En uno de los estudios de COVID-19 más grandes hasta la fecha, investigadores de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, Estados Unidos, identificaron un factor clave que determina la gravedad de la enfermedad, utilizando muestras recolectadas durante el pico de la pandemia en la ciudad de Nueva York. Aunque hubo un éxito en el desarrollo simultáneo de múltiples vacunas altamente efectivas contra el SARS-CoV-2, aún existe una necesidad crítica de desarrollar terapias inmunológicas adicionales para poblaciones vulnerables y pacientes gravemente enfermos.
Es que existe una necesidad crucial de caracterizar, modular y tratar inflamaciones patógenas, especialmente en poblaciones de adultos mayores. Es por eso que estos científicos, en la publicación que realizaron en la revista científica Science Translational Medicine, señalaron que el daño pulmonar está relacionado con la pérdida de células inmunitarias llamadas macrófagos que normalmente residen en el pulmón y organizan la reparación de tejidos.
Además, los investigadores descubrieron que la gravedad del COVID-19 estaba relacionada con un cambio en las funciones de diferentes poblaciones de macrófagos en el pulmón. Según indicaron, esta propensión se puede explicar, en parte, porque los adultos mayores tienen menos macrófagos reparadores residentes en los pulmones y producen más macrófagos inflamatorios derivados de la sangre. Esta es la razón, básicamente, por la que están más predispuestos a una enfermedad grave.
“A pesar del desarrollo de vacunas que previenen enfermedades y terapias para tratar el COVID-19 y otras infecciones, estas enfermedades virales críticas aún son una importante necesidad insatisfecha en la medicina”, afirmó el autor principal Steven Chen, del laboratorio de Miriam Merad, autor principal del estudio y director del Instituto de Inmunología de Precisión Marc and Jennifer Lipschultz (PrIISM) en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai.
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En ese tono, el experto afirmó que su investigación “buscó identificar los impulsores de la gravedad y la mortalidad de la enfermedad para localizar estrategias terapéuticas que pudieran detener la progresión de infecciones virales pulmonares graves”. En el estudio, se recolectaron muestras de sangre y fluidos pulmonares de 583 pacientes con COVID-19 admitidos en Mount Sinai como parte del Biobanco COVID-19 del Sistema de Salud. Las cohortes fueron seguidas longitudinalmente desde marzo hasta diciembre de 2020.
Para detectar esta particularidad, los investigadores utilizaron un método para la identificación de las proteínas denominado como proteómica sérica. Además, utilizaron el fenotipado de células inmunitarias para comparar las respuestas sistémicas de los dos grupos e identificar los posibles factores de gravedad de la enfermedad, los cuales podrían predecir qué pacientes tenían mayor riesgo y indicar nuevos protocolos de tratamiento.
Tras realizar los estudios, los expertos descubrieron que la gravedad de COVID-19 estaba relacionada con un cambio en las funciones especializadas de diferentes poblaciones de macrófagos en el pulmón. Esto puede explicar en parte por qué los adultos mayores pueden estar predispuestos a una enfermedad grave. Asimismo, los científicos enfatizaron que el estudio indica la necesidad de mejorar las mediciones del sistema inmunológico en los pacientes.
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Es más, la investigación evidenció que bloquear la entrada de macrófagos inflamatorios y prevenir la pérdida de macrófagos reparadores residentes en los pulmones puede ser una estrategia terapéutica para tratar el SARS-CoV-2 y otras enfermedades pulmonares virales. “Las pruebas inmunitarias clínicamente disponibles son muy limitadas, lo cual es desafortunado porque comprender la composición de las células inmunitarias que circulan en la sangre y las moléculas inflamatorias que producen puede ser extremadamente informativo y ayudar a identificar nuevos tratamientos para muchas enfermedades diferentes”, afirmó Merad.
“En nuestra investigación, ciertos pacientes podrían haberse beneficiado significativamente de la restauración de los macrófagos residentes en los pulmones reparadores. El uso de estudios de perfiles inmunológicos en la clínica habría ayudado a tomar esta decisión bastante temprano durante el proceso de la enfermedad”, completó Merad.
Vale advertir que, junto con los coautores principales Alex Charney y Sacha Gnjatic, el científico aún sigue la cohorte de COVID-19 descrita en este estudio y permanece comparando el perfil inmunológico extenso de los pacientes que desarrollan COVID prolongado con aquellos que se recuperan por completo con el fin de identificar los impulsores y las estrategias de tratamiento para el COVID prolongado.
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