Este jueves 29 de diciembre fue un día triste para el mundo del deporte. Es que en horas de la tarde, falleció Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pelé, a sus 82 años. El exfutbolista brasileño, considerado el rey de la balompié, padecía un cáncer de colon, una enfermedad que se desarrolla en el intestino grueso, compuesto por el colon y el recto. Por esto último, se lo conoce también como cáncer colorrectal (CCR). Particularmente en Argentina, esta es la segunda causa de muerte por tumores malignos en ambos sexos, luego del cáncer de pulmón.
Más de 7.500 personas mueren al año por esta patología, que volvió a estar en boca de todos tras la muerte de Pelé. En ese marco, resulta importante conocer los síntomas y las señales para prevenir las complicaciones con antelación. Se sabe, en principio, que puede afectar tanto a mujeres como a hombres y, según coinciden los expertos, si es detectado a tiempo, las chances de cura son exponencialmente superiores. Sin embargo, aseguran que el índice de consultas para controlarse es bajo: casi el 70% de los argentinos no cumple con los controles necesarios.
1. Detección
En general, se trata de un cuadro que, detectado a tiempo, puede extirparse o curarse en el 80% a 90% de los casos. Sin embargo, cuando los pacientes son diagnosticados en etapas avanzadas, las probabilidades de recuperarse descienden al 60%. Pese a estas cifras, las estadísticas sanitarias indican que sólo el 5% de la población se realiza los estudios para detectarlo que se recomiendan a partir de los 50 años.
“Actualmente, sabemos que hay un porcentaje importante de personas que no sigue los controles para la detección precoz del cáncer de colon”, advirtió Juan Manuel O’Connor, oncólogo clínico y jefe del área de Tumores Gastrointestinales del Instituto Alexander Fleming.
2. Síntomas
En la mayoría de los casos, primero se genera un pólipo en el colon o en el recto, que puede crecer durante una década antes de transformarse en un tumor. Durante ese lapso, las probabilidades de detectarlo son altas, teniendo la oportunidad de tratarlo a tiempo. En consecuencia, el primer paso clave es saber cómo y cuándo actuar.
Según datos de la 4° Encuesta nacional sobre factores de riesgo realizada en el año 2019 realizada por el Ministerio de Salud y por el INDEC, para el rastreo de cáncer de colón encontraron que el 31,6% de las personas de entre 50 y 75 años afirmó haberse realizado alguna vez una prueba, un aumento estadísticamente significativo con respecto a la edición anterior del relevamiento, que fue del 24,5%.
En ese sentido, hay determinadas señales que pueden indicar la necesidad de anticipar la consulta. “Ante la presencia de sangrado por vía anal o la presencia de materia fecal de color más oscuro de lo habitual, casi negro, y el cambio de ritmo evacuatorio habitual, ya sea diarrea o constipación, se debe consultar inmediatamente. También se debe estar atento a síntomas como el dolor abdominal tipo cólico o la intolerancia alimentaria con náuseas y vómitos, la pérdida de peso y la anemia en los laboratorios de rutina sin causa o enfermedad previa”, detalló Alejandro Pairola, miembro del staff de Cirugía Abdominal del Instituto Alexander Fleming (IAF).
Con respecto a la baja asistencia a los chequeos de rutina, Pairola explicó que el mencionado índice negativo responde principalmente a la falta de difusión y de información de los métodos de diagnóstico. Sumado a esto, aparece el temor natural que representa para los pacientes la posibilidad de padecer un cáncer de colon, y todo aquello que implica la realización de los estudios para confirmarlo.
A partir de los 50 años se recomienda, tanto en mujeres como en hombres, sumar a los controles de rutina el test de sangre oculta en materia fecal o la colonoscopia. El objetivo, en cualquier caso, es actuar a tiempo. Estos controles incluyen a las personas sanas que no tienen ningún síntoma. De esta forma, resaltó O’Connor, se puede “lograr un mayor impacto en disminuir la mortalidad” por este tipo de tumores.
“Si hay antecedentes oncológicos de cáncer en la familia, fundamentalmente de cáncer colorrectal, se debe consultar al médico de cabecera si conviene comenzar a edad más temprana con los controles de salud”, alertó, por su parte, Federico Esteso, médico y subjefe de Tumores Digestivos del IAF.
“Tenemos que hablar más del cáncer para lograr mejores resultados. La manera de disminuir la cantidad de muertos por cáncer colorrectal en la Argentina es adoptar hábitos de vida saludables, seguir las recomendaciones de rastreo en población asintomática, atender a los síntomas para diagnósticos más precoces y acceder a tratamientos con equipos médicos capacitados e interdisciplinarios”, añadió Esteso.
3. Tratamiento
Anteriormente, en diálogo con Infobae, el reconocido doctor Luis Caro, gastroenterólogo referente en la región y director de la carrera de Endoscopía Digestiva de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y presidente de la Fundación Gedyt (Gastroenterología Diagnóstica y Terapéutica) había resaltado la importancia de los controles médicos preventivos. “Este tipo de cáncer es asintomático en su primera fase, por lo que es primordial la consulta al médico y los estudios de chequeo. Además es altamente prevenible ya que lo anteceden lesiones precursoras que, detectadas y tratadas a tiempo, no llegan a convertirse en tumores”, había precisado Caro.
En segundo término, el doctor Caro, quien es presidente para Latinoamérica de screening de cáncer de colon en la Asociación Mundial de Endoscopía (WEO), había señalado a Infobae algunas cifras contundentes: “Al retrasar el diagnóstico y la cirugía, el riesgo de muerte por cáncer de colon aumenta un 6% cada 4 semanas. Retrasos similares en la quimioterapia adyuvante para el cáncer colorrectal elevan el riesgo de mortalidad en un 13%”.
Según Caro, en los tratamientos hubo avances importantes tanto en los estudios de diagnóstico como en el desarrollo de nuevos fármacos para el control de la enfermedad, como es el caso de las terapias con blancos específicos que se suman a la quimioterapia. Además destacó la importancia del trabajo con diferentes especialistas, de manera multidisciplinaria, “esto ofrece las mejores alternativas para los pacientes una vez diagnosticada la enfermedad”, había afirmado.
“Además de ser el segundo cáncer mas frecuente, el de colon es el segundo cáncer más mortal. Sin embargo, a diferencia de otros tipo de cáncer más complejos como el de páncreas, tiene de 10 a 15 años de evolución. Esto significa que entre que se descubre el pólipo que aparece en la colonoscopia o test de sangre oculta en materia fecal, si no se encontró en la primera colonoscopia, da la posibilidad a los médicos de volver a detectarlo a los 5 años, por eso es importante el tratamiento endoscópico”, había cerrado Caro.
4. Intervenciones quirúrgicas
En cuanto a las intervenciones quirúrgicas, el doctor Esteso resaltó los avances en la realización de la cirugía laparoscópica, que permite una recuperación más rápida y, por consiguiente, la reincorporación de los pacientes a sus actividades habituales. “Hemos visto la mejoría en los distintos tratamientos de quimioterapia con la utilización de diferentes drogas y esquemas de administración que año a año van mejorando la calidad de vida y los resultados a largo plazo. Asimismo nos permiten la realización de cirugías antes menos probables de realizar en etapas avanzadas de la enfermedad”, destacó.
El cáncer colorrectal tiene la posibilidad de “detectar y tratar hasta lesiones precancerosas, antes de que se malignicen, lo que constituye en sí una forma de prevención de la enfermedad”, explicó Esteso. A partir del desarrollo de un tumor, mientras más precoz sea, mayores serán las chances curativas y menor el tratamiento. “Lo habitual es que un diagnóstico en estadios tempranos tenga chances curativas superiores a 90% sólo con cirugía -detalló Esteso- otros pacientes pueden requerir de uso de quimioterapia, radioterapia u agentes biológicos, con su secuenciación o combinación”.
Algunas recomendaciones para disminuir el riesgo de cáncer de colon:
-Consumir una dieta rica en fibras, poniendo especial atención en la ingestión de frutas y vegetales en cualquier forma, naturales o cocinados
-Reducir el consumo de bebidas alcohólicas y evitar el tabaco
-Realizar actividad física de manera regular y evitar el sobrepeso
-Comer con frecuencia y volúmenes más pequeños
-Aumentar la ingesta de suplementos de calcio, vitamina D y ácido fólico
-Disminución del consumo de carnes rojas y de grasa de origen animal; elegir carnes blancas o magras y pescado. Evitar el consumo de alimentos precocinados, embutidos o ahumados
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