La deforestación es uno de los principales males que buscan prevenir los compromisos de sustentabilidad asumidos por distintos países del mundo. Esta medida apunta, entre otras cosas, a evitar la desaparición de árboles y de plantaciones que son esenciales para combatir el cambio climático. Sin embargo, un grupo de científicos advirtió recientemente que algunos hábitats naturales de América Latina y de África podrían sufrir por la expansión agrícola que avanza en conjunto con estas políticas. El trabajo fue realizado por expertos de la Universidad de York, en el Reino Unido, quienes mapearon las áreas que están en riesgo, específicamente, por los cultivos de palma de aceite.
Con esta metodología, detectaron que hay 167 millones de hectáreas que son aptas para la supervivencia de esta planta en los bosque secos y en los pastizales de Colombia, Bolivia, Guinea y El Congo. Según los científicos, si se forestan estas regiones se podrían alterar los hábitats naturales de un tercio de los animales vertebrados que están en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
“El aceite de palma está en la vanguardia del debate sobre cómo podemos equilibrar la necesidad de alimentar al mundo y sustentar los medios de subsistencia, al mismo tiempo que se protege la naturaleza”, consideró la profesora Jane Hill, una de las autoras del estudio.
En segundo término, Hill agregó: “Con un rendimiento estimado seis veces superior al de muchos otros aceites vegetales como la colza, el aceite de palma se considera un cultivo milagroso y sustenta la vida de millones de personas en los países tropicales. Así que, en lugar de evitar o de prohibir el aceite de palma, debemos garantizar políticas y gobernanza internacionales efectivas para proteger no solo la selva tropical sino también los pastizales tropicales y los bosques secos”.
De esta manera, este grupo de expertos pidió protecciones urgentes para todos los hábitats que podrían verse afectados, ya que albergan una enorme variedad de especies y, además, almacenan carbono. “Nuestro estudio destaca cómo los compromisos de sostenibilidad actuales podrían tener la consecuencia no deseada de poner en riesgo áreas de notable biodiversidad debido a la expansión de la agricultura de palma aceitera”, señaló Hill.
De todas formas, los especialistas de la Universidad de York celebraron que en los últimos cinco años muchas compañías multinacionales dedicadas al aceite de palma se adhirieron a las políticas de deforestación cero y no pueden expandir sus plantaciones en las selvas tropicales que están en riesgo.
Otra de las autoras del trabajo, la doctora Susanna Fleiss, precisó: “Aunque encontramos que el rendimiento de la palma aceitera en áreas actualmente cubiertas por pastizales y bosques secos sería menor que en la selva tropical, estos sitios aún serían atractivos para la expansión de la agricultura de palma aceitera. También encontramos que el riego mejoraría el rendimiento en muchos de estos lugares, haciéndolos potencialmente más atractivos para la expansión”.
“La limpieza de estas áreas para plantaciones tendría un grave impacto en la biodiversidad, reduciendo potencialmente los rangos de una cuarta parte de las especies de vertebrados que actualmente están en peligro de extinción. El desarrollo de plantaciones reemplazaría el hábitat existente en estas áreas, alterando la capacidad de las especies presentes para encontrar comida y agua, y afectando sus rutas migratorias”, dijo Fleiss.
De acuerdo al planteo de este experto, “un gran número de personas vive en regiones de bosques secos y pastizales tropicales, donde a menudo desempeñan un papel fundamental en procesos ecológicos como la quema y el pastoreo. La expansión de la agricultura de palma aceitera en estas áreas podría generar una serie de problemas interrelacionados para la población local y para la biodiversidad”.
Para finalizar, el doctor Phil Platts, miembro honorario de la Universidad de York, analizó los resultados de este revelador estudio: “Las pautas de sostenibilidad para el aceite de palma se desarrollaron en el contexto de las selvas tropicales del sudeste asiático y, por lo tanto, reflejan la estructura y la función de esos hábitats. Ahora que la expansión se está desplazando a diferentes contextos ecológicos, el alcance de los compromisos de sostenibilidad debe expandirse de manera similar, en línea con la biodiversidad y las reservas de carbono distintas que ahora están amenazadas”.
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