La bacteria Streptococcus pyogenes, comúnmente conocido como “estreptococo del grupo A”, es un patógeno que solo afecta a los seres humanos. Puede provocar infecciones en la piel como impétigo, celulitis, y escarlatina. En algunas ocasiones, la infección puede dar lugar a una forma grave y ser fatal.
Desde fines del año pasado, hay una reemergencia de ese patógeno en varios países de Europa, China, Australia, Uruguay y Estados Unidos. La pandemia del COVID podría ser uno de los factores que ha facilitado el avance de la bacteria.
En la Argentina, el sábado pasado el Ministerio de Salud de la Nación dio un alerta porque se reportaron 118 casos confirmados de infección invasiva por Streptococcus pyogenes. Ese número representó un aumento del 281% con respecto al año 2019. Han fallecidos 16 personas.
Aunque la situación epidemiológica sigue en vigilancia, existe la sospecha de que la reemergencia de la bacteria está relacionado con el impacto de la pandemia del coronavirus que causa la enfermedad COVID-19.
“Hay una hipótesis que postula que, al tener afinidad por las células de la faringe y las amigdalas, el coronavirus genera un daño en células locales de las defensas del organismo. Ese daño permeabiliza los tejidos y así se facilita el acceso del estreptococo Pyogenes a la circulación sanguínea o linfática y permite su desplazamiento a focos distantes”, dijo a Infobae la doctora Leda Guzzi, médica infectóloga y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología.
El 8 de diciembre de 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que, al menos, 5 Estados miembros de la región europea (Francia, Irlanda, los Países Bajos, Suecia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda) habían reportado un aumento en el número de casos de enfermedad invasiva por la bacteria.
También, en algunos de estos países, se produjo un aumento en las muertes relacionadas con las infecciones por el patógeno. Los niños menores de 10 años fueron el grupo etario más afectado.
Unos días más tarde, el 19 de diciembre, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó sobre casos de enfermedades causadas por el estreptococo en Uruguay. Como resultado de la vigilancia intensificada, se identificaron 21 casos ingresados en centros de salud de ocho departamentos del país por complicaciones debidas a la forma clínica invasiva de la bacteria. Murieron cuatro adultos (69 a 79 años) y cuatro niños, de 1 a 7 años, inmunocompetentes.
En ese momento, la agencia sanitaria sugirió que el aumento de los casos podía reflejar un inicio temprano de la temporada coincidiendo con un aumento de la circulación de virus respiratorios y del riesgo de que se produzcan coinfecciones virales. Se consideró que las coinfecciones podían aumentar el riesgo de desarrollar una enfermedad invasiva por estreptococos del grupo A.
“A partir del alerta que hubo de la OMS en diciembre pasado, se observó que algunos casos de personas con la bacteria Streptotcoccus pyogenes tenían coinfección con virus. Entonces, a partir de ese momento se generó la sospecha de que los virus pueden facilitar el avance de la bacteria”, agregó la doctora Guzzi.
Hay antecedentes de virus facilitadores de invasión por las bacterias con otros microorganismos. Por ejemplo, si una persona tiene el virus de la gripe, se puede aumentar el riesgo de enfermedad invasiva por la bacteria neumococo. Esto podría estar ocurriendo entre el coronavirus y la bacteria estreptococo.
La inmensa mayoría de los cuadros son leves y se tratan con antibióticos. “El porcentaje de invasividad del Streptococcus es bajo. Pero habrá que monitorear si esto está cambiando”, señaló la experta.
“Es necesario más investigación para detallar cómo es la influencia directa o indirecta del coronavirus en los comportamientos biológicos de otros patógenos, como la mayor virulencia o el cambio en los meses de circulación de los virus como de la gripe, el sincicial que causa la bronquiolitis o el metapneumovirus”, comentó la especialista.
Aún no hay una vacuna disponible contra la bacteria. Por eso, en marzo pasado, la OMS explicitó que el Streptococcus pyogenes, junto con la bacteria Shigella y el virus respiratorio sincicial, fueron identificados como importantes por cuatro o más regiones para se invierta más atención en el desarrollo de la inmunización.
La transmisión de la bacteria Streptococcus Pyogenes ocurre por contacto cercano con una persona infectada y puede transmitirse a través de la tos, los estornudos o el contacto con una herida. El período de incubación para la enfermedad varía de acuerdo a la presentación clínica, entre 1 a 3 días.
Cuando una persona se infecta, debe recibir antibiótico. A las 24 horas posteriores de tomar el antibiótico, se elimina por lo general la capacidad de propagación del patógeno a otra persona.
Cómo se manifiesta el estreptococo del Grupo A
Los síntomas de la faringitis que causa la bacteria son dolor de garganta; fiebre; cefaleas; dolor abdominal; náuseas y vómitos; enrojecimiento de faringe y amígdalas; mal aliento; ganglios aumentados de tamaño en el cuello.
Cuando la bacteria causa la escarlatina, los síntomas más frecuentes son garganta roja y adolorida; fiebre (38.3 °C o más); erupción color rojo con textura de papel de lija; piel de color rojo intenso en los pliegues de axila, codo e ingle; recubrimiento blancuzco sobre la lengua o el fondo de la garganta; lengua “aframbuesada”; dolor de cabeza; náuseas o vómitos; inflamación de los ganglios; dolores en el cuerpo.
Ante la presencia de algunos de estos síntomas es importante evitar la automedicación con antibióticos y realizar una consulta médica para tener diagnóstico oportuno, según la cartera de Salud de Nación.
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