Este lunes 14 de octubre es el Día Internacional de la Diabetes, una jornada promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el año 2007 para concientizar sobre la prevalencia y las complicaciones de esta enfermedad que afecta a más de 450 millones de personas en el planeta. Particularmente en aquellos pacientes con diabetes tipo 2 -con células resistentes a la insulina- aparece otro motivo de preocupación: el riesgo cardiovascular. Los jóvenes sufren cada vez más complicaciones relacionadas a esta patología. Además, esta situación se acentúa en las mujeres, ya que en estos casos desaparece la cardioprotección de las hormonas sexuales femeninas.
Las causas de estas diferencias en el impacto son múltiples. Por un lado, los especialistas indican que la carga de los factores de riesgo cardiovascular es más grande en mujeres con diabetes: según diversos pronósticos, tienen mayores niveles de obesidad e hipertensión arterial, colesterol HDL bajo y triglicéridos elevados. A su vez, “en relación con el estilo de vida, realizan menos actividad física”, según indicó la médica diabetóloga Carolina Gómez Martín (MN 108514), directora del curso “Diabetes en la mujer: una mirada integral” de la Sociedad Argentina de Diabetes.
En ese sentido, un trabajo científico realizado en el país por el Comité de Graduados de la Sociedad Argentina de Diabetes encontró que, en cerca de 500 personas con esta patología, las mujeres tenían 69% de posibilidades de no hacer actividad física. “Asimismo, en general, el estrés psicosocial parece tener un mayor impacto en las mujeres que en los hombres”, añadió la profesional, quien también es directora del Curso diabetes en la mujer: una mirada integral, dictado por la Sociedad Argentina de Diabetes
Por otra parte, los síntomas con frecuencia son diferentes o atípicos en el sexo femenino, algo que retrasa el diagnóstico. De acuerdo a otra investigación realizada en el país por el doctor Ezequiel Forte y sus colaboradores del Consejo de Cardiometabolismo de la Sociedad Argentina de Cardiología, las mujeres con diabetes y enfermedad cardiovascular recibieron con menos frecuencia aspirina; tratamiento para el colesterol; fármacos con demostrada protección cardiovascular; y, por su fuera poco, alcanzaron en menor medida los objetivos de presión arterial. “De este modo, para reducir esta brecha en el impacto es fundamental conocer los datos disponibles y no minimizar el riesgo”, dijo Gómez Martín.
Diabetes tipo 2 en los más jóvenes
El diagnóstico de la diabetes tipo 2 en edades tempranas está directamente asociado a la creciente prevalencia de sobrepeso en la infancia y en la adolescencia, dos instancias esenciales de la vida. Bajo este contexto, la alimentación poco saludable, la alta carga de comidas ultraprocesadas y el sedentarismo están impulsando dos pandemias de la actualidad: la obesidad y la diabetes.
Cabe recordar que hace 30 años este cuadro era muy poco frecuente en los más chicos y, de hecho, se consideraba como una enfermedad de adultos. Sin embargo, actualmente es cada vez más usual, con un aumento de nuevos diagnósticos que llega al 5% por año y va en ascenso.
En segundo término, Gómez Martín precisó: “La diabetes diagnosticada en la adolescencia o en la juventud -especialmente antes de los 30 años- se asocia con un mayor riesgo de complicaciones crónicas que cuando se diagnostica en edades más tardías”. Bajo este precepto, es pertinente traer a colación el estudio TODAY, que fue realizado en Estados Unidos en jóvenes menores de 30, que tenían un historial de 13 años con la diabetes tipo 2.
De acuerdo a los resultados, que fueron publicados en la revista New England Journal of Medicine, tras 9 años desde el diagnóstico, el 50% de las personas tenían al menos una complicación. “Esto implica una gran carga para el paciente que, entre otras cosas, deberá transitar muchos años de su vida con una enfermedad crónica y con sus potenciales complicaciones. Y también es un compromiso para el sistema de salud, que deberá afrontar los gastos para la atención de este grupo de personas”, consideró la doctora.
Las organizaciones científicas más importantes del mundo, como la Sociedad Europea de Atención Primaria en Diabetes, consideran a los jóvenes que sufren el cuadro tipo 2 como un grupo de muy alto riesgo cardiovascular. “Para enfatizar, tanto en mujeres como en personas jóvenes, la clave es no subestimar el impacto de la diabetes y abordar la situación con un tratamiento multifactorial e intensivamente desde el momento del diagnóstico”, concluyó Gómez Martín.
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