Las enfermedades diarreicas son la segunda causa de muerte de niños menores de cinco años en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Particularmente en Argentina, estos cuadros producen 100 fallecimientos al año, en el mismo rango de edad. “Estas enfermedades son prevenibles y tratables, y una proporción significativa se puede prevenir mediante el acceso al agua potable y a servicios adecuados de saneamiento e higiene”, postulan desde el organismo sanitario internacional.
Bajo estos preceptos, la OMS declaró el 22 de marzo como el Día Mundial del Agua, para concientizar sobre los alarmantes datos que se observan en el planeta y que generan graves consecuencias para la salud. “780 millones de personas carecen de acceso al agua potable, y 2500 millones a sistemas de saneamiento apropiados”, informa la entidad sanitaria multilateral.
Y apunta: “Se define como diarrea la deposición, tres o más veces al día (o con una frecuencia mayor que la normal para la persona) de heces sueltas o líquidas. Suele ser un síntoma de una infección del tracto digestivo, que puede estar ocasionada por diversos organismos bacterianos, víricos y parásitos. La deposición frecuente de heces formes (de consistencia sólida) no es diarrea, ni tampoco la deposición de heces de consistencia suelta y ‘pastosa’ por bebés amamantados”.
En nuestro país, desde el año 2019, se lleva adelante un programa integral para garantizar el acceso al agua segura, a través de la implementación de tecnología de ultrafiltración y programas educativos en comunidades vulnerables. La iniciativa, destinada a escuelas y a centros comunitarios, rurales y periurbanos, es impulsada por Sanofi -una compañía global innovadora de atención médica- en alianza con el Proyecto Agua Segura.
Hasta el momento, este proyecto ha impactado en más de 7.000 personas en la región -5.000 de ellas, aproximadamente, en Argentina- y ha llevado más de 8 millones de litros de agua segura a 34 centros comunitarios y a 92 hogares de familia. A su vez, más de 360 voluntarios brindaron talleres de agua, higiene y saneamiento (WASH) y cuidado del recurso para el planeta.
“Estamos muy orgullosos de trabajar desde hace 4 años junto a nuestros voluntarios y la empresa social Proyecto Agua Segura para la prevención de la diarrea infantil promoviendo la salud digestiva a través del acceso a agua de calidad como acción de prevención de enfermedades gastrointestinales. En 2023 esperamos duplicar nuestros esfuerzos generando un impacto positivo en más de 80.000 personas en la región”, destacó Sebastián Rodríguez, Operations Head Argentina de la división de Salud del Consumidor de Sanofi.
Por su parte, Manuel Saurí, CEO de Agua Segura, postuló: “El Día Mundial del Agua es el momento del año donde intentamos poner en agenda algo esencial para nuestra vida, la sociedad y el planeta. Este 2023, nos sumamos a la comunicación mundial de ‘acelerar el cambio’ porque creemos que es fundamental reducir el tiempo necesario hacia nuestras metas, e implementar soluciones más rápidas y eficientes para lograr una mayor capacidad de adaptación ante los desafíos que la crisis del agua nos presenta”.
En segundo término, Saurí señaló: “Ya conocemos a fondo la problemática y desarrollamos las soluciones necesarias para hacerles frente. Lo importante ahora es alinearnos y acelerar el trabajo de todos los días para ganar impacto. El agua es un bien público y un derecho, sin embargo su acceso es muy desigual y su falta o escasez trae muchas dificultades para el desarrollo humano”.
Cabe remarcar que tomar agua que no es apta para consumo es especialmente peligroso para la salud de las infancias. Una de las consecuencias más directas son las parasitosis y las enfermedades asociadas. En ese tono, anualmente, según datos de UNICEF, 85.700 niños menores de 15 años mueren en todo el mundo por diarrea relacionada con inadecuadas instalaciones de agua. En nuestra región, 161 millones de personas (2,5 de cada 10) no tienen acceso a agua potable y 431 millones de personas (7 de cada 10) no tienen instalaciones de saneamiento adecuado, de acuerdo a la información de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En Argentina, la crisis del agua adquiere distintas aristas. Por caso, en los grandes centros urbanos, la concentración poblacional y la falta de seguridad habitacional traen aparejado el problema de la contaminación y la falta de higiene. En las zonas áridas, el calentamiento global ha extremado las condiciones climáticas, extendiendo sequías que impactan directamente en las posibilidades de desarrollo local.
“El agua en Argentina es un actor muy importante en la economía, es fundamental para la agricultura, una de las fuentes principales de ingreso de divisas. Es por eso que las inundaciones y las sequías llevan impactos anuales de hasta 3.000 millones de dólares”, informó Saurí.
Y sumó: “Es muy importante resaltar, también, el cuidado que debemos hacer del recurso. Educar a nuestras sociedades en la gestión sostenible del agua, transforma la manera de relacionarnos con ella y nos prepara para dar mejores respuestas a los efectos del cambio climático. Desde Agua Segura trabajamos con la convicción y pasión de que todos los que formamos parte de la dinámica actividad productiva, podemos dejar una marca positiva y diferencial a través de ‘inversiones de impacto’”.
Para el CEO de Agua Segura, “los emprendimientos y articulaciones público-privadas que brindan soluciones innovadoras en proyectos WASH (agua, higiene y saneamiento), no sólo transforman la realidad familiar y local en una comunidad, también transforman la lógica en toda la cadena de suministro, incorporando una perspectiva socialmente inclusiva y ambientalmente sostenible para el cuidado de nuestro planeta. Para lograr un objetivo de tal magnitud y de largo plazo como es el acceso a agua segura, se requiere un profundo compromiso de quienes trabajamos como agentes de cambio en la sociedad”.
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