Por primera vez, los representantes del Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnología (CICYT) se reunieron en la Base Marambio en la Antártida para dar lugar a la sesión mensual del Consejo, en esta oportunidad encabezada por los Ministros de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; su par de Defensa, Jorge Taiana, y de Salud, Carla Vizzotti.
El objetivo de esta cumbre científica en tierras antárticas fue poner en valor la presencia científica de la Argentina en el continente blanco en la actualidad y su relevancia para la agenda del futuro. Con la premisa del rol estratégico que tiene el conocimiento para la presencia soberana del país en el territorio antártico y el Atlántico Sur, y también en la agenda ambiental y de cambio climático.
Fue un hecho histórico que reivindica la soberanía sobre el denominado Sector Antártico Argentino, que está fundamentada entre otros argumentos en el desarrollo de actividad científica nacional en la Antártida desde hace más de un siglo.
El Sector Antártico Argentino forma parte del territorio de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, aunque está sujeto al régimen del Tratado Antártico, firmado en 1959.
Durante el encuentro, se discutieron las investigaciones en materia antártica que los organismos científicos y tecnológicos llevan adelante en dicho territorio. Participaron también el Secretario de Articulación Científico Tecnológica y presidente del Consejo, Juan Pablo Paz; el Subsecretario de Coordinación Institucional y Secretario Coordinador del Consejo, Pablo Nuñez, y autoridades de organismos de ciencia y tecnología de todo el país.
El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus explicó: “Los 17 organismos que conforman al CICYT defienden la ciencia y la tecnología del país con un sentido federal. Las investigadoras e investigadores que trabajan en Marambio tienen trabajos realizados en la Antártida para consolidar la soberanía argentina, para defender el medio ambiente, para poder cuidar las riquezas naturales. Argentina es un país bicontinental, y hoy también reafirmamos el bicontinentalismo. Defendemos la soberanía de las Islas Malvinas, que están muy cerca de la base, y al mismo tiempo apoyamos a la comunidad científica”.
En la reunión se hizo una síntesis de las investigaciones antárticas y los proyectos que se llevan adelante en materia de Investigación y Desarrollo (I+D) por parte de los organismos científicos y tecnológicos, dado el rol estratégico que tiene el conocimiento para la presencia soberana del país en el territorio antártico, el Atlántico Sur y la agenda ambiental.
El apoyo logístico a la actividad antártica lo hace el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR) del Ministerio de Defensa a través de nuestras Fuerzas Armadas. Se utilizan buques de la Armada, en especial el Rompehielos Almirante Irízar, junto con buques más pequeños denominados y aviones.
La principal actividad en las bases antárticas es la investigación científica; en el caso de nuestro país es coordinada por el Instituto Antártico Argentino (IAA) y estas actividades aportan nuevos conocimientos que permiten una mejor comprensión del continente antártico. El encuentro es un hecho histórico que reivindica nuestra soberanía sobre el denominado Sector Antártico Argentino, que está fundamentada entre otros argumentos en el desarrollo de actividad científica nacional en la Antártida desde hace más de un siglo.
Durante su intervención, el ministro Filmus aseguró: “Los 17 organismos que conforman al CICYT defienden la ciencia y la tecnología del país con un sentido federal. Las investigadoras e investigadores que trabajan en Marambio tienen trabajos realizados en la Antártida para consolidar la soberanía argentina, para defender el medio ambiente, para poder cuidar las riquezas naturales. Argentina es un país bicontinental, y hoy también reafirmamos el bicontinentalismo. Defendemos la soberanía de las Islas Malvinas, que están muy cerca de la base, y al mismo tiempo apoyamos a la comunidad científica”.
Y continuó: “Hoy hemos anunciado inversiones aquí por más de 1.000 millones de pesos, que incluyen la construcción de tres nuevos laboratorios. Argentina es el país que en 1904 fundó la primera base antártica de investigación científica, con foco en meteorología. Con tres nuevos institutos estamos creando el Centro Interinstitucional en Temas Estratégicos Antárticos y Subantárticos (CITEAS) en Tierra del Fuego, que va a ser muy importante y tendrá la participación de la regional local de la UTN y de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego; así como también estamos impulsando expediciones para defender las especies marinas de la zona”.
Filmus destacó que nuestro país “es fundador del Tratado Antártico. Es el país que tiene más bases, más antigüedad en el sector y mayor investigación. No hay peligro de que el tratado se venza. El tratado resguarda en un artículo especial las demandas de soberanía que tiene cada uno de los países firmantes. Somos muy respetuosos de eso y lo que plantea el tratado es que la Antártida es zona de paz y de investigación. Eso es lo que defiende Argentina en esta región”.
Por su parte, el titular de la cartera de Defensa, Jorge Taiana afirmó: “Celebrar esta reunión en Marambio es muy importante porque estamos poniendo en el centro de la escena dos cuestiones que son centrales para la Argentina: la Antártida y la ciencia”.
Y continuó: “La Antártida es un centro de investigación científica de gran importancia para la Argentina, para la Humanidad, y por eso tenemos hoy acá en Marambio esta gran reunión del Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnología”, afirmó Taiana.
El ministro de Defensa agregó: “Es un evento histórico que muestra que la ciencia es una prioridad para el país y también la importancia que la ciencia argentina le da a la Antártida. Son hechos muy significativos. Y por primera vez se da esta coordinación con todos los organismos científicos y tiene un valor extraordinario”.
“La ciencia es soberanía. No hay desarrollo posible en el Siglo XXI si no se hay un fuerte desarrollo científico tecnológico y de innovación que permita defender los derechos que queremos para todos”, finalizó Taiana.
Por aire a través del Hércules o por agua -Rompehielos Irízar y otros- se traslada a la Antártida el personal científico, técnico y logístico, las provisiones para la alimentación y los materiales para calefacción y movilidad que serán utilizadas durante la campaña de verano y el período de invernada.
Dentro del CICYT, todos los institutos científicos que lo integran, colaboran de las campañas antárticas y con los grupos del Instituto Antártico y pueden ser considerados como verdaderos arquitectos del programa antártico. entre ellos se puede señalar al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), entre otros.
Hay que señalarlo en un país atravesado por la grieta política, social, en el sistema científico argentino primaron los acuerdos y un trabajo conjunto y mancomunado entre tres ministerios de la Nación -Ciencia y Tecnología, Salud y Defensa- logrando resultados relevantes y que serán perdurables en el tiempo.
El CICyT es el principal organismo de coordinación del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCTI). El Consejo está integrado por los presidentes de los diferentes organismos nacionales de CyT, y por un representante de las universidades por cada una de las siete regiones en las que el CIN estructura su actuación, y otro por el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP). Fue creado por ley del Congreso en 2001 y desde entonces se reúne regularmente.
Entre sus principales acciones, el CICyT tiene como objetivo el contribuir a fortificar y mejorar la relación entre las instituciones de ciencia y tecnología, y sus integrantes, con el aparato productivo del país y con la sociedad en general.
Este fortalecimiento de la actividad científica es indispensable para mejorar el bienestar y el progreso de la sociedad y de cada uno de los argentinos con un carácter federal.
Los organismos que integran el CICYT son CONICET, CNEA, CONAE, ANLIS, APN, BNDG, CIN, CITEDEF, CRUP, IAA, IGN, INA, INIDEP, INPRES, INTA, INTI, MINDEF, SEGEMAR, SHN, SMN. El MINCyT destinó 230 millones de pesos en el marco del Programa Federal “Construir Ciencia” para la creación de nuevos Laboratorios Antárticos Multidisciplinarios, en tres bases antárticas argentinas.
El proyecto desarrolla la construcción de tres laboratorios de 120 m2 cada uno en la Antártida en las Bases Orcadas, Esperanza y San Martín; y los Refugios Vega y Cerro Nevado, cercanos a la Base Marambio.
Los proyectos científicos antárticos se propone ampliar las capacidades de infraestructura de los laboratorios administrados por el Instituto Antártico Argentino en las Bases Antárticas Argentinas, las cuales se encuentran hoy limitadas.
Se espera así aumentar la cantidad y calidad de las actividades científicas a desarrollar, aprovechando el potencial diferencial de cada una de las bases antárticas surgido de su ubicación geográfica y sus condiciones locales y ambientales propias.
También cuenta con el Observatorio Oceanográfico en el buque rompehielos ARA Almirante Irízar: Con una inversión de 100 millones de pesos el MINCYT financiará la creación de este observatorio en el Rompehielos Irízar que contará con 8 laboratorios equipados para investigaciones oceanográficas multidisciplinarias.
Existen seis bases antárticas científicas fijas, y otras 7 son temporarias y se abren sólo durante la Campaña Antártica de verano: Brown, Primavera, Decepción, Melchior, Matienzo, Cámara y Petrel, que luego de esta Campaña Antártica de Verano se convertirá renovada en fija.
El Observatorio estará destinado al desarrollo de investigaciones oceanográficas multidisciplinarias con el fin de evaluar el estado de conservación de los ecosistemas marinos antárticos, su biodiversidad y la distribución espaciotemporal de los organismos en función de los cambios asociados a procesos naturales de variabilidad climática y procesos vinculados al cambio climático y actividades humanas como pesquerías, turismo y contaminación.
También se encuentra dentro del área de esa cartera el Centro Interinstitucional en Temas Estratégicos Antárticos y Subantárticos: el MINCyT destinará 750 millones de pesos en el marco de “Construir Ciencia” para la creación de Centro Interinstitucional en Temas Estratégicos Antárticos y Subantárticos.
El centro se localizará en la ciudad de Ushuaia, Tierra del Fuego, y participan el CONICET, UNTDF, UTN, INIDEP y APN, el Gobierno de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y la Municipalidad de la Ciudad de Ushuaia.
Tendrá como objetivo contribuir al fortalecimiento de la soberanía argentina, a través de la generación de conocimientos básicos y aplicados en temas estratégicos de la región antártica y sub-antártica, aportando información científica para la toma de decisiones de políticas públicas, el desarrollo de tecnologías para el manejo de los recursos naturales y servicios, y el resguardo de su patrimonio cultural y natural.
Por su parte, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) está llevando a cabo y tiene proyectadas las siguientes actividades: acompañamiento de la Campaña Antártica mediante seguimiento de la trayectoria del Rompehielos Almirante Irízar utilizando imágenes de los satélites SAOCOM; Estación Terrena Base Antártica Marambio; planificación de SAOCOM para la generación de cartas de hielo de manera rutinaria y operativa.
Además del monitoreo de témpanos, y de reducción de glaciares; inventario de glaciares; proyecto Estación Terrena Base Antártica Conjunta Belgrano II; proyecto de Cooperación entre la Agencia Espacial Europea e Instituciones de Argentina sobre Validación Operacional e Investigación de TEMPUS PRO, a desarrollarse en la Antártida, y Grupo de Trabajo Internacional en Cartografía de Hielo (International Ice Charting Working Group – IICWG), entre otras.
El Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) tiene entre sus actividades el procesamiento de muestras óseas altamente degradadas y de larga data de inhumación, para la extracción de ADN y posterior amplificación de marcadores genéticos autosómicos STRs para la obtención del perfil genético para la identificación de hijos y/o hijas de personas desaparecidas .
La Antártida cuenta con las temperaturas más frías y secas registradas en el mundo , por lo que permitiría mejorar algunas técnicas actuales. Se proponen los siguientes proyectos: testear metodologías de extracción de ADN a partir de muestras de restos humanos procedentes de esta región.
El Sector Antártico Argentino forma parte del territorio de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, aunque está sujeto al régimen del Tratado Antártico, firmado en 1959. El 22 de febrero se conmemora el Día de la Antártida Argentina, instituido por la Ley Nº 20.827/74 de 1904, cuando se instaló el Observatorio Meteorológico Antártico Argentino en el archipiélago de la Isla Laurie, Orcadas del Sur.
Hace 118 años, se tomó posesión e izó la bandera argentina, constituyendo así la primera base antártica permanente del mundo. Desde ese día, nuestro país ha tenido una presencia ininterrumpida en la Antártida, consolidando un protagonismo que la Argentina ya tenía en la región desde principios del siglo XIX, dando inicio así a una prolífica historia de aportes científicos y de consolidación soberana.
El Decreto firmado por el Presidente Julio Argentino Roca en enero de 1904 autorizando el establecimiento de la estación meteorológica y magnética en Orcadas reconocía que esta decisión era de “alta conveniencia científica”.
Lo que demuestra, ya en aquel entonces, la importancia que la Argentina otorga a la actividad científica en ese continente y, en particular, en el Sector Antártico Argentino.
Esta presencia se fortaleció en 1951 con la creación del Instituto Antártico Argentino, tras un decreto firmado por el entonces presidente Juan Domingo Perón, y el posterior establecimiento de la Dirección Nacional del Antártico en 1969. Hasta el año 1944 nuestro país fue el único ocupante permanente de la Antártida y uno de los 12 países signatarios del Tratado Antártico suscripto en 1959.
A su vez, la Argentina fue firmante de la prórroga conocida como “Protocolo de Madrid”, en 1991, que prohíbe, por un periodo de 50 años, la explotación de recursos naturales no renovables e insta a la preservación del medio ambiente.
Argentina cuenta hoy con 13 bases en la Antártida, ubicadas todas en el Sector Antártico Argentino. 11 son administradas por el Comando Conjunto Antártico, dependiente del Ministerio de Defensa y dos (Carlini y Brown) son administradas por la Dirección Nacional del Antártico, dependiente de la Cancillería. Seis de ellas son permanentes, y funcionan durante todo el año: Carlini, Orcadas, Esperanza, Marambio, San Martín y Belgrano II.
Las otras 7 son temporarias y se abren sólo durante la Campaña Antártica de verano: Brown, Primavera, Decepción, Melchior, Matienzo, Cámara y Petrel, que luego de esta Campaña Antártica de Verano se mantendrá operativa durante el invierno.
Existen adicionalmente unas 32 bases de otros 18 países que también se encuentran en el Sector Antártico Argentino. No todos los países del Tratado tienen bases en la Antártida.
El apoyo logístico a nuestra actividad antártica lo hace el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR) del Ministerio de Defensa a través de nuestras Fuerzas Armadas. Se utilizan buques de la Armada, en especial el Rompehielos Almirante Irízar, junto con buques más pequeños denominados “Avisos”, y aviones.
Por estos medios se traslada el personal científico, técnico y logístico, las provisiones para la alimentación y los materiales para calefacción y movilidad que serán utilizadas durante la campaña de verano y el período de invernada.
La principal actividad en las bases antárticas es la investigación científica. En el caso de nuestro país es coordinada por el Instituto Antártico Argentino (IAA) y las temáticas de investigación abarcan las ciencias biológicas, geológicas, paleontológicas, físico-químicas, climáticas, ambientales y sociales.
En conjunto, estas actividades aportan nuevos conocimientos que permiten una mejor comprensión del origen del continente antártico, de las características de los organismos vivos que la habitan en el presente y la habitaron en el pasado, de las fuerzas naturales y los factores de origen humano que afectan la dinámica de los océanos y la atmósfera, así como de la historia humana en el continente.
Nuestro país es muy activo en la elaboración de propuestas de conservación. Ejemplo de ello es la propuesta conjunta para el establecimiento de un Área Marina Protegida en la Península Antártica Occidental, presentada conjuntamente por Argentina y Chile en el marco de CCRVMA, con el objeto de proteger el ecosistema marino antártico en esta región de gran biodiversidad y afectada por la actividad humana y el cambio climático.
En cuanto a la importancia de proteger el ambiente y los recursos de la Antártida, es necesario recordar que los ecosistemas antárticos tienen condiciones climáticas y geográficas singulares y presentan muy bajos niveles de contaminación o impacto causado por la actividad humana. Por eso, la Antártida posee un gran valor como laboratorio natural para la investigación científica.
Los científicos se dedican allí a problemas de relevancia global como el cambio climático, la contaminación o la preservación de los recursos naturales. Es por ello que debemos poner el mayor esfuerzo en preservar sus ecosistemas. Con ese fin se adoptó el Protocolo al Tratado Antártico sobre la Protección del Medio Ambiente en 1991, que entró en vigor en 1998.
El Tratado Antártico es un instrumento internacional que fue firmado en 1959 por doce países (incluida la Argentina) y entró en vigor en 1961. Este Tratado permitió reservar el Continente para la paz, la ciencia y la cooperación internacional.
Nuestro país cuenta hoy con 13 bases en la Antártida, ubicadas todas en el Sector Antártico Argentino. 11 son administradas por el Comando Conjunto Antártico, dependiente del Ministerio de Defensa y dos (Carlini y Brown) son administradas por la Dirección Nacional del Antártico, dependiente de la Cancillería.
A su vez, ofreció un marco para regular la actividad en la Antártida y permitió resguardar los reclamos territoriales de algunos países que tenían actividad y presencia en el Continente, como nuestro país. Es importante aclarar además que ni el Tratado Antártico, ni su Protocolo Ambiental tienen fecha de vencimiento.
¿Cuántos países son parte en el Tratado Antártico? en 1959 lo firmaron sólo 12 países, el Tratado es un instrumento abierto a la firma de otros países.
Actualmente son 54 los países firmantes del instrumento. De esos, 29 son partes consultivas que participan con voz y voto en el proceso de toma de decisiones. Los otros 25 países son partes adherentes y participan en las consultas y actividades, pero no en el proceso de toma de decisiones.
Los otros países tienen reclamos territoriales en la Antártida son siete. Se han presentado reclamos territoriales específicas en la Antártida al momento de firmar el Tratado Antártico (Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelandia y Reino Unido).
Otros dos países, Estados Unidos y la entonces Unión Soviética (hoy Rusia), se reservaron el derecho a efectuar reclamos territoriales en el futuro. La existencia de estos reclamos quedó asentada mediante el artículo IV del Tratado Antártico.
En cuanto al organismo internacional del Tratado Antártico, existe una Secretaría del Tratado Antártico cuya sede fue establecida en Buenos Aires en 2004, para asistir a los 54 países que hoy son Parte en el Tratado Antártico.
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) tiene una trascendente actividad en el continente blanco. En 2022, en el marco del Programa Federal Construir Ciencia/Centros Interinstitucionales en Temas Estratégicos (CITES), el CONICET firmó junto a MINCYT, representantes de otras Instituciones y de gobiernos de Tierra del fuego y Ushuaia, un acta compromiso para la creación del Centro Interinstitucional en Temas Estratégicos Antárticos y Subantárticos (CITEAS) que se construirá en la Ciudad de Ushuaia y será una nueva infraestructura especialmente focalizada en investigaciones en la Antártida, además permitirá que el Instituto Antártico Argentino tenga una plataforma para realizar investigaciones en la Provincia de Tierra del Fuego.
En 2021, se anunció que el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (CONICET-UBA), el IAA y la Universidad Nacional de Hurlingham estaban trabajando en el montaje de un “Observatorio Robótico Antártico Argentino” en la Base Antártica Belgrano II.
Por su parte, la Red de Observación Marina Argentina (ROMA) tiene como propósito el estudio sistemático y monitoreo coordinado del área marina y costera, desde el Estuario del Río de la Plata hasta la Antártida (participan varias Instituciones).
Desde 2020, el CONICET financió 8 proyectos vinculados a investigaciones en territorio antártico. Actualmente, 25 agentes, entre becarios y CIC se encuentran desarrollando sus líneas de investigación en temas relacionados a la Antártida.
La historia geológica de la humanidad se preserva en este territorio antártico, es un lugar privilegiado por donde se lo mire y Argentina tiene que estar ahí en el centro de las investigaciones.
Durante 2020, en una nueva convocatoria especial realizada por el CONICET, se elaboraron 5 nuevos perfiles para fortalecer al IAA. En 2020, 5 becarios doctorales y 1 postdoctoral del CONICET continuaron sus actividades en el IAA, a los que se sumaron 3 nuevos becarios doctorales que ingresaron ese año.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) tiene una función fundamental, ya que la presencia de la Argentina en la Antártida requiere de grandes esfuerzos logísticos, entre ellos, el abastecimiento de alimentos frescos para el personal, y en especial los vegetales.
La alternativa habitual consta de raciones deshidratadas, enlatadas en conserva o supercongeladas. Para evitar esto, una forma de producir alimentos frescos de forma eficiente e intensiva, en ese ambiente, es mediante técnicas hidropónicas.
El sistema hidropónico de cultivo se realiza en un medio acuoso, denominado solución nutritiva. La solución está conformada por agua enriquecida con todos los nutrientes necesarios para el normal crecimiento y desarrollo del cultivo.
La propuesta en funcionamiento en la Base Antártica Conjunta (BAC) Marambio consiste en un sistema de lámina intermedia de solución, de circulación cerrada y con la utilización de cajones de producción asistidos por un sistema de bombeo multietapa, donde la solución es reciclada constantemente para incrementar la eficiencia de uso del recurso.
El Sistema MAPHI (Módulo Antártico de Producción Hidropónica) fue diseñado para la producción permanente de cultivos hidropónicos en el ambiente antártico, en completa aislación con el exterior.
Luego de siete años, se logró producir lechuga y rúcula para abastecer a toda la dotación de la BAC, obteniendo sobrantes para almacenamiento.
La Argentina es uno de los cinco países que producen cultivos en la Antártida en condiciones indoor. Coordinado por el INTA, participan la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, el CONICET, el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR) y la DNA. El 8 de septiembre de 2020 se firmó el Convenio de Cooperación Técnica entre el COCOANTAR y el INTA.
Por su parte, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) realiza vuelos fotogramétricos. Hasta el momento se han realizado vuelos con Vehículos Aéreos No Tripulados (VANT) de Marambio, Cerro Nevado e Isla James Ross, durante la campaña de verano 2020, en el marco de una colaboración con el Instituto Antártico Argentino (IAA). Se encuentra en proceso de tramitación una nueva colaboración para realizar relevamientos topográficos con VANT en la campaña de verano 2023.
Se está trabajando en un proyecto de obtención de cartografía de detalle de las Bases permanentes y temporarias, con diferentes objetivos, entre los cuales surge la planificación de acciones tendientes a mantener el cuidado del ambiente antártico.
También realiza el Atlas de la Antártida Argentina. Consta de una versión impresa y una interactiva. Para la segunda se diseñó y desarrolló una plataforma de información geoespacial para la comunicación y conocimiento de características de interés y tareas de investigación en la Antártida, en colaboración con el IAA.
La participación en el suelo antártico del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), ya que la Antártida es un motor clave en la circulación global de la atmósfera y los océanos, y su estudio nos permite comprender mejor los procesos climáticos y sus efectos en todo el planeta.
Por eso, desde 1904, el SMN realiza observaciones meteorológicas, mediciones e investigaciones posicionando a la Argentina como uno de los actores clave en materia climática antártica y global.
Se llevan adelante mediciones sistemáticas de ozono, de perfiles verticales de temperatura, presión, viento, componentes de UV-B de la radiación solar, de Gases de Efecto Invernadero (Metano, Co2, Vapor de Agua, Ozono), de las componentes horizontal y vertical y de la fuerza total del campo geomagnético, auroras, radiación cósmica del espesor óptico con Sol fotómetro y monitoreo de aerosoles atmosféricos, entre otros tantos programas y proyectos de investigación.
Adicionalmente se brinda el apoyo meteorológico a las actividades científicas, de exploración, de búsqueda y salvamento, y logísticas del Estado Nacional que ejecutan las Fuerzas Armadas (FF.AA.), la DNA y organismos nacionales e internacionales en cumplimiento con la política antártica.
Los datos meteorológicos son escasos en el sector antártico. Esto los torna de gran valor para las predicciones, para la planificación de operaciones de todo tipo en tiempo real, en un medio climatológicamente hostil.
El Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) tiene un extenso registro de actividades realizadas, en ocasiones en conjunto con otras instituciones, en especial IAA, cuyas publicaciones remarcan la importante colaboración sobre la Antártida y ambientes australes. También se cuenta con varios informes de campañas científicas vinculadas con el ambiente marino tendientes a monitorear aspectos del cambio climático.
Asimismo, investigadores del INIDEP participan en el “Proyecto Microplásticos Carlini”. En este proyecto se realizaron muestreos en la columna de agua y sedimentos alrededor de Caleta Potter para hacer análisis de microplásticos. También se realizaron experimentos de ingestión de microplásticos en zooplancton.
Se planea continuar con estos experimentos en el marco de una beca doctoral que se presentó recientemente a CONICET. De ser positivo el resultado de esa beca, se podrán continuar los experimentos en la campaña de verano 2023-2024
Con el buque de Investigación Pesquera Eduardo Holmberg se realizaron cinco campañas a islas subantárticas, la última en 2013. Sin embargo, las características de un buque de investigación adecuado a esta misión, tanto respecto a alcance, autonomía y tripulación, como capacidad para navegar y operar en condiciones hidrometeorológicas extremas y/o con presencia de hielo, incluyen aspectos de tamaño y robustez que exceden las de los buques pesquero-oceanográficos empleados a la fecha para operar en un ámbito regional.
A tal fin, el INIDEP está en proceso de adquisición de un nuevo buque con la capacidad necesaria para llevar adelante tareas de investigación científica de manera multidisciplinaria y con alto rendimiento.
En la Antártida la idea de soberanía, territorio y futuro se consustancia haciendo más ciencia, y en tiempos del cambio climático es un nodo estratégico de preservación ambiental. Y uno de los desafíos para la Argentina es no sólo tener presencia territorial, sino también de redoblar el trabajo científico con más posibilidades de trabajo en el continente blanco.
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