Las enfermedades cardiovasculares abarcan un grupo de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos que incluyen cardiopatías coronarias, enfermedades cerebrovasculares y cardiopatías reumáticas. En la Argentina y el mundo, estos cuadros son la principal causa de muerte y discapacidad. En ese mismo sentido, en América Latina representan el 38% de los fallecimientos por patologías no transmisibles y causan 1,6 millones de muertes al año.
En ese marco, los expertos coinciden en la importancia de concentrar los esfuerzos sobre los factores de riesgo modificables como el estilo de vida y el control de los niveles de colesterol. De acuerdo a una reciente investigación de la consultora Deloitte, nuestro país sufrió entre 2013 y 2018 un aumento general de los principales riesgos cardiovasculares, especialmente el exceso de peso, el sedentarismo y la hipertensión.
“Los factores de riesgo son múltiples: hay prevenibles y no prevenibles. Los no prevenibles son la edad, el sexo, los antecedentes familiares y la genética. Los prevenibles son el tabaquismo, la obesidad, el sobrepeso, el sedentarismo, la hipertensión arterial y las dislipidemias o el aumento de niveles de colesterol”, explicó el doctor Pablo Corral (MN 93559), especialista en medicina interna y presidente de la Sociedad Argentina de Lípidos (SAL).
Frente a este panorama, los expertos observan cada vez más pacientes que llegan al consultorio con un muy mal control de su nivel de presión arterial, actividad física, estrés, peso corporal, tabaquismo y consumo de alcohol. Esto falta de monitoreo de los parámetros de salud cada vez más extendida entre la población, incrementa el riesgo de todas las enfermedades cardiovasculares.
En la Argentina se estima que mueren más 100.000 mil personas por año debido a enfermedades cardiovasculares, unas 280 personas por día. lo que representa la principal causa de muerte en nuestro país y la primera causa de muerte prematura tanto en hombres (35%) como en mujeres (28%).
A partir de estadísticas que surgieron de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada por el INDEC, el 39,5% de las personas mayores de 18 años tiene niveles de colesterol por arriba de lo aconsejable. A su vez, el 45% de los entrevistados presentó indicadores elevados no recibió ningún tipo de tratamiento.
El Foro de Colesterol -que reunió a expertos en materia de salud cardiovascular de todo el país- coincidió en la importancia de generar concientización y en poner los esfuerzos sobre los factores modificables como el estilo de vida y el control de los niveles de colesterol para prevenir y tratar la enfermedad cardiovascular ateroesclerótica.
La enfermedad cardiovascular aterosclerótica es provocada por la acumulación de grasas y de otras sustancias en las paredes internas de las arterias, lo que hace que se estrechen y se endurezcan reduciendo o bloqueando el flujo de sangre que va hacia el corazón o al cerebro. Esta acumulación se denomina placa y puede provocar coágulos sanguíneos, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Las causas de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica son multifactoriales. Sin embargo, se considera al colesterol LDL como uno de los factores de riesgo más relevantes. “La mayoría de las enfermedades cardiovasculares como la insuficiencia cardíaca o los infartos son prevenibles. Resulta importante controlar el colesterol LDL porque es el factor causal de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica y se trata de un factor de riesgo que puede ser tratable y modificable”, señaló Corral.
El diagnóstico precoz y el tratamiento temprano pueden impedir que la aterosclerosis se agrave y acabe en urgencias médicas o en la muerte. Las estrategias generales para el control del colesterol son similares en personas sanas y en aquellas con enfermedad cardiovascular: realizar actividad física, llevar a cabo una dieta saludable, mantener un peso adecuado y, en caso de considerarse necesario, comenzar una medicación (hipolipemiante) que ayude a reducir los niveles de lípidos en sangre.
A la luz de este panorama, el análisis presentado por Deloitte ensayó soluciones a corto y mediano plazo para revertir la situación actual y mejorar los índices de estas patologías en Argentina. Algunas de ellas tienen que ver con fomentar un estilo de vida saludable y más activo; apoyar las políticas públicas reguladoras impulsadas por el Estado que promuevan la salud cardiovascular; y colaborar entre todos los sectores del sistema sanitario para reducir conjuntamente la mortalidad de causa cardiovascular en Argentina.
Alexandro Arias, socio líder del sector ciencias de la vida y cuidado de la salud de Deloitte, aseveró: “Consideramos que proponer soluciones a corto y mediano plazo puede traer consigo el inicio de un cambio en algunos desafíos como el desconocimiento de los síntomas en la población, los puntos críticos en la ruta del paciente para un diagnóstico a tiempo, el acceso a datos de manera ágil y digital, entre otros”.
En ese sentido, en abril de este año el Gobierno de Catamarca y la empresa Novartis Argentina firmaron un acuerdo para la prevención de la salud cardiovascular en la provincia. “El eje que guía nuestro trabajo es la búsqueda de llegar antes al paciente. Para ello, es indispensable fomentar la toma de conciencia y educar a la población que con simples cambios en los hábitos de vida y controles regulares de su salud se puede modificar el curso natural de la enfermedad cardiovascular y prevenir complicaciones futuras” explicó Manuela Ávila, ministra de Salud de Catamarca.
Por su parte, la doctora Johana Carrizo, secretaria de Asistencia en Salud Pública de Catamarca consideró que el objetivo “es llegar antes a la población y detectar precozmente a los pacientes de alto riesgo para no permitir que lleguen a complicaciones mayores o a eventos duros”. En ese sentido, Sweta Ghelani, presidente de Novartis Argentina, añadió: “Desde Novartis buscamos fomentar y escalar entendimientos con el fin de trabajar conjuntamente para reducir los eventos asociados a la enfermedad cardiovascular ateroesclerótica y para generar un impacto positivo en la salud cardiovascular e integral de los argentinos”.
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