La discapacidad auditiva afecta a alrededor de 1500 millones de personas en todo el mundo según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y cada vez hay más pruebas de que esto podría aumentar el riesgo de demencia. Es una de las mayores amenazas para la salud en el mundo y se pronostica que la cantidad de personas que viven con la afección en todo el mundo casi se triplicará para 2050.
Para los expertos este hecho representa una amenaza importante y de rápido crecimiento para los futuros sistemas de atención social y de salud en todas las comunidades.
En ese marco, científicos chinos, japoneses, indios y de otros países acaban de publicar en la revista científica The Lancet Public Health las conclusiones de un estudio exhaustivo que analizó la asociación entre el uso de audífonos y el riesgo de desarrollar demencia. Para ello, utilizaron información de más de 400.000 participantes registrada en la base de datos del Biobanco de Reino Unido.
Según la Comisión Internacional The Lancet sobre Prevención, Intervención y Cuidados de la Demencia, la pérdida de audición es el principal factor de riesgo para desarrollar demencia a partir de la mediana edad.
En la reciente investigación, los especialistas de la Universidad de Shandong en China llevaron adelante un gran estudio por una década, que les permitió sugerir que abordar la pérdida auditiva es una manera temprana que puede ayudar a reducir la carga global de la enfermedad.
Según el nuevo estudio, usar un audífono podría reducir este riesgo al mismo nivel que las personas sin problemas de audición. La Comisión Lancet sobre Prevención, Intervención y Atención de la Demencia, ya había sugerido que la pérdida de audición puede estar relacionada con aproximadamente el 8% de los casos de demencia en el mundo.
El valor de escuchar
“Se está acumulando evidencia que da cuenta de que la pérdida de audición puede ser el factor de riesgo modificable más impactante para la demencia en la mediana edad, pero la efectividad del uso de audífonos para reducir el riesgo de pérdida de la salud mental en el mundo real sigue sin estar clara. Nuestro estudio proporciona la mejor evidencia hasta la fecha para sugerir que los audífonos podrían ser un tratamiento entable y mínimamente invasivo para mitigar el impacto potencial de la pérdida auditiva en la demencia”, explicó Dongshan Zhu, uno de los autores principales del documento y profesional de la Universidad de Shandong, en China.
Los investigadores analizaron datos de 437.704 personas que participaron en el estudio del Biobanco del Reino Unido. La edad promedio fue de 56 años y el tiempo medio de seguimiento fue de 12 años. Allí encontraron que, en comparación con los sujetos con audición normal, quienes cuentan con pérdida auditiva y que no usaban audífonos tenían un riesgo 42% mayor de demencia por todas las causas.
Sin embargo, no hubo mayor incidencia entre quienes que usaban audífonos. Esto equivale aproximadamente a un riesgo de demencia del 1,7% en aquellos que reportan pérdida auditiva que no usan audífonos, en comparación con el 1,2% entre los que no registra deficiencias en la escucha o que la tienen, pero usan los dispositivos.
”Cerca de las cuatro quintas partes de las personas que experimentan pérdida auditiva no usan audífonos en el Reino Unido, por ejemplo. La pérdida de audición puede comenzar a principios de los 40 años, y existe evidencia de que el deterioro cognitivo gradual antes de un diagnóstico de demencia puede durar de 20 a 25 años. Nuestros hallazgos resaltan la necesidad urgente de la introducción temprana de audífonos cuando alguien comienza a experimentar una discapacidad auditiva. Es necesario un esfuerzo grupal de toda la sociedad, que incluya crear conciencia sobre la pérdida de la audición y los posibles vínculos con la demencia, aumentar la accesibilidad a los audífonos al reducir el costo y más apoyo para los trabajadores de atención primaria para detectar la discapacidad en la escucha, crear conciencia y brindar tratamientos como la colocación de dispositivos” graficó Zhu.
Los audífonos, más allá de la salud mental y su condicionante directo, son importantes para reducir el aislamiento y aumentar la calidad de vida. Del presente estudio también participaron: Fan Jiang, Shiva Raj Mishra, Nipun Shrestha, Akihiko Ozaki,Salim S Virani, Tess Bright, Hannah Kuper y Chengchao Zhou.
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