Un equipo global de investigadores acaba de encontrar una pieza más del rompecabezas que nos ayudará a comprender la era de los dinosaurios. Identificaron una nueva especie de dinosaurio carnívoro en la provincia de Chubut, Argentina. Se trata de un ejemplar de abelisáurido bautizado con el nombre de Koleken inakayali.
Los restos fueron hallados en la formación geológica La Colonia, ubicada en el norte chubutense, una región rica en fósiles de todo tipo. El dinosaurio es el segundo abelisáurido que se descubre en esa zona y se estima que vivió al final del Cretácico Superior, hace unos 69 millones de años.
Los investigadores fueron liderados por el paleontólogo Diego Pol, investigador principal del Conicet en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia de Buenos Aires y en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio de Chubut, quien además es explorador de National Geographic.
El hallazgo es parte del proyecto multidisciplinario “El Fin de la Era de los Dinosaurios en Patagonia”, apoyado por la National Geographic Society. En ella participan más de 70 investigadores y becarios del CONICET junto a colegas de otras instituciones de Estados Unidos y Hong Kong.
En diálogo con Infobae, Pol explicó que “el término Koleken nace del idioma de los Tehuelches y significa quien proviene de las arcillas y el agua, en referencia a que los sedimentos en los que se encontraron los restos fósiles eran arcillas depositadas en un estuario hace 69 millones de años. El nombre inakayali rinde homenaje al cacique Tehuelche Inakayal”.
Pol, quien recibió el premio Premio Konex de Platino 2023 en Paleontología, se dedica a investigar la evolución de los dinosaurios y cocodrilos, principalmente a las especies que habitaron la Patagonia durante la Era Mesozoica, así como también algunas especies que sobrevivieron a la extinción del Cretácico–Paleógeno.
Este hallazgo arroja luz sobre la diversidad de terópodos abelisáuridos en la Patagonia justo antes de la extinción masiva. “El nuevo descubrimiento indica que los dinosaurios carnívoros de esta familia, los abelisáuridos que vivieron en esta área durante el período Cretácico eran más diversos de lo que suponíamos y probablemente más de una especie de carnívoro compartía el mismo ambiente y ecosistema”, detalló Pol.
El dinosaurio carnívoro Koleken inakayali coexistió con el Titanomachya gimenezi, otro dinosaurio recientemente descubierto por Pol y su equipo el mes pasado.
Comprender a los dinosaurios antes de la extinción
El trabajo de Diego Pol y su equipo es apoyado por la National Geographic Society, y tiene como objetivo ampliar el conocimiento científico sobre los dinosaurios y vertebrados que existieron en la Patagonia durante los últimos 15 millones de años del período Cretácico. La investigación también busca desarrollar una base de datos para ayudar a identificar patrones de extinción en América del Sur en relación con otras partes del mundo.
El Koleken se asemeja al icónico “toro carnívoro” Carnotaurus sastrei, el único otro abelisáurido conocido de la Formación La Colonia, que se popularizó gracias a la película Jurassic World.
“Es posible que Koleken haya convivido con su pariente cercano, el Carnotaurus, del mismo modo que hoy conviven leones y leopardos en la sabana africana o pumas y yaguaretés en la selva misionera. Esto es interesante porque Koleken y Carnotaurus vivieron muy cerca del momento de la extinción final de los dinosaurios, lo que nos está indicando que al menos en los carnívoros había una gran diversidad de especies hasta el momento mismo de la extinción”.
Ian Miller, director de ciencia e innovación de National Geographic Society, añadió que el descubrimiento amplia significativamente la comprensión de la era de los dinosaurios.
“La incorporación del Koleken inakayali a la fauna de la Formación La Colonia continúa demostrando que la Formación se encuentra entre las unidades rocosas con dinosaurios del final del Cretácico más importantes del mundo. Diego y su equipo de expertos globales, investigadores y técnicos de laboratorio están dando vida a nuevos conocimientos sobre este mundo perdido”, dijo Miller.
“La nueva especie se diferencia de otras por características anatómicas únicas, como una cresta en el hueso nasal que corría a lo largo de su hocico, un hueso postorbital bajo que no cubría lateralmente la órbita, y osificaciones en las espinas neurales de las vértebras que están ausentes en otros miembros de la familia. Se diferencia del famoso Carnotaurus que proviene de la misma edad y región por no poseer cuernos encima de las órbitas”, describió Pol.
Los hallazgos fueron publicados en la revista Cladistics e incluyen un esqueleto parcial con varios huesos del cráneo, vértebras, una cadera completa, y casi todas las extremidades.
“Nuestro estudio también analizó el ritmo de cambio evolutivo en esta familia de carnívoros y detectamos que hubo períodos de tiempo en los que diferentes partes del esqueleto evolucionaron a gran velocidad mientras que otras partes del esqueleto permanecieron casi sin cambios durante millones de años. Esto es interesante porque nos llevará en el futuro a explorar qué pudo haber influenciado esos aumentos tan marcados en la evolución de estos carnívoros”, consideró Pol.
En cuanto al lugar preciso del hallazgo, el explorador de National Geographic señaló que fue uno de los desafíos más importantes ya que la zona se encuentra en una región sin caminos y que se anega fácilmente, “por lo que la ayuda de vialidad provincial de la provincia de Chubut fue fundamental para poder llegar al lugar de la excavación con camionetas que permitieron realizar la extracción de los fósiles y su traslado hasta el museo para poder ser preparados y estudiados”, concluyó Pol.
El equipo de investigación está integrado, además de Pol, por Fernando Novas (investigador del CONICET en el MACNBR), Mattia Antonio Baiano (Museo Municipal Ernesto Bachmann Neuquén), David Černý (The University of Chicago), Ignacio Cerda (CONICET-IIPG, UNRN) y Michael Pittman (The Chinese University of Hong Kong).