Si bien el modelo tradicional de familia se define como heterosexual, ello está lejos de ser un standard universal. Por el contrario, cada vez se asiste a un mayor número de mujeres que consultan en los centros de fertilidad en forma individual, solicitando ser asesoradas en tratamientos que les permitan dar respuestas a su deseo y plan maternal.
Así, altas cifras de parejas que no están casadas, otras del mismo sexo, personas divorciadas y mujeres solas con un fuerte deseo de concebir un hijo constituyen los nuevos paradigmas. En un estudio realizado en Estados Unidos en 2017, se observó un marcado crecimiento de la utilización de los bancos de esperma por la población, en niveles cercanos a 500.000 muestras anuales. A su vez, se demostró que el 80% de las personas que utilizaban dichas muestras de semen eran mayores de 35 años. Respecto a sus antecedentes de paridad pudo observarse que el 42% de las mujeres no había tenido hijos hasta el momento, y además el 43% del grupo estudiado manifestó abordar el proyecto parental en forma individual.
Otro trabajo científico realizado en Israel sobre el uso de banco de esperma en tratamientos reproductivos demostró que el 58% de las usuarias fueron mujeres solas, sin pareja estable, con un promedio de edad de 42 años. Finalmente, en nuestra amplia experiencia en Argentina a la hora de acompañar a numerosas mujeres en este proyecto personal, pudimos observar que el 49% de las pacientes que utilizaron el banco de esperma del Centro de Investigaciones en Medicina Reproductiva (CIMER) en el mismo período de tiempo que los estudios mencionados anteriormente expresaron realizar un proyecto monoparental.
Las estadísticas muestran que, sin duda, existe una tendencia creciente de mujeres que deciden ser “madres solas por elección” y más aún: esta tendencia es además universal. Probablemente, diferentes factores inciden en estas decisiones. Son mujeres empoderadas, seguras de su propósito, de zonas urbanas o rurales decididas a dar lugar al deseo de maternidad; expresan no estar acompañadas por una pareja que participe en este proyecto parental que eligen. En ellas convergen el deseo, la independencia, el acompañamiento de sus propias familias, y el entorno. La disponibilidad tecnológica de los bancos de semen se constituye en un factor de peso relevante a la hora de analizar el aumento de embarazos en mujeres solas.
Paralelamente a los cambios sociales y a los vinculados en la conformación de la estructura familiar, las tecnologías reproductivas asistidas evolucionan en forma continua, ofreciendo a las personas nuevas opciones para la construcción de los denominados nuevos modelos de familia. Los nuevos desarrollos tecnológicos permiten realizar diagnósticos genéticos para disminuir riesgos en la salud, congelar células para uso futuro, selección de embriones viables, o aplicar avances en medicina regenerativa, entre otros.
Las madres solteras por elección son mujeres que se han concientizado sobre este tema, saben que el reloj biológico las apremia y, al no haber conformado una pareja estable para abordar este propósito, resuelven el tema de la maternidad en un proyecto parental individual mediante bancos de esperma, asociado al uso de los óvulos propios o donados.
Un banco de semen es un banco de células que obtiene, procesa, selecciona y almacena espermatozoides humanos para utilizarlos en procedimientos de fertilización asistida bajo estrictas condiciones de seguridad y efectividad. A la donación de óvulos se recurre en circunstancias particulares en las cuales la propia reserva ovárica está disminuida y, con este método, el embarazo puede lograrse de ese modo con mayor efectividad y menor costo emocional. Un alto porcentaje de mujeres solas acuden a este procedimiento.
Sin duda, el nuevo modelo de “madres solas por elección” se incrementa con el paso del tiempo dando lugar a nuevas experiencias de vida. El desafío a futuro que se plantea para la ciencia médica y para la sociedad es cómo acompañar a estas nuevas familias, cómo abordar las emociones que el proceso de maternidad conlleva para buscar el mayor bienestar de los niños nacidos.
¿Cómo abordar hoy ese gran desafío? El trabajo conjunto entre la medicina reproductiva, los vínculos afectivos de mujeres solas, familia, y el entorno, asociado a diferentes abordajes multidisciplinarios permiten acompañar y asesorar a numerosas personas en este silencioso y complejo camino de la búsqueda.
En nuestra labor, el compromiso es brindar el tratamiento que aporte el mejor resultado asociado a mindfulness u otros métodos de acompañamiento emocional o espiritual.
Así, en mi experiencia de más de tres décadas, es posible ayudar a formar nuevas familias basadas en el avance de la ciencia, el amor y el deseo de trascender.
*Especialista en medicina reproductiva y directora de CIMER FERTILIDAD.
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