Incorporar una nueva especie a las conocidas es un hito para todo científico, pero si ese descubrimiento proviene de una pieza extinta que ha sido conservada como fósil gracias a las peripecias de la geología terrestre, suma al evento más entusiasmo.
Un equipo de investigadores internacional en el que participa un especialista de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) de España, ha descrito por primera vez una especie de una familia de insectos completamente nueva perteneciente al grupo Acalyptratae a partir de un fósil conservado en ámbar báltico que data de entre 48 y 34 millones de años.
Se trata de un raro descubrimiento que permitirá comprender mejor la historia evolutiva de este grupo de insectos, que reúne a muchos de los polinizadores y carroñeros, además de interpretar sus funciones en los ecosistemas modernos. Las conclusiones de los científicos acaban de publicarse en la revista especializada Arthropod Systematics & Phylogeny.
Los especialistas, para identificar a esta nueva especie, primero la examinaron al microscopio y luego tomaron macrofotografías para poder detenerse en los detalles con más definición. “El ámbar oscurece muchas de las características más importantes del ejemplar que queda fosilizado. La microscopía interior y tradicional no nos permite visualizarlos con mucha mayor precisión”, explica Viktor Baranov, coautor del estudio e investigador de la EBD-CSIC.
Por esta causa, los especialistas tuvieron que recurrir a las técnicas de visualización más avanzadas, como la microtomografía de rayos X basada en la radiación de sincrotrón, una tecnología que utiliza estos rayos pero de alta energía para construir una imagen tridimensional del insecto fósil.
Según el detalle de las imágenes obtenido por los especialistas, el ejemplar presentaba una peculiar combinación de caracteres morfológicos que no tenían relación con ninguna de las otras familias del grupo Acalyptratae al que pertenece el fósil: “Estábamos ante una familia que nunca antes había sido descrita, lo que supuso un descubrimiento muy importante, además muy raro”, explicó Baranov.
Nuevas definiciones
Con los datos revelados en la mano, el primer autor del estudio, Jindrich Rohácek, especialista del Slezské Zemské Muzeum de República Checa, nombró a la nueva familia Christelenkidae, como una combinación de los nombres Christel y Lenka; el primer nombre como homenaje a la alemana Christel Hoffeins, científica que ha hecho enormes aportes a la paleontología desde que comenzó a recolectar ámbar a principios de los años 80, y el segundo en reconocimiento a Lenka Rohácekvá, esposa del científico, por su invaluable apoyo en su trabajos de investigación en el campo de la dipterología.
Esta nueva especie ha sido nombrada en particular Christelenka multiplex, debido a la variedad de diferentes características que la hacen única, aunque podría haber relaciones con otras familias de Opomyzoidea y Ephydroidea que necesiten ser estudiadas en el futuro. Esta investigación también contribuye al conocimiento de la biodiversidad de la entomofauna, que incluye insectos y otros artrópodos, en el llamado bosque de ámbar báltico.
“Según los descubrimientos actuales, parece que la diversidad de Acalyptratae era muy alta en este ecosistema, probablemente más elevada en toda la Europa contemporánea”, enfatizó Rohácek. La precipitada radiación de los llamados dípteros superiores podría haber causado esta gran diversidad, que probablemente esté relacionada con el veloz desarrollo de la vegetación a principios del Eoceno durante el llamado máximo climático, hace unos 49 millones de años.
Según señalan los especialistas en su análisis, el grupo Acalyptratae es muy numeroso y diverso, sin embargo, sus fósiles son extremadamente raros y existe un gran desconocimiento sobre la historia evolutiva de este grupo: “Este descubrimiento puede facilitar nuevas investigaciones sobre este grupo y nos permitirá comprender mejor cómo se han desarrollado y convertirse en piezas esenciales dentro de los ecosistemas modernos”, concluyó Baranov.
De esta investigación también parte Jörg U. Hammel del Helmholtz-Zentrum Geesthacht de Alemania.
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