En 2020 se detectó una nueva cepa del virus de la gripe aviar H5N1 y se fue propagando por el mundo en aves silvestres y aves de corral. Ya afectó a otros animales, como visones y lobos marinos, y por primera vez se están produciendo brotes en Sudamérica. En la Argentina ya se reportaron 40 brotes en 10 de las 24 jurisdicciones.
Según Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la mayor cantidad de brotes en aves se produjeron en la provincia de Córdoba, seguida por la provincia de Buenos Aires y Neuquén.
La circulación del virus también afectó a aves de corral de establecimientos industriales. Este cambio llevó a que Argentina suspendiera la exportación de producción avícola el 28 de febrero pasado.
Ya se detectaron dos brotes en aves de corral reproductoras en Buenos Aires, un brote de aves ponedoras en Neuquén y un brote en aves parrilleras en Río Negro.
Un establecimiento en la provincia de Río Negro registró esta semana la muerte de 220 mil gallinas por la infección y el posterior “despoblamiento sanitario”, esto es, el sacrificio de los animales al que se procede una vez detectado el brote.
En la localidad de Mar del Plata, en tanto, otra granja de las mismas características reportó el deceso de más de 20.000 aves, todas a partir del mismo procedimiento, toda vez que se detecta la infección. La información fue confirmada a Infobae por el Senasa.
La cepa del virus de gripe o influenza aviar circula a través de las aves migratorias entre las diferentes regiones del mundo. Esas aves pueden transportar el virus. A veces no tienen síntomas. En otras situaciones, también pueden enfermar.
Si entran en contacto con aves de corral, como gallinas o pollos que están juntas y en grandes cantidades, se puede producir la transmisión del virus. Por la propagación de la enfermedad, más de 100 millones de aves de corral ya murieron o fueron sacrificadas por tener el virus entre octubre pasado y el 3 de febrero, según la Organización Mundial de Sanidad Animal.
Esta organización ha señalado que los factores que favorecen los brotes de gripe aviar no son solo las aves migratorias sino también el fenómeno de la globalización y el comercio mundial y la producción avícola y la venta: muchas instalaciones tienen espacios reducidos para las aves de corral y esto favorece la transmisión del virus.
A partir de los primeros casos confirmados en aves en Jujuy y Córdoba, las autoridades sanitarias pusieron en marcha la notificación de “personas expuestas a influenza aviar”. Así se considera a toda persona que haya tenido exposición a animales enfermos o muertos, o sus entornos contaminados con excreciones (heces, sangre, secreciones respiratorias, etc.), en una zona donde hubo un brote de gripe aviar en aves u otros animales en los últimos 10 días y sin uso adecuado de equipo de protección personal, según informó el Ministerio de Salud de la Nación.
Hasta el momento la cartera de Salud informó que se notificaron 46 personas expuestas a la gripe aviar. También se identificaron seis casos sospechosos de influenza aviar en personas. Pero ya 5 fueron descartados por el Instituto ANLIS/Malbrán.
De acuerdo con el último boletín epidemiológico, el caso restante es un paciente de 76 años con síntomas que manifestó haber manipulado aves muertas. El paciente permanecía internado en buen estado general en un establecimiento de baja complejidad hasta el 2 de marzo pasado.
Hoy se considera “caso sospechoso de gripe o influenza aviar” a toda persona expuesta a influenza a aviar que presenta –dentro de los 10 días de la última exposición- inicio agudo de al menos uno de estos síntomas: tos, dolor de garganta, coriza o dificultad para respirar; con o sin fiebre.
Existe el riesgo de que las personas que tienen contacto cercano con las aves afectadas adquieran la enfermedad. “Siempre que los virus de la gripe aviar circulan en las aves de corral, existe el riesgo de infección esporádica o de pequeños conglomerados de casos humanos debidos a la exposición a aves de corral infectadas o a entornos contaminados”, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Desde 2003 hasta el 25 de febrero de 2023, se habían notificado en todo el mundo un total de 873 casos humanos de infección por gripe aviar y 458 muertes en 21 países.
Por el momento, “las pruebas epidemiológicas y virológicas disponibles sugieren que los virus A(H5) actuales no han adquirido la capacidad de transmisión sostenida entre humanos, por lo que la probabilidad de propagación sostenida de persona a persona es baja”.
Esto significa que el virus de la gripe aviar podría llegar a transmitirse con más frecuencia entre humanos y provocar hasta una pandemia. Pero sobre la base de la información disponible hasta el momento, la OMS consideró que “el riesgo que supone este virus para la población en general es bajo”, según su última evaluación. Se han desarrollado vacunas contra la gripe aviar A para uso humano en caso de pandemia, pero no están ampliamente disponibles, advirtió.
Cuando el virus de la gripe aviar está circulando en una zona, las personas que participen en tareas de alto riesgo, como el muestreo de aves enfermas, el sacrificio y la eliminación de aves infectadas o la limpieza de locales contaminados, deben recibir formación sobre el uso adecuado de equipos de protección personal apropiados.
Todas las personas que participen en estas tareas deben ser registradas y vigiladas estrechamente por las autoridades sanitarias locales durante los siete días siguientes al último día de contacto con aves de corral infectadas o su entorno.
En el caso de una infección humana confirmada o presunta causada por un nuevo virus de la gripe con potencial pandémico, incluida una variante del virus, debe realizarse una investigación epidemiológica exhaustiva (incluso mientras se esperan los resultados de laboratorio confirmatorios) de los antecedentes de exposición a animales, de viajes y de rastreo de contactos.
La OMS recomienda que todas las personas que trabajan con aves de corral o pájaros se vacunen contra la gripe estacional para reducir el riesgo potencial de recombinación entre los virus.
Para actuar a tiempo se requiere que las personas en contacto con aves silvestres y gente relacionada con la cadena avícola, estén atentas a la aparición de signos clínicos como depresión, incoordinación, temblores, problemas respiratorios, diarrea y edema facial en los animales. Esos problemas pueden estar asociados a gripe aviar.
Si las aves de corral son afectadas por la gripe aviar, pueden detectarse alteraciones en los parámetros productivos, como disminución de la producción de huevos y menos consumo de alimento y agua.
La notificación de aves enfermas o muertas es fundamental para que se pueda limitar el impacto de la propagación del virus en el país. Por eso, si se encuentran aves enfermas o muertas -tanto silvestres como de corral-, se debe notificar de manera inmediata al SENASA en la Argentina.
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