Las tribus nativas de Sudáfrica han usado una planta con flores amarillas que parecen pequeños paraguas en rituales de fumigación y como medicina. Le llaman “Keeribos”. Ahora, un equipo de investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias, en Israel, describieron en un estudio que esa especie vegetal produce compuestos activos similares a los de la planta del cannabis y podría tener usos medicinales después de que se evalúen en ensayos clínicos.
El grupo de científicos, que incluyó a los argentinos Paula Berman y Luis Alejandro de Haro, consiguieron identificar más de 40 cannabinoides en la planta Keeribos que lleva el nombre científico Helichrysum umbraculigerum.
Tras hacer diferentes experimentos de química analítica, los investigadores revelaron la serie de pasos bioquímicos que sigue la planta cuando fabrica esos compuestos. También demostraron cómo esos pasos pueden reproducirse en el laboratorio para sintetizar o incluso diseñar nuevos cannabinoides.
Los cannabinoides ya se aplican ampliamente para aliviar el dolor, las náuseas, la ansiedad y los ataques por epilepsia. Los receptores moleculares que responden a esos compuestos son comunes en los seres humanos, no sólo en el cerebro sino también en todo el cuerpo. Eso sugiere que los cannabinoides que se unen a ellos podrían utilizarse para tratar otras enfermedades que afectan a los seres humanos.
En diálogo con Infobae, el doctor Haro comentó desde Israel: “Trabajamos en el laboratorio de Asaph Aharoni, quien es muy conocido en el campo de la “metabolómica vegetal”. Contamos con equipos y capacidades en el área de química analítica que son realmente únicas en el mundo”.
Como se sabía que la planta Keeribos se quemaba en rituales populares para liberar vapores embriagadores, eso sugería que podría contener sustancias químicas que afectan al cerebro. De hecho, científicos alemanes que estudiaron la planta hace más de 40 años encontraron pruebas de que contenía canabinoides, pero estudios más modernos no lograron reproducir sus hallazgos.
“Nosotros encontramos el trabajo de los investigadores de Alemania que describía la presencia del ácido cannabigerólico (CBG) en la planta Keeribos. Pero otro estudio más reciente del año 2018 no pudo confirmar la presencia de este compuesto”, comentó el científico.
“Cuando el laboratorio empezó a trabajar en cannabinoides, tratamos de abarcar todas las posibilidades, incluso por fuera de la planta Cannabis sativa, y sí pudimos encontrar CBG en Keeribos y todo el resto de las moléculas”, detalló.
La planta Keeribos tiene flores aterciopeladas, de color amarillo mostaza y en forma de sombrilla. Pertenece a una familia de plantas totalmente distinta de la del cannabis.
”Se trata de una planta que no es cultivada en América. En español, se la puede llamar helicriso lanoso, al tener en cuenta el nombre del género y la especie. Es una especie de helicriso de la familia Asteráceas. Entre sus parientes figuran los girasoles, las margaritas y la lechuga”, dijo a Infobae el doctor Diego Gutiérrez, investigador del Conicet y jefe de Botánica y plantas vasculares en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia.
Los investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias publicaron el estudio en la revista Nature Plants. De acuerdo con los resultados, la planta de cannabis produce más de 100 cannabinoides diferentes, y sigue siendo su productor emblemático.
Pero el Keeribos o helicriso lanoso es un respetable subcampeón con respecto a la planta de Cannabis. Comprobaron que es “una nueva fuente importante de cannabinoides”, y han desarrollado herramientas para su producción sostenida, lo que puede ayudar a explorar su enorme potencial terapéutico, según la doctora Berman, que fue la primera autora del trabajo.
Los investigadores secuenciaron el genoma completo del “helicriso lanoso” y utilizaron la química analítica avanzada, incluida la espectroscopía de masas de alta resolución, para identificar los tipos de cannabinoides que contiene.
Mediante resonancia magnética nuclear, los investigadores revelaron la estructura precisa de más de una docena de estos cannabinoides y otros metabolitos relacionados. Rastrearon toda la ruta bioquímica implicada en la producción de cannabinoides y determinaron en qué parte de la planta se fabrican.
Resulta que el helicriso lanoso fabrica cannabinoides principalmente en sus hojas. Esto posiblemente le da una ventaja económica sobre el cannabis, que produce los compuestos en los racimos de flores, o inflorescencias, de vida más corta y más difíciles de cosechar.
A pesar de esta diferencia, los científicos de Weizmann encontraron muchos puntos en común entre el helicriso lanoso y el cannabis. En particular, las enzimas utilizadas en cada paso de su proceso de producción de cannabinoides pertenecen a las mismas familias, a lo largo de la primera mitad de la vía bioquímica.
Seis de los cannabinoides encontrados en el helicriso lanoso son idénticos a los del cannabis. Entre los seis no se incluyen los dos más famosos, el THC y el CBD, pero sí el cannabigerol, o CBG, una estrella emergente de la investigación sobre cannabinoides porque tiene aplicaciones terapéuticas potenciales, pero carece de efectos que alteren el estado de ánimo.
La forma ácida del CBG, que aparece en una concentración relativamente alta en la planta, sirve como precursor para la producción de todos los cannabinoides clásicos, lo que apoya la idea de que el helicriso lanoso podría convertirse en una valiosa fuente de cannabinoides vegetales.
Se desconoce para qué sirven los cannabinoides en las plantas, pero probablemente les proporcionan defensas contra animales o peligros ambientales.
“El hecho de que en el curso de la evolución dos plantas no relacionadas genéticamente desarrollaran de forma independiente la capacidad de producir cannabinoides sugiere que estos compuestos desempeñan importantes funciones ecológicas”, explicó el doctor Aharoni en un comunicado. “Se necesita más investigación para determinar cuáles son estas funciones”.
De acuerdo con el doctor Haro, en diálogo con Infobae, “es importante entender que esta planta no sólo produce el cannabinoide central CBG, precursor del THC y el CBD, sino que también produce cannabinoides y otras moléculas similares que nunca habían sido previamente descriptas y que poseen un potencial farmacológico enorme.
Adelantó que el próximo paso del equipo será realizar ensayos de actividad biológica en distintos sistemas modelo y luego en ensayos clínicos.
El doctor Gutiérrez, quien no participó en el estudio del instituto israelí, comentó sobre el estudio. “Lo interesante de los resultados es que los canabinoides del helicriso lanoso aparecen en pelos de las hojas. Es una característica que hace que los compuestos sean más fáciles de procesar, sin tener que esperar determinado período del desarrollo de la planta”, dijo.
También resaltó que “entre la planta del cannabis y el helicriso lanoso no existe relación filogenética cercana o de parentesco. Pertenecen a familias que son grupos distantes en la evolución de las plantas con flores. Por lo cual este nuevo trabajo demuestra que los principios activos aparecieron varias veces en la historia de las plantas”.
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