisó Fiorenza, las avalanchas pueden ocurrir de forma natural, como la que sucedió en el Cerro López o en forma provocada con detonaciones explosivas controladas, como las que se producen en el Cerro Catedral para acondicionar las pistas de ski.
¿Cuáles son los tipos de avalanchas?
El especialista en avalanchas detalló los 9 tipos que existen e indicó que el conocimiento de cada tipo de avalanchas es fundamental para los rescatistas cuando hay una persona atrapada bajo la nieve. Y las enumeró:
1-Placa de tormenta: una o más capas de nieve de tormenta reciente que se ha consolidado en forma de placa sobre una capa débil. La distribución de las placas de tormenta es generalmente mucho más amplia que la de las placas de viento debido a que la placa se forma como resultado de las nevadas en lugar del efecto del viento. El manejo de los problemas de placas de tormenta implica prestar mucha atención al ángulo de la pendiente y al tamaño de la pendiente, ya que la naturaleza generalizada del problema significa que tiende a afectar a la mayoría de las pendientes donde pueden ocurrir avalanchas. Las placas de tormenta forman una fuerte unión con la superficie de nieve anterior durante un período de tiempo relativamente corto. Si permanecen inestables durante más de unos pocos días, es posible que se vuelvan a etiquetar como placas persistentes.
2-Placa de viento: es una o más capas de nieve rígida depositada por el viento. Consisten en cristales de nieve que el viento rompe en pequeñas partículas y se compactan. La acumulación de nieve producida por el viento varía a lo largo del terreno, por lo que la gestión de los problemas de avalanchas de placa de viento requiere ser consciente de esta variabilidad.
3-Placa persistente: es un problema de avalancha que se define por una placa formada sobre una capa débil persistente. La nieve nueva que se acumula y se consolida sobre una capa débil persistente normalmente se etiqueta primero como placa de tormenta hasta que la naturaleza persistente de la capa débil se hace evidente con el tiempo. Es más probable que las placas persistentes desencadenen peligrosas avalanchas gatilladas por humanos cuando la capa débil se entierra entre 30 y 100 cm por debajo de la superficie de la nieve. Cuando la capa está enterrada a más de un metro de profundidad, generalmente se vuelve más difícil de activar, pero aún puede resultar en una avalancha destructiva muy grande. El manejo de los problemas persistentes de las placas requiere una comprensión sólida de la distribución del problema, ya que es poco probable que las pistas sobre el problema sean visibles en la superficie. También requiere una mentalidad paciente y diligente, demostrada a través de la voluntad de evitar pendientes sospechosas durante largos períodos de tiempo.
4-Placa profunda persistente: son un problema de avalanchas definido por la presencia de una capa débil, generalmente en o cerca de la base de la capa de nieve, que resiste la unión a una placa subyacente durante un período de tiempo prolongado. Esta capa débil es normalmente producto del metamorfismo de los granos de nieve dentro del manto en lugar de la acumulación de nieve nueva o la formación de una capa de nieve en la superficie. Una vez formada, una placa profunda y persistente puede durar un período prolongado, a veces durante toda la temporada. Pueden sobrevivir a numerosos ciclos de avalanchas y son intrínsecamente difíciles de predecir. Un problema de placas persistentes y profundas a menudo conduce a un escenario de baja probabilidad / alta consecuencia, donde las posibilidades de desencadenar una avalancha son escasas, pero el potencial destructivo de cualquiera que se desencadene es grande. Manejar este problema implica evitar grandes caminos de avalanchas y evitar el terreno donde existe el problema.
5-Avalancha de placa húmeda: son causadas por una placa gruesa y cohesiva de nieve que pierde su adherencia a una capa más débil después de humedecerse, mojarse o saturarse de agua. La placa que inicialmente falla puede ser muy firme o incluso dura, pero una vez que se mueven los escombros generalmente se convierte en una masa densa y blanda. Las avalanchas de placas húmedas generalmente se mueven más lentamente que los tipos de placas secas, pero a menudo son altamente destructivas debido a su mayor masa.
6-Avalancha suelta seca: son un tipo de avalancha de nieve suelta compuesta de nieve seca. Es más probable que ocurran estos tipos de avalanchas, ya sea de forma natural o provocada por un hombre, cuando las capas de nieve de la superficie están compuestas por nieve profunda y de baja densidad.
7-Avalancha suelta húmeda: son un tipo de avalancha de nieve suelta compuesta de nieve mojada o húmeda. Ocurren cuando la nieve superficial pierde fuerza debido al derretimiento. Debido a su alta densidad, las avalanchas sueltas húmedas tienden a contener una mayor masa y, a menudo, son más difíciles de combatir que las avalanchas secas sueltas. En períodos de derretimiento o lluvia prolongados, las avalanchas húmedas sueltas pueden volverse muy grandes y destructivas. Estos eventos son más comunes más tarde en el invierno y la primavera, y están asociados con temperaturas cálidas, fuerte radiación solar y lluvia.
8-Cornisas: es la caída o liberación de una masa de nieve que sobresale que se forma cuando el viento mueve la nieve sobre una característica del terreno abrupto, como un filo o cresta, depositando nieve en el lado reparado del viento (sotavento).
9-Avalancha de fondo: es la liberación de toda la capa de nieve como resultado del deslizamiento sobre el suelo. Las avalanchas de fondo pueden estar compuestas por nieve mojada, húmeda o casi completamente seca. Por lo general, ocurren en lugares muy específicos, donde la pendiente es lo suficientemente empinada y la superficie del suelo es relativamente lisa (por ej: slabs de roca). A menudo son precedidos por grietas de profundidad total, aunque el tiempo entre la aparición de una grieta y una avalancha puede variar entre segundos y meses. Es poco probable que una persona desencadene las avalanchas de fondo, son casi imposibles de predecir y, por lo tanto, representan un peligro extremadamente difícil de manejar. Predecir el desencadenamiento de una avalancha de fondo es un gran desafío. Debido a que las avalanchas de fondo sólo ocurren en pendientes muy específicas, en primavera, una salida segura depende de identificar y evitar esas pendientes. Las grietas por deslizamiento son un indicador importante, al igual que las avalanchas de fondo recientes.
¿Qué tan peligrosa fue la avalancha del Cerro López?
“La magnitud de la avalancha en el Cerro López fue D3 (muy alta). Esa clasificación de D3 se refiere a la clasificación internacional de avalanchas que está determinada en 5 grados. Una D1 no llega a enterrar a una persona. Una D2 sí. La del López fue D3 y peligrosa. Una D4 puede destruir hasta 4 hectáreas de árboles y una D5 nunca se dio en Argentina y puede arrasar un pueblo entero”, afirmó Fiorenza.
Según datos técnicos, la avalancha tuvo 1 kilómetro de desarrollo, mientras que uno de los esquiadores fue hallado a 500 metros del lugar donde comenzó el desprendimiento de nieve. El pronóstico de clima y el peligro de avalancha alertan que las condiciones seguirán siendo de peligro considerable para realizar un rescate en dicha aérea, por lo que se esperará hasta que las condiciones mejoren.
¿Qué tan frecuente es que haya avalanchas en la Patagonia?
Lucas Ruiz, doctor en Ciencias Geológicas, especializado en Glaciología en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), dependiente del Conicet, explicó que las avalanchas en Patagonia son frecuentes.
“Se hacen conocidas, como lamentablemente en este caso, o cuando caen en un camino o alguna infraestructura. Pero es muy común que ocurran en general, después de todas las grandes nevadas. Cuando empiezan los primeros calores también se generan. Cuando hay eventos de lluvia sobre el manto nival, sobre la nieve también ocurren. Así que sí, hay muchísimas. Son muy frecuentes y es por eso que es clave en aquellas zonas donde se usa la montaña, donde van esquiadores, contar con información sobre el estado del manto nival”, sostuvo Ruiz.
Según explicó Fiorenza, es difícil prever una avalancha y la frecuencia en la que suceden depende de varios factores naturales y también humanos. “Lo que pasó en Cerro López fue por el paso de las tres personas. El peso de los esquiadores indició en el desprendimiento de la nieve y su caída. Sobre la frecuencia de las avalanchas, en general está ligada al estado del tiempo. El clima determina una tendencia, pero el estado del tiempo es que el finamente incide en la caída de la nieve acumulada”, sostuvo el especialista.
Y agregó: “Hay lugares catalogados como de alta recurrencia por temporada. Otro no. Muchas veces son producidas por la intensidad del viento que golpea la nieve. Otras veces por el calor que humedece la superficie y la hace inestable”.
¿Qué podemos hacer para evitar causar una avalancha?
El guía de montaña dejó en claro que la mejor forma de evitar una avalancha o causar una es no concurrir a las zonas de peligro de avalanchas. “El rescate de una persona que sobrevivió toda una noche bajo la nieve fue un milagro. Eso pasa cada millón de casos. Por eso nosotros decimos que la prevención en mucho más importante. Los peatones y esquiadores deben tener respeto y cuidado a la montaña”, resaltó Fiorenza.
Y precisó: “Nosotros emitimos un boletín diario de riesgo de avalancha que determinar el nivel de peligro existente y la probabilidad de que se genere una. Indica las zonas seguras y aquellas a las que no hay que ir. Lo que pasó con esta gente es que no debería haber estado allí. Eso lo especificamos en el boletín emitido ayer”.
“Se metieron en un lugar muy peligroso No era un lugar para ir. O no estaban bien informados o no estaban formados para saber que no se debían meter en ese lugar. Cualquier experto o alguien informado no se metería en ese lugar ese día, ya que el riesgo era grande. De hecho, la avalancha fue muy grande.
Por su parte, Ruiz señaló que en la montaña siempre hacemos el hincapié en que hay que prevenir, hay que informarse correctamente de cómo son las condiciones y en base a esas condiciones, planificar para evitar el riesgo de avalanchas. “Entonces, si sabemos que hay una ladera o una zona de la montaña donde hay un riesgo muy alto de avalanchas, lo mejor es no ir a ese lugar”, recordó.
“Después, todo lo que tenemos en general, es el equipo de seguridad que lleva un esquiador que va fuera de pista, como tener un dispositivo que emite una señal para que nos puedan encontrar, tener la pala y tener la sonda, no nos van a proteger de la avalancha, sino que va a ayudar a poder ser rescatado en caso de sobrevivir a una caída abrupta de nieve”, agregó Ruiz.
La AAGM indica que un boletín de peligro de avalanchas es una estimación de las probabilidades, tamaño, ubicación y características de avalanchas en el futuro próximo. “Para poder realizarlo es necesario recopilar información relevante que nos permita conocer la condición actual del manto de nieve, analizar la condición meteorológica presente a través de estaciones meteorológicas y revisar constantemente los distintos pronósticos meteorológicos para el futuro. El proyecto CIAV es un proyecto a largo plazo, que se retroalimenta con el tiempo. Cuanto más informacion significativa podamos recopilar, cada vez tendremos registros históricos más precisos que, a su vez, nos permitirán estimar el nivel de peligro cada vez con más confianza y exactitud”, detallan.
Y agregan: “Los profesionales del CIAV todos los días recibimos información de corrales nivométricos y estaciones meteorológicas que colocamos en distintos puntos de nuestras áreas de alcance, salimos al terreno a buscar información específica según la necesidad del día, revisamos distintos modelos de pronóstico meteorológico y luego de un profundo análisis e integración de la información estimamos un nivel de peligro de avalanchas para el día siguiente”.
Para llegar desde toda esa información a un nivel de peligro utilizan el denominado «modelo conceptual de peligro de avalanchas», una propuesta norteamericana que se implementa en numerosos lugares del mundo con condiciones similares a las nuestras.
Y concluyen: “Tener un boletín de peligro de avalanchas es un trabajo duro y complejo, que requiere mucha capacitación en nivología y la realización de observaciones en el terreno día a día. Lo llevamos adelante porque estamos convencidos de que disponer de un boletín de peligro de avalanchas minimiza la cantidad de accidentes en la montaña y nos ayuda a cumplir nuestra misión: salvar vidas”.