“Nadie me cree”, dijo el célebre actor Brad Pitt en una entrevista que mantuvo con la revista GQ en 2022. Se refería a una enfermedad que lo aqueja, según su relato, hace casi 10 años: la prosopagnosia o “ceguera facial”. ¿De qué se trata? De la incapacidad de reconocer caras, ya sea de extraños, de familiares o, incluso, el rostro de uno mismo. En aquel reportaje, la estrella del cine dijo que quería “conocer a alguien a quien le pase lo mismo”. Es que en ese entonces, este trastorno se consideraba poco frecuente, pero ahora, los científicos de Harvard alertaron que su prevalencia es mayor de lo que se creía y estaría en aumento.
Un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard y de VA Boston Healthcare System postuló que una de cada 33 personas en Estados Unidos (3,08%) sufre este cuadro. A su vez, la publicación informó que, a nivel mundial, el 2,5% de la población ha sido diagnosticada.
Estos resultados indican, según los autores, que la prosopagnosia “no es tan rara como se pensó inicialmente”, cuando no había datos certeros y centralizados disponibles. “La prevalencia de esta enfermedad depende de los criterios de diagnóstico, y actualmente no existe un criterio ampliamente aceptado”, apuntaron en la investigación, que fue presentada en la revista científica Science Direct.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos de Harvard revisaron información estadística anterior y convocaron a 3.116 personas para completar tareas de reconocimiento facial y un cuestionario de autoinforme que incluía pruebas cognitivas. Joseph DeGutis, uno de los autores del trabajo, explicó: “La prosopagnosia, o ceguera facial, puede ser causada por una lesión cerebral en las regiones occipital o temporal del cerebro -conocida como prosopagnosia adquirida-. También puede ser una afección de por vida causada por anomalías genéticas o del desarrollo, denominada prosopagnosia del desarrollo”.
En segundo lugar, DeGutis aseveró: “El reconocimiento facial en las personas sanas proporciona un marco muy sólido para comprender las formas en que estos procesos pueden fallar en la prosopagnosia. Estudiar la prosopagnosia es fascinante desde una perspectiva fenomenológica: ¿qué es lo que las personas con ceguera facial realmente “ven” cuando miran una cara? ¿Qué les viene a la mente cuando piensan en la cara de un amigo familiar?”.
“Los humanos son notablemente buenos para reconocer rostros familiares y esto se hace con muy poco esfuerzo. Sabemos que este ‘superpoder’ del rostro se basa en varios procesos de percepción específicos: procesamiento holístico del rostro: ver el rostro como un todo integrado, por ejemplo; procesos de memoria, asociando fácilmente caras con personas; y también mecanismos y regiones cerebrales especializadas”, postuló el experto.
Y sumó: “La mayoría de los investigadores han utilizado criterios de diagnóstico demasiado estrictos, y a muchas personas con problemas significativos de reconocimiento facial en la vida diaria se les ha dicho erróneamente que no tienen prosopagnosia. Ampliar el diagnóstico es importante porque saber que tiene evidencia objetiva real de prosopagnosia, incluso una forma leve, puede ayudarlo a tomar medidas para reducir sus impactos negativos en la vida diaria, como informar a sus compañeros de trabajo o buscar tratamiento”.
Para cerrar, DeGutis afirmó que la evidencia científica reciente “sugiere que las personas con formas más leves de ceguera facial pueden beneficiarse más de ciertos tratamientos que las personas con formas más graves de la afección. Estos tratamientos pueden incluir entrenamiento cognitivo para mejorar las habilidades perceptivas o un entrenamiento dirigido directamente a mejorar las asociaciones faciales”.
Infobae conversó con Alejandro Andersson (MN 65.836), médico neurólogo y director del Instituto de Neurología de Buenos Aires (INBA), quien dio detalles sobre esta patologia. “La prosopagnosia es una enfermedad relativamente rara. Se le dice ceguera facial porque no podés reconocer los rostros de tu familia, de tus amigos o incluso hasta tu propia cara. ¿Por qué? Porque el cerebro no es capaz de interpretar la información que recibe a través de la vista”, dijo.
En ese tono, Andersson señaló: “Es una especie de desconexión que hay entre la vista y el cerebro. Los ojos funcionan bien, los sentidos de funcionan bien y los ojos son capaces de ver las distintas partes que componen a un rostro. Es decir, la persona entiende lo que son la boca, la nariz, los ojos, el pelo y las características que te permiten recordarlo. No obstante, el cerebro no es capaz de interpretar la información que recibe a través del sentido de la vista en su conjunto. Esto le impide a a la persona reconocer a otros pares a través de su rostro. Sí lo pueden hacer por medio de la voz, por ejemplo”.
Las causas de la ceguera facial “pueden ser congénitas -de nacimiento- o adquiridas. Por ejemplo, si hay un golpe en la cabeza a un accidente cerebrovascular”, detalló Andersson. Y agregó: “En los casos más graves y más acentuados, el paciente no puede reconocer ni siquiera su propia cara. La mayoría de los estudios con técnicas de neuroimagen funcional indican que la percepción de caras está asociada a regiones posteriores del cerebro, sobre todo a las áreas de asociación occipitotemporal del hemisferio derecho”.
“La ceguera facial congénita no tiene un tratamiento específico. En la que es secundaria de alguna lesión, un ACV, un traumatismo o un tumor, todo depende de si se puede tratar ese cuadro de base, porque si generó un daño en algunos circuitos cerebrales, no hay tratamiento. Estas prosopagnosias secundarias, en general, no son químicamente puras: los pacientes tienen otros déficits neurológicos”, profundizó el especialista.
Según Andersson, “la prosopagnosia estaba descrita solo en determinados cuadros neurológicos y, en algún lugar escondido de los libros de neurología, se consideró una enfermedad extremadamente poco frecuente. Sin embargo, a medida que pasó el tiempo y que la gente se informó, se consultó más y se estima que afecta en mayor o menor grado al 2,5% de la población mundial”.
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